La tribu de los árboles

Escrito por María Guadalupe Zavala Páramo

UNA PROBADA DE CIENCIA

La tribu de los árboles

María Guadalupe Zavala Páramo
Año 13 / Número 78 / 2024

Stefano Mancuso es un reconocido botánico, investigador y profesor de la Universidad de Florencia, donde dirige el Laboratorio Internacional de «Neurobiología vegetal». También es miembro de la Sociedad de Señalización y Comportamiento de Plantas.

María Guadalupe Zavala Páramo
Profesora Investigadora del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología,
Facultad de Medicina Veterianria y Zootecnia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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Puede sonar raro lo de «Neurobiología vegetal»; sin embargo, es un término acuñado con base en el conocimiento obtenido mediante estudios moleculares y fisiológicos sobre el comportamiento y la comunicación en el mundo vegetal. Desafortunadamente, para la mayoría de la gente, las plantas son insensibles y pasivas, e incluso hay quienes no las consideran seres tan vivos como los animales. No obstante, se ha demostrado que las plantas cuentan con sofisticados sistemas de percepción a través de los cuales «sienten» lo que ocurre a su alrededor, se estresan («sufren»), se comunican entre ellas y con otros organismos, manipulan a otras especies y responden adaptándose al ambiente e incluso modificándolo. En este sentido, Mancuso propone que las plantas «huelen», «escuchan» y «aprenden», con lo cual estoy de acuerdo con él.

Entre algunos de sus descubrimientos, Mancuso y sus colaboradores han demostrado que las raíces de las plantas perciben el sonido y los obstáculos, por ello, orientan su crecimiento. Pero claro, también podemos ver este comportamiento en la parte aérea de las plantas. Por ejemplo, ¿se han fijado cómo son las formas de los árboles crecidos en la orilla de las carreteras y en los camellones en las avenidas de las ciudades? Solo hay que poner un poco de atención y verán que parece que fueron podados creando formas cuadradas en su copa.

Aunque sus ramas se extienden hasta la mitad de la carretera o la calle, o hasta el otro lado, crecen en forma que hasta pueden hacer túneles que permiten el paso de los vehículos para evitar el daño por rozamiento. Este comportamiento indica que los árboles tienen la capacidad de percibir el paso intermitente de los vehículos, que son obstáculos, y probablemente también perciben el sonido.

Stefano Mancuso también es un excelente divulgador de la ciencia. Este investigador ha escrito varios ensayos donde comparte, de manera sencilla y amena, datos interesantes con respecto al comportamiento de las plantas. Algunos de sus libros de divulgación científica son La revolución de las plantas (2013), Verde brillante (2015), Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal (2015), El futuro es vegetal (2017), El increíble viaje de las plantas (2018) y La nación de las plantas (2020).

Pero, en esta ocasión, quiero recomendar su primera novela titulada La tribu de los árboles (2023), en la cual Mancuso ofrece una hermosa fábula donde los árboles tienen personalidad, nombres propios, toman decisiones y se divierten. La narrativa ocurre a través de Laurin el Pequeño, un árbol viejo integrante de la tribu Endrevia, que nos cuenta de su nacimiento, su integración a la tribu, sus amigos, la composición de la tribu con diferentes especies, la historia, los problemas y los peligros que enfrentan.

A pesar de ser una fábula, encontramos varios elementos que refieren al comportamiento real de los árboles en los bosques. Por ejemplo, los árboles de Endrevia tienen un lenguaje y se comunican por medio de sus raíces, enviándose mensajes a grandes distancias. En la realidad, los árboles verdaderamente se comunican entre ellos y con otros organismos a través de compuestos conocidos como metabolitos secundarios que liberan de sus raíces, de sus follajes, de sus flores y de sus frutos.

Laurin narra sobre la vida milenaria de la tribu de Endrevia, integrada por cinco clanes que desarrollan diferentes funciones al servicio de la comunidad. Entre estos clanes, el de los Cronistas tiene la misión de registrar los eventos naturales y de catalogar la información en archivos que son cuidadosamente almacenados en la Biblioteca-Laberinto que guarda la historia de Endrevia. La descripción de la Biblioteca-Laberinto nos refiere, en parte, a la forma natural en que los anillos del crecimiento anual en el tronco de los árboles son una fuente de información acerca de las condiciones climáticas ocurridas durante su desarrollo a lo largo de los años.

En la trama de la historia, la población de Endrevia está pasando por un desequilibrio en el tamaño de los clanes, donde algunos han reducido su número, mientras que otros lo han incrementado. Laurin cuenta cómo la tribu le asigna la misión de averiguar qué es lo que ha estado afectando el equilibrio, así que, en compañía de sus amigos Lisetta y Pino, asume la tarea de averiguarlo en los registros de la Biblioteca-Laberinto. Los resultados de su investigación son desalentadores. La sobrevivencia de la tribu está en riesgo debido a una serie de catástrofes ambientales, por lo que tendrán que planear y ejecutar medidas para tratar de resolver los problemas que enfrentan.

La tribu de los árboles es una novela que encontré amena e interesante, con una combinación entre ciencia y fantasía; es una excelente lectura recomendada para todas las edades.