Escarabajos bupréstidos: Un tesoro desconocido de los ecosistemas

Escrito por Cisteil Pérez y David Venegas

Escarabajo bupréstido de la especie Hiperantha interrogationis. Fotografía: Enrique Ramírez García

Ante el panorama actual del mundo en el que suceden cambios importantes en los ecosistemas, es necesario aprovechar la capacidad de la ciencia para predecir y gestionar los posibles escenarios de crisis que se avecinan a corto y mediano plazo. Para lograr esto, requerimos una base robusta de conocimientos que nos permita entender cómo funcionan los ecosistemas actuales, qué especies habitan en ellos y el papel que desempeña cada una de ellas.

En este sentido, ampliar nuestro conocimiento sobre los insectos es urgente, pues las interacciones en las que participan podrían estar apuntalando la estructura funcional de ecosistemas o biomas completos. Dicho de otra manera, si pensáramos en un ecosistema como uno de esos dulces típicos mejor conocidos como «alegría», el amaranto, las nueces, los cacahuates, las pasas y demás frutos secos representarían a las especies de vertebrados y plantas que lo componen; mientras que la red de interacciones finas que protagonizan los insectos sería la miel, esa matriz que mantiene a todos los elementos unidos y permite que se forme el dulce, o en este caso, el ecosistema. Por sus particularidades, en este artículo te presentamos a un grupo de insectos que consideramos como el tesoro escondido de los ecosistemas.

 

Escarabajos bupréstidos y sus particularidades

Este tipo de escarabajos despiertan el interés y admiración de las personas en muchos sentidos. Por un lado, se les llama escarabajos joya por los colores brillantes y metálicos que caracterizan a muchas especies; algunos son tan bellos que los coleccionistas los buscan y atesoran como si estuvieran hechos, literalmente, de piedras preciosas y orfebrería. Fue gracias a esta práctica que se describieron cientos de las 17 500 especies de escarabajos joya que hoy se conocen en el mundo (922 especies en México), y es seguro que faltan muchas por descubrir. Sin embargo, poco se ha descrito de su comportamiento o interacciones con otros organismos.

Las excepciones a lo anterior, surgieron a partir de los problemas que los bupréstidos causan a las actividades humanas, por ejemplo, cuando infestan y acaban con grandes extensiones de bosques maderables. A esa conducta se debe su otro sobrenombre: barrenadores metálicos, ya que sus larvas hacen perforaciones muy particulares en árboles vivos y muertos cuando se alimentan de ellos, razón por la cual estos bellos insectos metálicos, son una preocupación constante para las comunidades humanas que dependen del aprovechamiento forestal.

 

Una dieta variada

Aunque algunos comen esporas de hongos, la gran mayoría de los bupréstidos se alimentan exclusivamente de tejidos vegetales vivos o muertos, y se pueden especializar en consumir una estructura particular de su planta hospedera. También es común que las larvas se alimenten de cierta estructura de la planta, la madera, por ejemplo, mientras que los adultos de la misma especie prefieren las hojas o las flores. Este escenario parece un problema para las comunidades de plantas, pero los bupréstidos llevan a cabo una amplia variedad de funciones importantes que benefician a sus plantas hospederas y a los ecosistemas que habitan, agrupándolos en xilófagos, saproxilófagos, minadores de hojas y los que pueden comer polen, néctar o pétalos cuando son adultos.

Una variante curiosa en los hábitos alimenticios de los saproxilófagos, es la especialización en madera quemada. Los bupréstidos del género Melanophila, encuentran incendios a más de 100 kilómetros de distancia con detectores de calor que tienen en sus ojos, y llegan rápidamente en enjambres para copular apenas unos metros por encima de las llamas y dejar sus huevos en la madera recién quemada. Así, cuando las larvas emerjan podrán darse un festín con la madera chamuscada, que es lo único de lo que se pueden alimentar. Estos amantes del fuego representan una de las primeras fases de regeneración de un ecosistema después de un incendio, ya que ponen nutrientes como el nitrógeno a disposición de microorganismos del suelo que propiciarán la germinación de nuevas plantas.

También están los bupréstidos minadores de hojas que son muy pequeños, pues sus larvas tienen que caber entre las capas que forman el haz y el envés de las hojas. Su presencia se delata por los caminos blancos o transparentes que dibujan a su paso, y cuando ya comieron suficiente, forman una pupa para hacer la metamorfosis al estado adulto. Muchas veces la hoja se cae al suelo y se seca con las pupas dentro, pero eso no importa, ya que de todos modos los adultos saldrán unas semanas después.

Hay otro grupo de bupréstidos que, además de consumir hojas, ramas o madera cuando son larvas, pueden comer polen, néctar o pétalos cuando son adultos. A veces sucede que, al visitar las flores también pueden polinizarlas, aunque se considera que no son polinizadores tan importantes como las abejas y otros insectos.

 

Joyas en un mundo cambiante

Una de las consecuencias más importantes del cambio climático global es la variación y disminución en la cantidad de lluvia, así como los periodos en que esto ocurre, lo cual provoca que bosques enteros se debiliten debido al constante estrés hídrico y térmico que enfrentan los árboles. Muchas especies de bupréstidos aprovechan esta situación y, junto con otros insectos, infestan bosques enteros hasta transformarlos en áreas grises con cientos de árboles muertos en pie.

Por eso, las predicciones sobre la posible ocurrencia de estos fenómenos en distintas regiones del mundo, también deben considerar las probabilidades de que las especies se dispersen más fácilmente a zonas que antes no habitaban. Por ejemplo, Agrilus plannipenis (Emerald Ash Borer), que es una especie originaria de Asia, ya se reporta como invasora en Estados Unidos y Canadá, donde ha destruido bosques completos. Para tratar de controlar la invasión, se han tenido que importar especies de avispas que se alimentan de las larvas del escarabajo; no obstante, eso implica introducir más especies exóticas y desconocemos cómo impactarán a las especies nativas.

La experiencia con el manejo de esta especie de escarabajo nos ha enseñado que debemos prevenir que esta y otras especies extiendan sus territorios, ya que todavía no tenemos una forma adecuada de controlar sus poblaciones. Incluso, algunas especies mexicanas como Chrysobothris yucatanensis y Chrysobothris peninsularis sinaloae que, hasta el momento, solo han mostrado un impacto regional en árboles de importancia forestal como el cedro rojo (Cedrela odorata), podrían cambiar su comportamiento con el aumento de la temperatura global y regional.

Otra consecuencia del cambio climático es el incremento en el número e intensidad de incendios al año, y todavía no tenemos muy claro qué papel van a jugar los bupréstidos en esos escenarios. Cabe preguntarse, ¿qué pasaría con las especies que se alimentan de madera quemada?, ¿su participación sería benéfica o perjudicial? Podemos especular que sus poblaciones podrían estar en riesgo, ya que muchas zonas experimentan cambio de uso de suelo después de un incendio, lo cual evita que se cumplan sus ciclos de regeneración natural.

 Escarabajo bupréstido del género Lampetis. Fotografía: Enrique Ramírez García

No todos los escenarios son desalentadores

Aunque los bupréstidos no son polinizadores tan relevantes en este momento, son candidatos a ocupar los sitios que podrían dejar polinizadores más importantes y abundantes como las abejas, en caso de que estas sigan extinguiéndose aceleradamente como hasta ahora. Así, si la «primera línea» de polinizadores desapareciera —y realmente deseamos que esto no ocurra—, quizás otros insectos podrían ayudar a disminuir el impacto de esa pérdida en plantas nativas y de cultivo.

Frente a la actual crisis de extinción de insectos, es pertinente valorar a los bupréstidos más allá de su importancia económica o estética, ya que sus funciones ecosistémicas son muy amplias, tanto en diversidad como en magnitud, y aún nos falta mucho por descubrir al respecto. En ese escenario, es de suma relevancia incrementar nuestro conocimiento sobre ellos para planear estrategias adecuadas de conservación y de monitoreo de este grupo. Es por eso que entomólogos y ecólogos trabajan a contrarreloj, antes de que los bupréstidos sean víctimas de la acelerada extinción a la que se enfrenta la biodiversidad.

 

Bellamy, C. L. (2012). The world of jewel beetles.

https://cerambycids.com/buprestidae/index.html

 

Naturalista. (2020). Escarabajos barrenadores metálicos (familia Buprestidae).

https://www.naturalista.mx/taxa/54964-Buprestidae

 

Romero-Nápoles, J. y Westcott, R. L. (2017). «Buprestidae», en Cibrián, D. (editor). Fundamentos de Entomología Forestal, México, Universidad Autónoma Chapingo, pp. 227–233.

https://www.researchgate.net/profile/Dulce_Zetina2/publication/337447577_Fundamentos_de_Entomologia_Forestal_Conacyt/links/5e5fdb42a6fdccbeba1c6b44/Fundamentos-de-Entomologia-Forestal-Conacyt.pdf

 

Cisteil Pérez, Investigadora Posdoctoral. Laboratorio de Interacciones Bióticas en Hábitats Alterados, IIES, Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Morelia.

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David Venegas, Comunicador de la ciencia. Colectivo Cúmulo de Tesla.

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