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¿Qué es la ética en la investigación?

La ética en la investigación ha sido considerada, tradicionalmente, como una serie de normativas que deben ser seguidas para poder alcanzar la protección de los participantes y con esto garantizar la integridad científica. Hablar de un seguimiento estricto a estas normas establecidas no siempre garantiza la resolución de los dilemas éticos complejos que se originan de esta labor. Este escrito busca dar pie a una deliberación crítica más allá del cumplimiento de estas regulaciones, en donde se percibe a la ética en la investigación no solo como un fundamento para la integridad científica, sino como una garantía de que los resultados y descubrimientos obtenidos sean compartidos de manera justa y equitativa por medio de erradicar la limitación, que existe y es una realidad, a la información que podría llevar a la afectación del público en general y de la comunidad científica.

Para abordar adecuadamente la ética en la investigación, es necesario partir de la definición de ética desde diferentes enfoques:

Filosófico Rama de la filosofía que estudia los principios y normas que regulan el comportamiento humano en cuanto al bien y el mal.

Antropológico Examina cómo diferentes culturas y sociedades desarrollan y practican sus valores morales.

Teórico Se fundamenta en teorías normativas que guían el comportamiento humano hacia la justicia, la virtud y el deber.

Moral Se centra en la reflexión sobre las acciones humanas y sus consecuencias, buscando establecer lo correcto y lo incorrecto.

A partir de estos enfoques se define a la ética en la investigación como aquel conjunto de principios y normas que guían la conducta de los investigadores, asegurando que el trabajo que realizan sea de manera justa, responsable y respetuosa con los derechos humanos.

Lo esencial de la ética en la investigación

Hablar de ética en la investigación nos lleva al planteamiento de diferentes elementos que permiten considerar el garantizar la integridad, la justicia y la protección de los participantes, entre los que se encuentran el consentimiento informado, el reconocimiento ético, el hacer el bien y no hacer daño, la justicia, confidencialidad y privacidad, integridad científica, responsabilidad, transparencia y comunicación, respeto a los derechos humanos y el contexto social y cultural.

Lo anterior se complementa con aquellas normas y regulaciones que deben cumplirse en el desarrollo de la investigación, como la declaración emitida por la Asociación Médica Mundial llamada Helsinki, las regulaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, siglas en inglés) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, siglas en inglés) de Estados Unidos. Los comités de ética en la investigación resultan esenciales para asegurar que las investigaciones puedan llevarse a cabo de manera ética, ya que revisan y aprueban estudios, evaluando los protocolos para garantizar que los riesgos se minimicen y que los beneficios potenciales justifiquen los riesgos involucrados.

La investigación busca generar conocimiento nuevo y verificable (por medio del método científico), mientras que el objeto de estudio que enmarca la ética es la conducta humana en relación con lo que es considerado bueno o malo, justo o injusto. Al relacionar estos dos objetos, resulta la importancia de la ética para garantizar que la investigación respete la dignidad de los participantes, no cause daño y pueda contribuir positivamente a la sociedad.

La ética en la investigación se manifiesta en la praxis a través de la aplicación de principios éticos en cada etapa del proceso de investigación, por lo que los problemas éticos pueden surgir tanto en las etapas de este proceso como en los productos que se generan a raíz de la investigación. Entonces, es cierto que se tienen ciertas normas, reglas y principios éticos que regulan la investigación; hablamos del respeto a las personas y de un consentimiento informado ya establecido, pero ¿Qué pasa cuando hablamos de poblaciones vulnerables que pueden o no entender el planteamiento de los riesgos? ¿Quién decide que los riesgos que se toman son los aceptables para todos? Estas preguntas nos llevan a la reflexión de esta justicia en la selección de participantes (hablando de este tipo de investigaciones) y en cómo la distribución de estos beneficios sigue siendo una aspiración en muchos contextos, más que una realidad, guiando al siguiente cuestionamiento: ¿Los marcos regulatorios son verdaderamente independientes o se encuentran influenciados por intereses externos? 

Poniendo como ejemplo a aquellas investigaciones enfocadas a la primera infancia, tenemos que este tema plantea desafíos únicos debido a la vulnerabilidad de este grupo y a la necesidad de un consentimiento informado que no pueden proporcionar por sí mismos. En estos casos, obtener el consentimiento de los padres o tutores resulta necesario para que se pueda asegurar, al mismo tiempo, que los derechos y el bienestar del niño estén protegidos en todo momento, lo que requiere de medidas adicionales que permitan minimizar los riesgos y garantizar que los beneficios potenciales justifiquen cualquier inconveniente. Además, es fundamental considerar el impacto social y cultural de la investigación en la primera infancia, asegurando que los estudios sean culturalmente sensibles y que respeten las normas y los valores de las comunidades involucradas.

Es por eso que es pertinente hablar desde una perspectiva crítica que permita vislumbrar los desafíos actuales de la ética en la investigación. Es necesario abordar el tema de ética en la investigación desde una perspectiva que haga visibles los problemas que enmarcan la integridad científica, incluir el fraude, la manipulación de datos, el plagio, entre otros; esto con el objetivo de examinar todas las prácticas cuestionables en la publicación científica y la presión por publicar, dando esta responsabilidad a las instituciones académicas y a las revistas científicas, situaciones que no están normadas en la ética de la investigación, porque es cierto que esta presión, por así llamarla, lleva a prácticas que son cuestionables en la investigación, nos lleva a una publicación redundante y a la manipulación de datos que puede llevar a conclusiones erróneas y engañosas. 

Hablamos entonces de ejemplos claros que permiten ver esta falta de ética y las consecuencias que se tienen en el acceso a la información. Primeramente, tenemos la manipulación de datos y de publicaciones selectivas que, además de limitar el acceso a información precisa y confiable, crea un sesgo en la literatura científica. Posteriormente, abordamos las restricciones de acceso y revistas predatorias que nos llevan a que, si no contamos como investigadores con aquellos recursos a los que solo algunos pueden acceder, se limita y genera una inequidad de acceso a la información que guarda relación con aquellas revistas predatorias que publican artículos priorizando las ganancias sobre la calidad científica. Y, por último, abordamos los conflictos de interés que guardan relación con el financiamiento corporativo, en el que se pueden influir en los resultados de la investigación y en la interpretación de los datos.

La ética y los valores deben ser más acciones que un concepto en sí. Se logran identificar distintos tipos de problemas éticos en la investigación, como la manipulación de datos, el plagio, los conflictos de interés y la falta de consentimiento informado adecuado.

Es fundamental una reflexión crítica

Es esencial hacer una reflexión crítica sobre la ética en la investigación que vaya más allá del cumplimiento de las normativas y que considere la justicia, la equidad y el acceso a la información. Solo así se puede garantizar que la investigación científica sea íntegra, justa y beneficiosa para toda la sociedad.

La observancia de las normativas éticas es esencial, pero no suficiente para abordar los dilemas éticos complejos que surgen en la práctica investigativa. Es necesario un enfoque holístico que incorpore la reflexión crítica y el diálogo continuo entre investigadores, participantes, comités de ética y sociedad en general. Este enfoque debe reconocer y enfrentar las limitaciones y los desafíos actuales, tales como la equidad en la selección de participantes, la protección de poblaciones vulnerables y la justicia en la distribución de los beneficios de la investigación.

En el contexto de la primera infancia, la investigación debe realizarse con el más alto nivel de escrutinio ético, asegurando siempre que los intereses y el bienestar de los niños estén al frente. El consentimiento informado de los padres o tutores es solo el primer paso, ya que también se debe garantizar que los métodos y objetivos de la investigación sean claros, justos y alineados con los principios de beneficencia y no maleficencia.

Además, es imperativo abordar las cuestiones de acceso y equidad en la información científica. La manipulación de datos, las publicaciones selectivas y las restricciones de acceso a la información crean barreras significativas que deben ser eliminadas para promover una ciencia abierta y accesible. Los investigadores y las instituciones deben buscar trabajar de manera conjunta para crear un entorno en el que la transparencia y la integridad resalten, y donde se permita fomentar una cultura de responsabilidad y rendición de cuentas.

Para enfrentar los desafíos éticos en la investigación, es fundamental promover una cultura de responsabilidad y rendición de cuentas. Para poder llegar a esto, a continuación se presenta un decálogo de principios que permitan fortalecer la gestión ética en la investigación:

Integridad: Mantener la honestidad y la precisión en todos los aspectos de la investigación. 

Transparencia: Divulgar los resultados de manera clara y accesible, sin ocultar datos, manteniendo la confidencialidad y el respeto a los derechos de los involucrados en todo momento. 

Responsabilidad: Asumir la responsabilidad por la conducción ética de la investigación. 

Justicia: Garantizar la equidad en la selección de participantes y en la distribución de beneficios y riesgos.

Consentimiento Informado: Asegurar que los participantes comprendan los objetivos, métodos, riesgos y beneficios de la investigación.

Confidencialidad: Proteger la información personal y sensible de todos los participantes.

Respeto a los Derechos Humanos: Garantizar el respeto y la protección de los derechos fundamentales de todos los participantes.

Evaluación Ética Independiente: Someter los proyectos de investigación a la evaluación de comités de ética independientes.

Sensibilidad Cultural: Adaptar los métodos de investigación para ser culturalmente sensibles y apropiados.

Finalmente, la ética en la investigación debe ser vista no solo como un conjunto de reglas a seguir, sino como una práctica dinámica y reflexiva que tiene como objetivo mejorar constantemente y adaptarse a los nuevos desafíos. Solo buscando este enfoque holístico e integral que incorpore la reflexión, la crítica y el diálogo continuo y buscando el cumplimiento de los principios que fortalecen la gestión ética antes mencionados, podemos asegurar que la investigación científica avance de manera que respete y proteja los derechos y la dignidad de todos los individuos, contribuyendo con resultados justos y contribuciones al bienestar colectivo.

De Lecuona-Ramírez I. y Leyton-Donoso F. (2017). Bioética en Investigación en Seres Humanos y en Animales. Universitat Oberta de Catalunya. 37 p. https://openaccess.uoc.edu/bitstream/10609/140026/2/Derecho%20y%20bio%C3%A9tica_M%C3%B3dulo%204_Bio%C3%A9tica%20e%20investigaci%C3%B3n%20en%20seres%20humanos%20y%20en%20animales.pdf

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