ARTÍCULO
Cambiando paradigmas: psilocibina, una terapia prometedora para la depresión
Sayra Teresa Gutiérrez-Sánchez
Resumen
En los últimos años, el interés en el uso de psicodélicos como alternativa para enfrentar diversos trastornos psicológicos ha ido incrementándose. Con cada vez más evidencia, la psilocibina, una sustancia alucinógena de cierto tipo de hongos, podría ser un tratamiento novedoso y efectivo en pacientes que presenten trastornos como la depresión. Según la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad está en aumento y se estima que 280 millones de personas, en todo el mundo, presentan un trastorno depresivo y que 700 000 pierden la batalla contra esta enfermedad al año, siendo la cuarta causa de muerte más común entre jóvenes de 15 a 29 años. Además, es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial.
Palabras clave: Alucinógeno, depresión, hongos, psilocibina.
RECIBIDO: 26/06/2024; ACEPTADO: 01/12/2024; PUBLICADO: 19/12/2025
Trastorno depresivo mayor
Este trastorno, también llamado «depresión clínica», es una alteración del bienestar emocional donde está involucrado el estado de ánimo. En la mayoría de los casos, se manifiesta con una tristeza continua, así como con la pérdida de placer o interés para llevar a cabo actividades cotidianas. Esta enfermedad afecta los pensamientos y el comportamiento de quien la padece, provocándole problemas físicos, sociales y emocionales.
La depresión puede afectar a cualquier persona, incluso a quienes parecen vivir en condiciones ideales; sin embargo, existen barreras sociales, culturales y económicas que pueden llegar a dificultar su diagnóstico y tratamiento. Actualmente, existen tratamientos efectivos para tratar este padecimiento, pero en países en vías de desarrollo, como México, más del 75 % de las personas afectadas no reciben la atención ni el tratamiento adecuado.
El interés en el uso de la psilocibina, como tratamiento alternativo para tratar la depresión, ha llamado la atención de la comunidad científica, especialmente por la creciente evidencia experimental que apoya su efectividad y su potencial terapéutico, demostrando que puede llegar a ser una buena opción.
¿Qué es la psilocibina?
Se trata de un psicodélico, un alcaloide natural que se encuentra presente en hongos del género Psilocybe, afamados también como hongos mágicos o medicinales. Este compuesto es muy similar a la conocida hormona de la felicidad, la serotonina, debido a su estructura y a su mecanismo de acción, mostrando un potencial terapéutico relevante por la forma en la que interactúa con el sistema nervioso central, ya que es reconocido por un receptor de serotonina, llegando a provocar alteraciones en el estado de ánimo. Se ha reportado que la psilocibina fomenta la comunicación entre neuronas.
El conjunto de estos efectos puede tener un impacto importante en la perspectiva personal y en la modificación de conductas, dando como resultado mejoras en los trastornos mentales, como la depresión. Además, en dosis adecuadas, no representa riesgo para la salud, ya que se caracteriza por una baja toxicidad y probabilidad de abuso.
El uso de los hongos se ha documentado desde la prehistoria, pero fue en la década de los años cincuenta cuando por primera vez se introdujo el término psicodélico. En aquellos años, el mundo científico estaba emocionado debido al gran potencial que presentaba esta sustancia para tratar a personas con desórdenes mentales, pero debido al uso recreativo y sin moderación, esta sustancia fue prohibida, provocando que los estudios científicos se detuvieran.
En México, la psilocibina se sigue clasificando como una sustancia prohibida debido a la estigmatización, la historia legal y cultural. Al estar prohibida, no se investigan sus propiedades terapéuticas como en otros países, lo que presenta todo un reto; aun así, se posiciona como una alternativa terapéutica para este trastorno.
El uso de hongos como parte de la medicina tradicional en México
México presenta en su territorio una gran diversidad de pueblos indígenas que poseen conocimientos ancestrales sobre el uso de estas sustancias para tratar malestares físicos, emocionales y energéticos. Además, es uno de los países con mayor cantidad de hongos psilocibios, ya que, de las 250 especies de hongos en el mundo, 53 crecen en México, teniendo registro de que al menos un tercio se emplean con fines ceremoniales a lo largo del país.
Este aspecto es sumamente relevante, considerando que nuestro país no solo cuenta con los recursos para obtener la psilocibina, sino que también contamos con la riqueza del conocimiento transmitido por los pueblos indígenas, quienes han aprendido a manejar estas sustancias con fines terapéuticos a lo largo del tiempo.
Uso contra la depresión: ¿Qué demuestran los estudios?
En diversos estudios clínicos con el uso de psilocibina como tratamiento para la depresión, se han obtenido resultados satisfactorios, ya que muestran una reducción significativa de los síntomas después del tratamiento con una o dos dosis. El uso de esta terapia asistida siempre fue acompañado de psicoterapia, porque al darle un enfoque terapéutico ha demostrado mejores resultados, dejando de lado solo tomar una pastilla para el alivio de los síntomas.
La reducción de síntomas y el bienestar apresurado que los pacientes presentaron en los diferentes estudios muestra una gran diferencia con respecto a los tratamientos antidepresivos tradicionales, los cuales, teniendo una administración diaria, tardan al menos dos semanas en hacer efecto, además, pueden tardar de seis a doce meses en producir una mejora óptima. En ningún caso se ha reportado la existencia de adicción a la psilocibina, convirtiéndose en una sustancia de bajo riesgo adictivo y sin registro de que cause síndrome de abstinencia.
Como cualquier otra sustancia psicoactiva, consumir psilocibina presenta la posibilidad de producir síntomas psicóticos, como despersonalización, delirios y ataques de pánico. No obstante, cuando se realiza en un contexto controlado y en dosis adecuadas, los efectos adversos son muy pocos, algunos de ellos son dolores de cabeza, mareos y náuseas. Estos síntomas se presentan de forma leve y son meramente transitorios sin presentar un mayor riesgo para la salud, a diferencia de los antidepresivos clásicos que provocan diferentes afecciones de forma más continua.
En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) le otorgó a la psilocibina el reconocimiento de «terapia innovadora», abriendo el paso al desarrollo de nuevas investigaciones. En este momento se encuentra en la etapa dos de tres investigaciones clínicas para poder ser considerado de manera oficial como medicamento por la FDA.
Riesgos de terapias con psicodélicos por falta de regulación
A pesar de que los estudios disponibles son esperanzadores, en México hablar sobre psicoterapia asistida con psilocibina es hablar de sustancias prohibidas que se encuentran en un estricto paradigma, ya que es un tema que genera miedo e incertidumbre; sin embargo, esta práctica se usa clandestinamente y de manera frecuente en la actualidad.
Las personas interesadas en consumir psilocibina suelen encontrarla en ceremonias o fiestas no reguladas, con guías espirituales, cuyo interés puede ser desde la recreación hasta para obtener «conexiones espirituales y experiencias místicas», lo que pone en riesgo a las personas, ya que no todas son candidatas para el uso de estos tratamientos y pueden llegar a generar experiencias traumáticas, así como otra clase de desórdenes mentales.
Hasta el día de hoy, la posibilidad de uso de psilocibina como un tratamiento para la depresión en nuestro país presenta grandes retos en temas de normatividad y legislación, en la falta de investigación y de certificación de personal adecuado para la administración de esta terapia. El uso de psilocibina sin el entorno adecuado y regulado puede significar un riesgo para la salud.
La terapia no es un servicio al que toda la población pueda acceder y, desafortunadamente, la depresión es una enfermedad que aumenta día con día. Implementar dicha terapia en pacientes de diversos sectores puede funcionar como un intento para mejorar la salud pública y la calidad de la salud mental en México.
Sayra Teresa Gutiérrez-Sánchez. Estudiante del Programa de Maestría en Ciencias de la Salud, División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas «Dr. Ignacio Chávez» de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.
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