La enfermedad de Lyme es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria (Borrelia burgdorferi) que se transmite al humano por garrapatas infectadas. El venado cola blanca y el ratón de patas blancas, son los hospederos conocidos y de donde la garrapata adquiere la bacteria que eventualmente puede llegar al humano, causando la infección que provoca la enfermedad. El nombre “Lyme” se debe a que en 1975 se estudiaron un total de 51 pacientes con diagnóstico de artritis reumatoide juvenil, en residentes de tres comunidades contiguas a la ciudad de Connecticut, en Estados Unidos: Old Lyme, Lyme y East Haddam.
Los resultados de esta investigación llevaron a la descripción completa de la infección y su asociación con las garrapatas como vector, pero fue hasta 1982, que Willy Burgdorfer aisló del tracto gastrointestinal de la garrapata del género Ixodes, el microorganismo causal, concluyendo que se trataba de una espiroqueta, que por análisis moleculares fue identificada como miembro del género Borrelia y recibió el nombre de B. burgdorferi en honor a su descubridor.
Borrelia burgdorferi, es una bacteria del grupo de las espiroquetas, caracterizadas por un cuerpo fino, alargado y enrollado en forma helicoidal, carecen de pared celular rígida y son muy activas y rápidas. En Norteamérica es transmitida por las garrapatas Ixodes scapularis y la Ixodes pacificus, y en Europa, por la Ixodes ricinus y la Ixodes persulcatus, éstas son las causantes de la enfermedad de Lyme. En la actualidad, se han descrito 15 especies como parte del complejo B. burgdorferi.
Los signos y síntomas variables de la enfermedad de Lyme son inespecíficos, y a menudo están presentes en otras enfermedades, de modo que el diagnóstico puede ser difícil, a lo que hay que agregar que las garrapatas que transmiten la enfermedad de Lyme, también pueden propagar otras enfermedades al mismo tiempo.
Manifestaciones clínicas
La enfermedad se presenta en animales domésticos como artritis y se desconoce si causa alguna afectación en animales silvestres. En humanos, el espectro de la borreliosis de Lyme es amplio, presentándose desde infección asintomática en población en riesgo, hasta una gama amplia de manifestaciones clínicas que se han dividido en tres etapas que aparecen cronológicamente después de la picadura de una garrapata.
Etapa I: “temprana localizada”.
Incluye el periodo de incubación, el cual varía de cuatro a 25 días, se presenta Eritema Migrans (EM) que es una erupción en la piel de forma oval y coloración uniforme o en desarrollo en forma de tiro al blanco o diana, mostrando forma concéntrica con variación en color en el sitio de la picadura, también se le conoce a este tipo de manifestación cutánea como “ojo de buey”; se presenta también fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, mialgias (dolor muscular), artralgias (dolor de articulaciones) y linfadenopatías regionales (inflamación de los ganglios linfáticos) y a veces nauseas, vómito y fatiga.
Ninfa de garrapata (Ixodes sp.) en piel humana. Fotografía de Margarita Vargas S.
Etapa II: “temprana diseminada”.
Tiene de dos a seis semanas de latencia, la bacteria se disemina por vía hemática y linfática, hay manifestaciones cardiacas (4 % a 10 % de los infectados) y aparecen a las cinco semanas (rango de cuatro días a siete meses) después de la picadura. Otras manifestaciones que pueden aparecer después de unos cuantos días o hasta siete meses después de la mordedura, son: meningitis aséptica, afectación de nervios craneales y radiculoneuropatía periférica (compresión de las raíces nerviosas), letargia, depresión, labilidad emocional (alteración de las respuestas en torno a la afectividad), trastornos de memoria, dificultad en la concentración y trastornos de conducta.
La neuropatía craneal ocurre en más del 50 % de pacientes con esta enfermedad. La radiculoneuritis (inflamación de las raíces nerviosas), es común y puede ser sensorial, motora o mixta, y por lo general, ocurre en la zona de la mordedura original. Otras manifestaciones poco comunes, incluyen mielitis transversa (inflamación de la materia gris o blanca en ciertas partes de la médula espinal), mononeuritis múltiple (daño en uno o más nervios fuera del cerebro y la médula espinal), síndrome de Guillain-Barré (trastorno poco común que hace que el sistema inmunitario ataque el sistema nervioso periférico), ataxia cerebelosa (falta de equilibrio y de coordinación motora debido a disfunciones en el cerebelo), pseudo tumor cerebri (conjunto de síntomas que incluyen elevación de la presión sanguínea intracraneal que desencadena dolores de cabeza y que puede llevar a cosas más graves como ceguera), y corea (movimientos involuntarios de manos y pies).
Pueden presentarse también manifestaciones osteoarticulares como ataques agudos de artritis (inflamación de las articulaciones), sinovitis (inflamación de las membranas sinoviales que recubren las articulaciones), y miositis (inflamación muscular debida a infección microbiana).
Ninfa de Ixodes sp. en ratón. Fotografía de Margarita Vargas S.
Etapa III: “tardía”.
Puede presentarse a continuación de la anterior o después de una nueva etapa latente, que puede ser de uno a 10 años. Se manifiestan alteraciones osteoarticulares, cardiovasculares o neurológicas, similares a la de la segunda fase, pero ahora en forma severa y persistentemente crónica. Disfunción cognitiva e incluso enfermedades desmielinizantes o inflamatorias como la Esclerosis Múltiple o el Lupus Sistémico. En la piel, es característica la acrodermatitis crónica atrófica (vesiculaciones y papilas amorfas en la piel). En el sistema nervioso central, encefalitis (inflamación del cerebro) o encefalomielitis crónica que se traduce en fatiga crónica, además de polineuropatía crónica (muchos nervios que no son cerebrales ni de la médula espinal, se encuentran dañados o comprometidos), y ataques crónicos y prolongados de artritis, frecuentemente en rodilla.
Epidemiología
El riesgo de borreliosis de Lyme, está directamente relacionado con la prevalencia de garrapatas y de los reservorios infectados, así como con la exposición del hombre al vector en zonas endémicas. Es una enfermedad distribuida en la mayoría de los países europeos, y en algunos países de Asia y los Estados Unidos. En países como Japón, Australia y en varios de Latinoamérica (Panamá, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia, Chile, Brasil y casos sospechoso en Cuba), se ha detectado una enfermedad similar a la borreliosis de Lyme con una prevalencia de 10.8 % en promedio; sin embargo, no se ha aislado Borrelia burgdorferi de vectores, reservorios o pacientes.
¿Qué se sabe en México?
Desde 1991 se reconocen los primeros casos, y para 1999, dos encuestas serológicas fueron reportadas en nuestro país, la primera con una prevalencia del 1.1 % y el primer registro de los casos iniciales de Linfocitoma borrelial (aumento anormal del tejido provocado por Borrelia) y acrodermatitis en el país; y la segunda, en venado cola blanca de los estados de Coahuila y Nuevo León, con una prevalencia del 3 %.
En 2003, se reconoció la infección por Borrelia burgdorferi en la población en general, de la zona noreste del país y de la ciudad de México con 6.3 % y 3.4 % respectivamente. En 2006, se reportó un caso de acrodermatitis crónica atrófica en Copala, Guerrero, y en 2007, por primera vez en el país, se reportaron los casos confirmados de la enfermedad cutánea y neurológica, procedentes del Valle de México y de la Península de Yucatán. En este año también por primera vez, se identificó Borrelia burgdorferi en garrapatas mexicanas.
En 2008, se identificó la bacteria en roedores de los parques recreativos “La Marquesa” y “El Nevado de Toluca”, áreas cercanas a la ciudad de México y Toluca, hasta que en 2009, se demostró la presencia de Borrelia burgdorferi en el vector de la zona Noreste del país.
En México, la garrapata Ixodes scapularis está distribuida en el Noreste del país (Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí), en el Centro (Hidalgo, Durango), Golfo (Veracruz), Península de Yucatán (Campeche y Quintana Roo) y la Ixodes pacificus en Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Nayarit y Jalisco; mientras que los roedores del género Peromyscus, tienen una amplia distribución en el país donde se han descrito 49 especies. Por otro lado, el venado cola blanca se encuentra distribuido en la mayoría de los Estados de la República Mexicana, excepto en toda Baja California y Chiapas; sin embargo, el riesgo es mayor si se considera que ya se sabe que son más las especies de garrapatas que pueden actuar como vectores. Actualmente se sabe, que al menos en Europa, también los mosquitos son vectores de algunas variantes de la espiroqueta causante de la enfermedad de Lyme.
Son muy pocos los lugares en México donde se pueden realizar las pruebas de diagnóstico para borreliasis y que sean confiables. La primera investigadora que comenzó a trabajar con la enfermedad de Lyme, la Dra. María Guadalupe Gordillo Pérez, hace diagnósticos en pacientes desde 1999, reservorios y vectores en el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS en la ciudad de México. Recientemente, el equipo de la Dra. María Almudena Cervantes-Castillo y la Dra. Carolina Sosa-Martínez, realizan el diagnóstico y tratamiento de Lyme y otras coinfecciones (Erlichia, Babesia, Anaplasma, Riketssia).
Mecanismo de transmisión
La bacteria persiste en la naturaleza a través de un ciclo infeccioso entre mamíferos silvestres y algunas aves con las garrapatas. Así, la bacteria en el huésped vertebrado, se transmite por la mordedura de garrapatas; por otra parte, los roedores infectados son capaces de infectar al 100 % de las ninfas (estados inmaduros de las garrapatas) que se alimentan de ellos; mientras que, el venado es el responsable del mantenimiento de poblaciones de garrapatas en el estadio adulto y permite completar el ciclo.
Los estadios de larva y ninfa de las garrapatas, se alimentan principalmente de ratones de los géneros Peromyscus y Apodemus. Estos roedores son los reservorios principales de Borrelia burgdorferi. En su forma adulta, la garrapata se alimenta de grandes mamíferos de los cuales se han detectado 20 especies diferentes de animales silvestres y domésticos como venados, caballos, ganado bovino, mapaches, conejos, liebres y zorros, así como ocho géneros de aves.
El mecanismo de transmisión más importante es la inoculación directa a través de la saliva durante la alimentación, y se considera que el periodo que permanece la garrapata adherida a la piel del animal, es fundamental para la transmisión, considerándose necesario un tiempo mínimo igual o superior a las 48 horas, siendo el riesgo aproximado al 100 % cuando permanece adherida 72 horas o más.
Garrapatas en venado cola blanca. Fotografías de Margarita Vargas S.
¿Qué precauciones se recomiendan para evitar padecer esta enfermedad?
Algunas medidas que se pueden adoptar para evitar la mordedura por garrapatas pueden ser: si no es estrictamente necesario, evitar las zonas boscosas o cubiertas de hierba y matorrales, sobre todo en época de lluvias. Si se debe hacer trabajo en campo o manejar animales, vestir pantalones largos y camisa de manga larga de color claro, ya que esto permite ver las garrapatas que se pudieran subir a nuestro cuerpo. Usar zapatos que cubran el pie entero y asegurarse que las medias o calcetines estén por encima del pantalón o el pantalón dentro de las botas, así como meter la camisa en el pantalón. Usar sombrero como protección adicional, ya que, además de proteger del sol, ayuda a que las garrapatas no lleguen al cuero cabelludo.
Usar repelente de insectos que contenga DEET (N, N-Dietil-meta-toluamida, ingrediente más común en los repelentes usados para garrapatas y otros insectos) sobre la ropa y sobre la piel que quede al descubierto. Al regresar a casa después de realizar actividades al aire libre, quítese la ropa, lávela y séquela a una temperatura alta y examine cuidadosamente el cuerpo en busca de garrapatas.
Finalmente…
Con los estudios y casos que se han reportado y lo que se ha encontrado en los últimos años, queda totalmente demostrada la presencia de la enfermedad de Lyme con el agente etiológico de Borrelia burgdorferi, y con las diferentes manifestaciones clínicas. También se ha demostrado la presencia de la borrelia en los vectores y en los reservorios en algunas de las zonas con casos humanos. Son varias las especies de garrapatas que pueden actuar como vectores de la espiroqueta causante de la enfermedad.
Se hace necesario difundir las manifestaciones clínicas, para que en casos sospechosos, se realicen los diagnósticos moleculares con una alta sensibilidad y especificidad para la genotipificación de la espiroqueta.
Es recomendable informarse, y si usted sospecha que pudiera tener esta enfermedad, acuda con un especialista, ya que se debe tener en cuenta que muchos médicos familiares no tienen la información necesaria para diagnosticar y atender este tipo de padecimientos.
Para saber más:
Enfermedad de Lyme. Medline Plus.
https://medlineplus.gov/spanish/lymedisease.html
Gaceta Médica de México. (2014). Enfermedad de Lyme: actualizaciones. Gaceta Médica de México, 150:84-95.
https://www.anmm.org.mx/GMM/2014/n1/GMM_150_2014_1_084-095.pdf
González J.M. (2017). Entrevista con la Dra. Almudena Cervantes, especialista en enfermedad de Lyme.
https://www.blogtalkradio.com/juanmanuellymeradio/2016/09/26/entrevista-con-la-dra-almudena-cervantes-especialista-en-enfermedad-de-lyme
Guevara-Valmaña O.I., Martínez-Jiménez A. y Mendoza-García J.G. (2019). Enfermedad de Lyme en la ciudad de México. Medicina Interna de México, 35(3):435-440.
https://medicinainterna.org.mx/article/enfermedad-de-lyme-en-la-ciudad-de-mexico/
Marzol G.B. (2016). Por favor escúchame. Lyme, vida en verde.
http://lymevidaenverde.com/por-favor-escuchame/
Dra. Margarita Vargas Sandoval es bióloga por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (IPN), con estudios de Maestría en Ciencias con especialidad en Biología en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (IPN) y de Doctorado en Ciencias (Biología) en la Facultad de Ciencias (UNAM). Actualmente está adscrita en la Facultad de Biología (UMSNH). Es especialista en taxonomía e importancia médica y económica de insectos y ácaros. En investigación ha descrito 8 nuevas especies de ácaros para la ciencia.
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Dr. Javier Ponce Saavedra, Biólogo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Maestro en Ciencias en Protección Vegetal por la Universidad Autónoma Chapingo y Doctor en Ciencias en Recursos Bióticos por la Universidad Autónoma de Querétaro. Es Profesor-Investigador Titular en la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, fue coordinador del Laboratorio de Entomología “Biol. Sócrates Cisneros Paz” de la Facultad de Biología de 2004 a 2019. Pertenece al SIN (Nivel I) y es integrante de los Programas Institucionales de Maestría y Doctorado en Ciencias Biológicas. Es especialista en sistemática y ecología de arácnidos e insectos, ha descrito 18 nuevas especies de arácnidos, principalmente alacranes.
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