ARTÍCULO
De cuerda a mezcal: el henequén
Elia Ballesteros-Rodríguez y Lorenzo Felipe Sánchez-Teyer
Resumen
¿Conoces las cuerdas para tender ropa que no son de plástico? Son las que están hechas de fibras naturales que pueden provenir de plantas, algunas de ellas seguramente son de una planta llamada henequén (Agave fourcroydes). El henequén es un agave mexicano al que le gusta el clima tropical; crece mejor donde hay mucho sol y calor, como en la península de Yucatán. En el interior de cada hoja de henequén hay muchas fibras pequeñas, pero fuertes, que se han utilizado, principalmente, para hacer cuerdas y hamacas.
Palabras clave: Agave fourcroydes, cuerdas, fibras naturales, henequén.
RECIBIDO: 10/06/2024; ACEPTADO: 26/08/2024; PUBLICADO: 22/09/2025
¡La historia del henequén es un subibaja!
¿Has visitado las zonas arqueológicas mayas de Chichén Itzá y Uxmal? Sus impresionantes pirámides tuvieron que ser construidas con la ayuda de cuerdas de henequén para atar y jalar las piedras. Los mayas también utilizaron el henequén para elaborar calzados, arcos para cazar y hamacas para dormir.
¿Y las haciendas henequeneras? Las primeras haciendas en Yucatán fueron construidas por los colonizadores españoles para criar ganado, cultivar maíz y caña de azúcar. Con el paso del tiempo, los hacendados comenzaron a cultivar henequén debido a que los barcos necesitaban muchas cuerdas para atar sus velas. Fue tanta la demanda de la fibra de esta planta que, a finales del siglo XIX, ¡el henequén se había convertido en el principal cultivo de exportación de México!
Pero, ¿quién compraba la fibra de henequén? Durante un tiempo, Yucatán fue el único lugar del mundo que producía henequén y, Estados Unidos, su mayor comprador. En ese país, la industria del trigo necesitaba del henequén porque las máquinas empacadoras utilizaban cuerdas para atar las pacas de la cosecha. Aunque la producción de trigo en Estados Unidos necesitaba del henequén yucateco, toda la economía de Yucatán dependía del cultivo de henequén. De 1902 a 1915, prácticamente la totalidad de la industria henequenera de Yucatán era controlada por los intereses de la compañía estadounidense International Harvester Company.
El henequén trajo enormes beneficios económicos a las clases altas de Yucatán, lo que puedes ver hoy en día en las hermosas mansiones y palacetes que adornan el Paseo de Montejo. Mérida se modernizó con calles pavimentadas, escuelas y bancos, fue la primera ciudad de México en ser iluminada completamente por electricidad y, también, ciertas partes de Yucatán, principalmente del noroeste, se beneficiaron con la creación de vías del tren y puertos, como Puerto Progreso.
Mientras esto sucedía en las ciudades, las comunidades rurales de Yucatán perdían sus tierras y pagaban altos impuestos, los peones de las haciendas henequeneras trabajaban de sol a sol, la mayoría prácticamente como esclavos, eran maltratados, no podían abandonar las haciendas porque debían los créditos que les daban los hacendados y no recibían atención médica, el trato era tan cruel que los peones y sus familias eran obligados a cortarse el cabello de cierta manera.
El cultivo de henequén tenía tanto éxito que fue necesario traer gente de fuera, porque en Yucatán ya no había peones para cubrir la demanda. Pero la situación de estos trabajadores muchas veces era peor que la de los peones mayas y muchos murieron por el clima y las enfermedades propias de la península. La Revolución mexicana llegó a Yucatán en 1915, cinco años después de haber iniciado en el resto del país, y con ella el reinado del henequén llegó a su fin.
La Revolución mejoró las condiciones de trabajo de los peones y les quitó tierras a los hacendados, pero cambió la forma de producir y vender henequén, obligando a Estados Unidos a buscar sustitutos de la fibra en otros lugares, como África Oriental, la isla de Java, Cuba y Manila de las Filipinas que producían sisal.
Para 1930, los cambios en la sociedad traídos por la Revolución, la competencia y la baja demanda de fibra habían terminado con la prosperidad del henequén en Yucatán, convirtiendo al estado en uno de los más pobres del país. La región que alguna vez abasteció la mayor cantidad de fibra de henequén al mundo, en la actualidad no puede proveer suficiente fibra al resto de México. El país importa la mayor cantidad de fibra de Brasil, ya que no tiene los recursos para producir henequén a gran escala.
Para todo mal, mezcal
La producción de fibra de henequén sigue presente en Yucatán, ahora de manera «integral», lo que significa que se aprovechan los residuos de la producción que, normalmente, eran desechados. El henequén se sigue utilizando para la fabricación de cuerdas, pero también se emplea artesanalmente para elaborar alfombras, tapices, tapetes y hamacas. Otros usos que se han propuesto para el henequén son: como abono, alimento de ganado, biogás, pasta de papel, ceras para uso industrial y para obtener una sustancia química llamada hecogenina, que se utiliza en la industria farmacéutica como anticonceptivo. El jugo obtenido del desfibrado puede utilizarse también como biodetergente para el lavado y como emulsionante para combustibles. Sin embargo, hay un producto de este agave que está hecho para deleitar al paladar.
¿Mezcal de Yucatán? ¡Sí! En México llamamos mezcal a la mayoría de las bebidas alcohólicas que se obtienen de los agaves, aunque estas no cumplan legalmente con la denominación de origen para nombrarse «mezcal». Ya que Yucatán se encuentra fuera de la denominación de origen, a este destilado se le conoce comercialmente como licor de Izamal o de sisal. Los primeros intentos por obtener mezcal de henequén fueron realizados por el químico francés Charles Lassus a principios del siglo XX, pero fue hasta el 2003 que un grupo de empresarios jaliscienses y yucatecos, con la participación del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), se dio a la tarea de producir y comercializar la bebida.
Aunque la producción de este exótico destilado requiere de mayor cantidad de «piñas» (tallos del agave) que la de otros mezcales, su proceso de producción es el mismo. El proceso de elaboración de cualquier mezcal se divide, generalmente, en cinco etapas:
Cocimiento. Puede realizarse en cavidades del suelo, en hornos verticales de mampostería o autoclaves (recipientes parecidos a una olla de presión de cocina). En el cocimiento se procesan los azúcares presentes en las piñas para poder fermentarse.
Molienda. Una vez que las piñas están cocidas, se aplastan o muelen para extraer el jugo que contiene los azúcares del agave de las fibras. Tradicionalmente, los productores artesanales maceran el agave cocido a mano o utilizando una tahona.
Fermentación. Después de la molienda, los azúcares presentes en los jugos son transformados en alcohol por la acción de unos microorganismos conocidos como levaduras, que están presentes en el medioambiente de manera natural. En el caso de los mezcales, a diferencia del tequila, los jugos se fermentan junto con las fibras (bagazo) en algún tipo de contenedor sin que se les añadan levaduras u otras sustancias.
Destilación. El alcohol se separa del jugo fermentado en ollas de barro, alambiques de cobre o de acero inoxidable. Al producto obtenido se le llama mezcal de primera destilación, ordinario o común.
Rectificación. Esta etapa consiste en destilar por segunda vez el mezcal con la finalidad de elevar su contenido de alcohol. La doble destilación es la norma en Oaxaca y en la mayor parte del país.
El licor de henequén o de sisal se produce, principalmente, en el municipio yucateco de Izamal. Como a todo buen mezcal según su agave, el henequén le da un sabor y aroma característicos. Su contenido de alcohol va del 35 al 40 % y, dependiendo de su tiempo de maduración, se divide en las categorías de blanco, reposado o añejo.
Ya lo sabes, en tu próxima visita a Yucatán, considera que la mayor parte de la historia de este estado ha girado en torno al noble agave del que se puede obtener cuerda y mezcal, su majestad el henequén.
Elia Ballesteros-Rodríguez. Investigadora Posdoctoral SECIHTI, Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C., Unidad de Biotecnología, Laboratorio de Marcadores Moleculares y Genómica Funcional. Mérida, Yucatán.
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Lorenzo Felipe Sánchez-Teyer. Investigador Titular, Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C., Unidad de Biotecnología. Mérida, Yucatán.
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El Universal. (2023, 3 de enero). Deliciosa bebida se prepara con el «oro verde» de Yucatán [en línea]. https://sipse.com/novedades-yucatan/licor-de-henequen-sisal-alcohol-yucatan-439416.html
Financiera Rural. (2011). Monografía del Mezcal. Dirección General Adjunta de Planeación Estratégica y Análisis Sectorial, Dirección Ejecutiva de Análisis Sectorial, 1-5 p. https://embamex.sre.gob.mx/belice/images/stories/docs/mezcal.pdf
Rioux N. (2014). The Reign of «King Henequen»: The Rise and Fall of Yucatán’s Export Crop from the Pre-Columbian Era through 1930. Bates College. SCARAB, Honors Theses. 106. https://scarab.bates.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1107&context=honorstheses