RECIBIDO: 30/11/2023; ACEPTADO; 15/02/2024; PUBLICADO: 14/05/2025
Las cuencas hidrológicas desempeñan un papel fundamental en el ciclo hidrológico, en la regulación climática y en el mantenimiento de los ecosistemas. Además, sustentan actividades estratégicas como la agricultura, la industria y el abastecimiento de agua potable. No obstante, la degradación de sus recursos naturales compromete su capacidad de infiltración y almacenamiento de agua, lo que agrava el riesgo de escasez hídrica, el cual podría derivar en conflictos socioambientales de gran alcance. Por esta razón, es importante generar conciencia y comprender que son sistemas interconectados, donde cada acción negativa que realizamos sobre las cuencas, afecta directa e indirectamente la vida de todos.
Palabras clave: Agua, conservación, cuenca, escasez hídrica.
Gerardo Andrés Reyes-Abrego. Lucero Pimienta-Ramírez. ¿Sabías que todos vivimos en una cuenca hidrológica? Pero, ¿qué significa esto? Las cuencas son espacios que incluyen a todos como seres humanos, a las plantas, a los animales, así como todas las actividades sociales y económicas que se desarrollan. Entonces, se definen como porciones de áreas grandes que se encuentran delimitadas de manera natural por montañas o cerros que forman el «parteaguas», una línea imaginaria que une las partes más altas; es donde se separan las aguas y llegan hacia la parte más plana. Una de las funciones más relevantes de las cuencas es que funcionan como tazones gigantes que recolectan y almacenan el agua que cae de la lluvia; fluyen o drenan sus aguas a través de los ríos y los arroyos a un mismo punto donde se reúnen, el cual puede ser un lago, una laguna, el mar, un océano o simplemente se filtra en el subsuelo o subterráneo. La escasez del agua es un problema mundial que afecta a todos, ya que conforme aumenta el número de población y las diversas actividades económicas, la demanda de este recurso natural también se incrementa. Las cuencas hidrológicas juegan un papel central en la provisión de este recurso; en la recolección y en el almacenamiento, es esencial para el abastecimiento del agua potable de los asentamientos humanos, rurales y urbanos, en el desarrollo de la agricultura, para la producción de alimentos de las poblaciones locales o para la agricultura comercial, la ganadería y el desarrollo industrial; la mayor cantidad de agua que se emplea proviene de las cuencas. Las cuencas hidrológicas son espacios funcionales e importantes en la vida de todo ser vivo, ya que mantienen las condiciones óptimas para los microorganismos, para la vida silvestre tanto de plantas como de animales y, por lo tanto, del equilibrio ecológico de los ecosistemas en nuestras regiones y comunidades. La biodiversidad de especies está condicionada a la calidad y cantidad de agua existente dentro de una cuenca. Asimismo, las cuencas hidrológicas son claves para hacer frente a la crisis ambiental, como el calentamiento global y la escasez de agua. También, proporcionan una regulación climática por medio del equilibrio de la temperatura que cada vez es más intenso. La precipitación en la cuenca dependerá de la cantidad de agua que esta tenga, la cual es indispensable para el bienestar de la población y para la producción de alimentos. Existen cuatro tipos de cuencas que son denominadas de acuerdo con la función de la salida o desembocadura del agua que acumulan. La primera se denomina «endorreica», cuando el agua llega a un lago o laguna, es decir, no tiene una salida natural hacia el mar. El agua que cae de la lluvia se acumula en estos cuerpos de agua o simplemente se retiene al interior de la misma. Un ejemplo son las cuencas de los lagos de Cuitzeo y de Pátzcuaro, ambas desaguan en un lago. Tal vez muchos se preguntarán: ¿Qué pasa con el exceso de agua? Pues, una parte se pierde en la evaporación. El segundo tipo se conoce como «arreica» y es cuando el agua no se acumula en ningún lugar, sino que se infiltra en el suelo, presenta una escorrentía baja y evaporación alta. Estas cuencas son características de zonas áridas o semiáridas, aunque no son muy comunes. En México, solo existe una y se encuentra en la Península de Yucatán, donde la mayor parte del territorio es plano y carece de cauces superficiales definidos debido a que se formó por producto de origen marino (rocas de carbonato), por lo que no hay ríos, arroyos, lagos o lagunas. El tercer tipo de cuenca se conoce como «abierta o exorreica» y se caracteriza por presentar un sistema abierto de circulación del agua proveniente de la lluvia, siendo el mar u océano el lugar donde se descarga. Un ejemplo es el río Usumacinta, uno de los más caudalosos de nuestro país, ubicado entre los estados de Chiapas y Tabasco, o la del río Papaloapan, que se encuentra entre los estados de Veracruz y Oaxaca. En ambos casos, sus aguas desembocan en el golfo de México. El cuarto tipo es la llamada cuenca subterránea o «criptorreica». Imagina que toda el agua solo fluye de manera subterránea y no en los ríos, arroyos o lagos, como comúnmente lo observamos. Un ejemplo son los «cenotes» o llamados pozos naturales de agua que se ubican en la península de Yucatán, en México. En la actualidad, es cada vez más intenso el desarrollo de las actividades económicas que llevamos a cabo los seres humanos, resultado de una mayor demanda de bienes y servicios básicos para abastecer el crecimiento de la población. Además, la creciente tendencia de los mercados globales que consumen nuevos productos agrícolas, ha provocado que las cuencas se enfrenten a diversas amenazas que afectan la calidad del agua, del suelo y que todo su funcionamiento se encuentre en desequilibrio. Entre las principales amenazas encontramos: Extracción de agua. Una de las más comunes es la sobreexplotación de este recurso, lo cual ocasiona una disminución del agua en los ríos, arroyos y microcuencas, afectándose el abastecimiento de los asentamientos humanos. Entre las causas de la sobreexplotación se encuentran el fenómeno de la urbanización, de las industrias y la producción de cultivos que tienen una mayor demanda en el mercado internacional, como los frutos rojos, el aguacate, la soya, entre otros. Deforestación. Este proceso, que todos hemos observado en nuestras localidades, ha provocado que disminuya la vegetación natural, como los árboles de los bosques y matorrales, ocasionando graves problemas en las cuencas, donde se altera la cantidad de lluvia y el ciclo hidrológico, sí como la degradación de los suelos que afecta en la capacidad de retención de este líquido tan vital. Contaminación del agua. Los desechos industriales, los plaguicidas, los fertilizantes y las aguas residuales, son los contaminantes más comunes que afectan la calidad del agua que utilizamos los humanos. Además, se pone en riesgo la supervivencia de los peces que se encuentran en los cuerpos de agua, a la vez que se producen alimentos de mala calidad, ya que son regados con aguas negras, lo cual impacta en la salud de las personas. Cambio climático. Este fenómeno tiene diversos efectos negativos en las cuencas. El más evidente es que alteran el clima, haciendo que aumenten la temperatura y los eventos climáticos, y que disminuyan las lluvias, poniendo en riesgo la vida de todos con las inundaciones o sequías. Ahora ya sabemos lo que es una cuenca, cómo funciona y lo importante que es en la vida de todos. Si queremos agua para abastecer nuestras necesidades actuales y que las futuras generaciones puedan tener acceso a este recurso vital, será necesario mantener las cuencas en buen estado. Para ello, se necesitan plantas y árboles que ayuden a preservar las fuentes de agua, proteger los distintos hábitats dentro de las cuencas, así como regular nuestras actividades económicas. La escasez de agua en las cuencas podría, en un futuro no muy lejano, provocar enfrentamientos, disputas y conflictos entre las poblaciones humanas. Este solo es uno de los efectos negativos que generamos con nuestras actividades y que impacta directamente en las cuencas hidrológicas. Hacer conciencia de la conservación y tomar medidas para disminuir los problemas que están enfrentando las cuencas en la actualidad, implica adoptar prácticas de sostenibilidad en la gestión del agua, evitar la contaminación y proteger los ecosistemas. Tener una política que dé seguimiento a la planificación territorial dentro de las cuencas por medio de la participación de la población local y autoridades, será indispensable para garantizar el agua para todos.
Cotler A.H., Galindo A.A., González M.I.D., Pineda L.R.F. y Ríos P.E. (2013). Cuencas hidrográficas. Fundamentos y perspectivas para su manejo y gestión. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. https://www.researchgate.net/publication/280938710_Cuencas_hidrograficas_Fundamentos_y_perspectivas_para_su_manejo_y_gestion Maidment D.R. (1993). Handbook of Hydrology. McGraw-Hill Companies. https://scispace.com/pdf/handbook-of-hydrology-4rq9bzacp9.pdf Quintero L.F.O. (2021). Cuencas hidrográficas y ecología del paisaje: Una guía conceptual y metodológica. Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales. https://www.buscalibre.com.mx/libro-cuencas-hidrograficas-y-ecologia-del-paisaje-una-guia-conceptual-y-metodologica/9789587872781/p/54084145
Resumen
Estudiante en el Programa Institucional de Doctorado en Desarrollo y Sustentabilidad,
Facultad de Economía. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Morelia, Michoacán.
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Estudiante en el Programa Institucional de Doctorado en Desarrollo y Sustentabilidad,
Facultad de Economía. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Morelia, Michoacán.
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Año 14 / Número 80 / 2025