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Los tres mosqueteros: salud humana, animal y ambiental

Escrito por Susana Maza-Villalobos, Samuel Albores-Moreno y Zendy E. Olivo-Vidal

ARTÍCULO

Los tres mosqueteros: salud humana, animal y ambiental

Susana Maza-Villalobos, Samuel Albores-Moreno y Zendy E. Olivo-Vidal

 

Resumen

El concepto de Una Sola Salud o One-Health destaca la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. Este enfoque reconoce que el bienestar de los seres humanos y animales está directamente vinculado a la salud del ecosistema. Por medio de un hecho real, como es la producción de alimentos, compartimos con el lector las relaciones y las consecuencias que esta acción tiene tanto en la salud animal —agrícola y silvestre— como en la salud humana. Además, empleamos el caso de la Teniasis-Cisticercosis, una enfermedad que permite interiorizar aún más en el lector la idea de la interdependencia entre la salud ambiental, la salud animal y la salud humana. Se recalca la importancia de cómo elegir alimentos producidos de manera sostenible.

Palabras claves: Ambiente, conservación, salud, zoonosis.

 

RECIBIDO: 27/06/2024; ACEPTADO: 13/01/2025 ; PUBLICADO: 19/12/25

 

Hace un par de años se proyectó una película con personajes humanoides de color azul. La trama principal de esta obra gira en torno a la idea de que en nuestro planeta todo está conectado y relacionado. Aunque se presentó en formato cinematográfico, el argumento no se desvía demasiado de nuestra realidad.

El enfoque de Una Sola Salud o One-Health, como se le conoce en inglés, plantea la interconexión e interdependencia entre la salud humana, la salud animal y la salud ambiental. De esta manera, el bienestar tanto de los seres humanos como de los animales se ve directamente afectado por la salud del ecosistema. Aunque estas ideas de interdependencia e interrelación fueron propuestas hace varias décadas, fue hasta la pandemia de COVID-19 que volvieron a tomar fuerza.

Si bien esta pandemia despertó la conciencia con respecto a la importancia del cuidado ambiental, es trascendental considerar que no debemos esperar a que eventos como este sucedan para pensar sobre lo que estamos haciendo con el planeta y las acciones a tomar para disminuir el impacto negativo que tenemos sobre él. Como veremos más adelante, todo lo que le hagamos al planeta repercutirá en nosotros y otros seres vivos. 

 

Producción de alimentos y degradación ambiental

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, se proyecta que para el 2050 la demanda de alimentos aumentará entre un 70 % y un 100 %. Sin embargo, si persistimos con las mismas estrategias de producción de alimentos, generaremos mayor deforestación, así como disminución y contaminación de cuerpos de agua dulce. En el contexto mexicano, se conoce que una parte significativa de la deforestación, es decir, la pérdida de selvas, bosques, matorrales y demás ecosistemas naturales, es causada por actividades agropecuarias, dicho de otra manera, por la agricultura y la ganadería.

Al respecto, es esencial recordar que los árboles desempeñan una función crucial en el ciclo del agua, actuando como esponjas que favorecen la recarga de los acuíferos y contribuyen al reciclaje del agua atmosférica. Así, uno de los resultados de la deforestación es el decremento de la infiltración de agua, lo cual trae como consecuencia la reducción de los mantos acuíferos. Además, la deforestación incrementa la cantidad de sedimentos arrastrados a las zonas bajas de los ríos, provocando contaminación de estos cuerpos de agua. 

Las actividades agropecuarias, poco amigables con el ambiente, también tienen un impacto significativo en el consumo y en la contaminación de agua dulce a nivel mundial. Se estima que el 70 % de las extracciones de agua dulce son para la producción agrícola y que, aproximadamente, el 90 % de esta agua extraída no retorna a su fuente original o regresa contaminada. Es decir, nos estamos acabando el agua dulce y estamos contaminando la poca agua que nos queda. Al respecto, ¿qué implicaciones crees que puede tener en la salud animal y en la salud humana esta mala salud ambiental reflejada en la contaminación de los cuerpos de agua?

La degradación ambiental, especialmente la contaminación de los ríos y otros cuerpos de agua, representa un riesgo considerable para la salud tanto animal como humana. Visualicemos un paisaje con extensos campos ganaderos y cultivos, en donde anteriormente había bosques o selvas, pero ahora es posible que solo queden algunos manchones de esta vegetación. El río que recorre esta zona, hace muchos años era un cuerpo de agua cristalina, limpia y segura para su consumo. Sin embargo, poco a poco, el río, además de bajar de nivel, ahora se encuentra contaminado por agroquímicos, como fertilizantes, pesticidas y herbicidas, así como por aguas negras, es decir, aguas que contienen materia fecal y orina, tanto de humanos como de animales. Este paisaje sin duda está degradado; no es un ambiente sano y el consumo del agua contaminada representa un peligro para la salud animal y humana debido a que en el agua contaminada se encuentran cientos de patógenos que pueden generar enfermedades.

 

Salud animal y salud humana

En relación con los animales implicados en la producción alimentaria, tales como cerdos, vacas, caballos, aves, abejas, peces, crustáceos y demás, hasta el 2023 en México, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) reportó 158 enfermedades, muchas de las cuales están relacionadas con la degradación ambiental.

Imagina un escenario donde existe un río que nace en la cima de una montaña y la recorre desde su punto más elevado hasta la parte baja donde se une con otros cuerpos de agua. A lo largo del río se encuentran establecidas algunas viviendas y granjas, en las cuales es costumbre defecar al aire libre. Si algunas de las personas que defecan al aire libre tienen alguna infección gastrointestinal, sus heces tendrán partículas que pueden contagiar a otros humanos y a otros animales, tanto de la granja como silvestres. Ilustremos esto con un ejemplo: la Teniasis-Cisticercosis.

Pensemos que, en esta zona ficticia, algunos habitantes tienen teniasis, una infección intestinal producida por la lombriz plana Taenia solium, conocida comúnmente como solitaria. Cuando estas personas defecan, en sus heces se encuentran huevos e incluso segmentos del parásito que llegan a infectar a otros animales, de granja o silvestres, cuando consumen esta materia fecal o alimentos contaminados. Además, debido a que las heces están al aire libre, cuando llueve es probable que fragmentos de la materia fecal sean arrastrados a los cuerpos de agua, provocando su contaminación. A esto hay que sumarle las boñigas de los animales que previamente adquirieron esta infección por consumo de excretas o alimentos contaminados.

En este sentido, el río, ahora contaminado por desechos fecales, se ha convertido en una fuente de infección tanto para el ganado como para la fauna silvestre y los humanos que están en contacto directo con estas aguas. Incluso, cuando las verduras regadas con esta agua contaminada no son desinfectadas, el consumo de estas puede contagiar a más gente y animales.

Lamentablemente, los efectos de la contaminación del río, de la mala salud animal y del humano van más allá de lo que sucede en esta región: recordemos que este río está conectado con otros cuerpos de agua. Además, si la carne de los animales enfermos, por ejemplo, carne de cerdo infestada de huevos de Taenia solium es consumida por el humano, este puede enfermar y continuar con la cadena de contagios si no se toman medidas adecuadas. Una de las medidas de prevención es el lavado de manos, pero ¿cómo asegurar la sencilla acción de lavarse las manos, si por una parte la cantidad de agua dulce limpia en el planeta es cada vez menos y, por otra parte, estamos contaminando la poca agua dulce limpia que nos queda?

Este ejemplo, aunque pequeño en escala y narrado con pocos actores involucrados para facilitar su comprensión, ilustra un poco la contaminación de los cuerpos de agua en nuestro planeta y los efectos que puede tener sobre animales y humanos. Pero en realidad, la contaminación de los cuerpos de agua de nuestro planeta no solo se origina por el desecho de aguas negras, sino por diversos tipos de contaminantes que también pueden enfermar a animales y humanos y causar desastres severos.

Cuando las enfermedades animales son altamente contagiosas, mortales y zoonóticas, es decir, que se transmiten de animales a humanos, estas se reportan inmediatamente al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) para aplicar oportunamente las medidas de control de brotes, detener su dispersión y así evitar epidemias. Lo anterior es importante, no solo por el impacto que estas enfermedades pueden tener sobre los animales, el desbasto y el encarecimiento de alimentos, sino también por el efecto negativo sobre la salud humana.

De acuerdo con la FAO, el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas son zoonóticas. La transmisión puede ocurrir porque estamos en contacto directo con animales contagiados o consumimos alimentos derivados de estos, como en el caso de la Teniasis-Cisticercosis. Sin embargo, estas enfermedades también pueden llegar al humano y a otros animales mediante el contacto y consumo de alimentos contaminados, incluida el agua.

 

Resultado del impacto negativo sobre los ecosistemas

Como puedes observar, tener prácticas poco respetuosas con el ambiente en la producción de alimentos y mantener malos hábitos de higiene genera un impacto negativo sobre los ecosistemas, la salud animal y la salud humana. En este sentido, es importante ser conscientes sobre los alimentos que consumimos, cuestionar de dónde vienen, en qué condiciones se producen, si usan o no tecnologías amigables con el ambiente, etcétera. Si está en nuestras posibilidades, es deseable aumentar el consumo de alimentos que se produzcan sin uso de agroquímicos, con manejo adecuado de desechos, como residuos industriales y aguas contaminadas.

Siguiendo la analogía de la película de humanoides azules, en el planeta Tierra todos estamos conectados. Tal vez el resultado de nuestras acciones sobre el planeta no sea evidente de manera inmediata o en el lugar de los hechos, pero sin duda nuestras acciones sobre el ambiente repercuten en la salud y vida de otros animales y humanos. Por eso, te invitamos a que reflexiones con respecto a cómo es tu relación con el ambiente y las consecuencias que esta puede traer.

 

Susana Maza-Villalobos. Investigadora. ECOSUR, Grupo Conservación y Restauración de Bosques, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

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Samuel Albores-Moreno. Técnico-Académico. ECOSUR, Unidad San Cristóbal de Las Casas, Chiapas (México). Grupo Ganadería Sustentable y Cambio Climático.

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Zendy E. Olivo-Vidal. Técnica-Académica. ECOSUR, Unidad Villahermosa, Tabasco (México). Grupo Enfermedades Emergentes, Epidémicas y del Metabolismo Asociadas a la Alimentación.

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Molina, F.F. (2023). Una sola salud: Un enfoque integrador. Nuestra Tierra, 20(40), 12-15. https://erno.geologia.unam.mx/uploads/nuestra-tierra/archivos/40/Revista_Nuestra_Tierra_40.pdf 

 

Navarro, N. (2009). Un solo mundo, una sola salud. Boletín del OIEA, 51(1), 27-31. https://www.iaea.org/sites/default/files/51105532731_es.pdf 

 

Rodríguez V.J.C. (2016). Animales y humanos, propuesta para Una Sola Salud. Ciencia, 68-75. https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/67_2/PDF/Animales.pdf