ARTÍCULO
¿Cómo proteges tu piel del sol?
Diego Alejandro Simón-Nieto
Resumen
Usar filtro solar es cuidarse y protegerse. Los protectores contienen filtros que bloquean los rayos UVA y UVB y cuidan la piel de irritación, enrojecimiento y alergias. Puedes elegir entre distintas variedades que existen. Sin protección solar, los rayos UVA y UVB podrían penetrar más profundamente en la piel y causar quemaduras solares. La exposición al sol sin la correcta protección puede generar cáncer y diversas complicaciones irreversibles. Los filtros solares protegen las proteínas de la piel, como la queratina, la elastina y el colágeno, necesarias para mantener la piel sana y lisa. Es muy importante reaplicar el filtro solar.
Palabras clave: Bloqueador solar, filtro solar, cáncer de piel, piel.
RECBIDO: 02/11/2023; ACEPTADO: 25/02/2024;
PUBLICADO: 14/05/2025
La exposición a la luz solar puede ocasionar daños irreversibles
El sol, las lámparas solares y las camas o cámaras de bronceado emiten radiación ultravioleta (UV). La exposición a la radiación UV causa el envejecimiento prematuro de la piel y daños que pueden dar como resultado cáncer de piel. Algunas de las complicaciones que podrían generarse por la exposición al sol son fotoenvejecimiento, manchas, quemaduras, aparición de manchas blancas en el cuerpo, paño, alergias y manchas escamosas. Pero, lo más grave, es el cáncer de piel que, aunque es más frecuente en las personas con piel clara, puede presentarse igualmente en personas con cualquier tono de piel, incluso si es oscura.
¿Qué es la radiación solar?
La radiación solar es la energía emitida por el Sol que se propaga en todas las direcciones a través del espacio mediante ondas electromagnéticas y se genera en las reacciones del hidrógeno en el núcleo del Sol por fusión nuclear y es emitida por la superficie solar. Las radiaciones solares pueden clasificarse según sus longitudes de onda: ultravioleta (UV), luz visible e infrarroja. De la radiación UV que llega a la superficie terrestre, un 97 % es ultravioleta A (UVA) y un 3 % ultravioleta B (UVB). La radiación UVA provoca efectos a largo plazo, como fotoenvejecimiento, fotosensibilización y cánceres graves como el melanoma. En cambio, la UVB es la responsable del enrojecimiento inmediato, la alteración del sistema inmune, la pigmentación de la piel y el cáncer de piel.
¿Cómo puedo proteger mi piel del sol?
Use un sombrero que le dé sombra alrededor de la cara, el cuello y las orejas. Póngase gafas que filtren los rayos UV para protegerse los ojos y la piel que los rodea. Use mangas largas y pantalones. Las telas oscuras y de tejido más cerrado son las mejores; algunas telas contienen factor de protección ultravioleta (UPF). Use productos con un factor de protección solar (SPF) mínimo de 50; mientras más alto el número, mayor es el factor de protección solar. Aplique la cantidad indicada de protector a la piel expuesta 30 minutos antes de estar al aire libre. Es muy importante que reaplique el protector solar cada 2 horas o después de nadar o sudar. Limite el tiempo que pasa al sol. Evite estar al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Tampoco se exponga a otras fuentes de radiación UV, como las camas de bronceado. Use protección solar incluso en los días nublados, ya que los rayos UV se reflejan en la arena, el agua, la nieve y el hielo y atraviesan el parabrisas del automóvil y las ventanas.
¿Qué es un bloqueador solar?
Los filtros o bloqueadores solares son necesarios, ya que protegen la piel de los efectos nocivos del sol y previenen los riesgos de cáncer de piel, como el melanoma, así como las quemaduras solares, el envejecimiento prematuro de la piel o incluso la aparición de manchas. Existen tres tipos de filtros solares:
Filtros físicos. En este grupo se incluyen los pigmentos inorgánicos (óxido de zinc, dióxido de titanio, mica) opacos a la radiación solar, característica que les permite actuar a modo de pantalla, de forma que, por una parte, reflejan la luz y por otra la absorben, ofreciendo así una extraordinaria protección frente a la radiación solar.
Filtros químicos. Son compuestos naturales de estructura aromática. Los filtros más empleados son el PABA (ácido p-amino benzoico) y sus derivados, capaces de absorber radiaciones energéticas de longitudes de onda propias del espectro ultravioleta. Actúan impidiendo la transmisión de la radiación hacia los tejidos, evitando así los efectos perjudiciales que provoca la radiación solar sobre ellos. Su capacidad protectora está condicionada por la longitud de onda que sea capaz de absorber la molécula (UVB, UVA), razón por la cual normalmente se utilizan combinaciones de filtros para aumentar su efectividad y conseguir un espectro de absorción lo más amplio posible.
Filtros biológicos. Son moléculas con propiedades antioxidantes, es decir, que ayudan a retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas responsables del envejecimiento del cutis y del cáncer de piel. Los representantes de este tipo de filtro son la vitamina C y la vitamina E, así como sus derivados. Estos ingredientes mejoran el aspecto y elasticidad de la piel, potenciando el subsistema inmunológico cutáneo.
¿Qué es el factor de protección solar?
El factor de protección solar (FPS) indica el tiempo que se puede permanecer expuesto al sol con la piel protegida en comparación con la piel sin protección, hasta la aparición del eritema. El valor numérico que aparece en el envase de un protector solar se refiere al efecto protector frente a la radiación UVB que es la que genera eritema. A mayor FPS mayor protección. Los dermatólogos siempre recomiendan filtros solares con FPS de 50, que es el que brinda la máxima protección frente a la luz solar. ¿Qué filtro solar debo escoger?
En personas con acné, rosácea o piel sensible, se recomienda el filtro físico, también aconsejado para los niños. Antes de escoger el protector adecuado, considere que no todas las pieles son iguales. Los distintos fototipos cutáneos de cada persona condicionan y modulan la reacción de la piel ante la exposición solar. Se ha comprobado que más del 90 % de los cánceres de piel se producen en los fototipos I y II. Las personas de piel oscura, también son sensibles a los efectos nocivos de la radiación UV.
Otro factor que se debe tener en cuenta, ya que marca desigualdades frente a la acción de los rayos del sol, es la edad. La infancia es una etapa en la que la piel es más vulnerable a los rayos del sol debido a las características de la piel del bebé/niño que lo hacen especialmente sensible como: Inmadurez de las funciones cutáneas normales e inmadurez del sistema inmunitario.
Los filtros físicos o minerales, como los químicos, son seguros y han demostrado prevenir la quemadura solar y el cáncer de piel. Los potenciales peligros del uso de estos filtros son mucho menores que los peligros de sufrir quemaduras solares.
Errores al usar el bloqueador solar
La aplicación errónea de protector solar hace que hasta el 55 % de nuestra piel quede desprotegida.
Aplicar poca cantidad de fotoprotector. La cantidad recomendada es de dos dedos para la cara y de tres dedos para el resto de cada una de las zonas del cuerpo (pecho/escote, abdomen, brazo, antebrazo, espalda superior, espalda inferior, piernas).
Reaplicar la crema solar. Se debe reaplicar el bloqueador solar tras un baño, cuando sudamos en exceso, cuando tomemos el sol o cuando nos secamos con la toalla, ya que una parte del filtro solar queda impregnado en la toalla y en la ropa.
Nunca olvidar aplicar el bloqueador. En labios, manos, orejas, nuca, pies, rodillas, antepié, pliegues de rodillas, ojos y la cabeza (personas con pérdida de cabello), también hay que aplicar el bloqueador. Diversos estudios demuestran que ciertos cánceres de piel aparecen con frecuencia en estas áreas, ya que no están correctamente protegidas.
Los rayos del sol pueden provocar cáncer y daños irreversibles a nuestra piel, aun cuando no estemos expuestos a ellos de manera directa. Por esta razón, es necesario utilizar todos los días protector solar.
Usar crema solar ayuda a proteger tu piel y la de tu familia, por eso se debe usar la indicada según tu tipo de piel.
Por último, no olvidar que el mejor fotoprotector es la sombra.
Diego Alejandro Simón-Nieto. Estudiante en el Programa de Maestría en Ciencias de la Salud, Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.
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