El cerebro femenino durante la elección de pareja

Escrito por Sagrario Cordero-Molina y Jorge Contreras-Garduño

ARTÍCULO DE PORTADA

El cerebro femenino durante la elección de pareja

Sagrario Cordero-Molina y Jorge Contreras-Garduño
Año 14 / Número 79 / 2025
RECIBIDO: 11/11/2024; ACEPTADO: 28/11/2024; PUBLICADO: 14/02/2025

Resumen

La elección de pareja ha sido tradicionalmente estudiada desde una perspectiva masculina, centrándose en entender los rasgos llamativos de los machos. No obstante, aquí mostramos que el papel de las hembras en este proceso es igualmente fundamental. Con la observación conductual y la proteómica, se ha revelado que las hembras del escarabajo Tenebrio molitor tienen la capacidad de memorizar qué tan atractivas son sus parejas. En encuentros posteriores, las hembras prefieren copular con sus primeras parejas únicamente si estos se mantienen atractivos, pero si no hay consistencia, los rechazan y eligen a otro macho atractivo. Por lo tanto, el estudio del cerebro femenino no solo amplía nuestro conocimiento sobre la elección de pareja, sino que también desafía las ideas preconcebidas sobre el papel pasivo de las hembras ante los machos atractivos. Indagar a detalle el cerebro femenino, permitirá entender la evolución de la elección de pareja y sus procesos cognitivos.

Palabras clave: Conducta animal, elección de pareja, etología, selección sexual.

Sagrario Cordero-Molina
programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas UNAM.
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Jorge Contreras-Garduño
Profesor titular C en la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, UNAM.
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El papel de las hembras en la búsqueda y elección de pareja

Cuando nos sumergimos en la observación de la conducta animal, notamos que además de las acciones relativamente comunes como correr, comer o nadar, existe un abanico extenso de comportamientos peculiares y extravagantes que despiertan nuestra curiosidad, por ejemplo, la búsqueda y elección de pareja.

Seguramente has observado en aves, que los machos tienen plumajes coloridos y ejecutan danzas elaboradas, como si bailaran en coreografía para las hembras. Incluso, animales pequeños, como los machos de las moscas, utilizan sus alas para cantarles a sus parejas potenciales. Es entonces cuando entusiastas profesionales del estudio de la conducta nos preguntamos: ¿Por qué los machos se comportan de esta manera tan extravagante? Históricamente, se ha asumido que, en este tipo de comportamientos, los machos llaman la atención de la hembra para así tener descendencia. Sin embargo, este punto de vista está sesgado en entender la elección de pareja a partir de los rasgos llamativos y rituales de cortejo del macho, excluyendo una parte crucial: el papel de las hembras.

Explorar el comportamiento femenino es importante para comprender qué tipo de machos prefieren y las consecuencias de sus preferencias en la progenie. No obstante, quienes estudiamos conducta, nos sumergimos constantemente en más y más preguntas, por ejemplo, ¿cuál es la función de la conducta?, ¿en qué lugar en el cerebro femenino se realizan las decisiones reproductivas?

 

Lo que vemos no es lo único que existe

Los sentidos de los científicos que analizamos la conducta (etólogos, psicólogos o ecólogos de la conducta) están limitados a lo que un humano puede percibir del comportamiento animal; sin embargo, perdemos de vista varios aspectos importantes del proceso de elección de pareja. Al centrar nuestra atención únicamente en los comportamientos vistosos y ruidosos que comúnmente generan los machos durante el cortejo, no solamente ignoramos la comunicación química, ultrasónica o la visión ultravioleta, sino que también ignoramos que ninguno de los comportamientos masculinos tendría sentido sin la conducta femenina. Ellas deciden si una danza, un color o un canto son suficientes para aceptar a un macho como el futuro padre de sus crías. Esta decisión es producto de la evolución biológica y, por lo tanto, debemos echar un vistazo al principal órgano que orquesta el comportamiento: el cerebro.

El estudio del cerebro de las hembras nos puede enseñar: ¿Cómo perciben las señales de cortejo?, ¿qué procesos internos rigen la elección de un compañero u otro?, ¿qué mecanismos se han conservado o desaparecido a lo largo de la evolución? El análisis del cerebro permite ampliar el conocimiento que nos daría una observación superficial de la conducta animal.

 

 

¿Cómo las hembras eligen pareja?

¿Qué causa un comportamiento?, o ¿Cómo un animal realiza una acción? Los científicos intentan contestar este tipo de preguntas desde diversos niveles de estudio. Lo básico es observar la conducta, pero si nos adentramos al cerebro, encontraremos zonas especializadas que coordinan comportamientos específicos. Un ejemplo de algo cotidiano en nuestra especie es el reconocimiento de rostros. Imagina un rostro. Esto ocurrió en el área fusiforme de rostros (en inglés: fusiform face area), ubicada en el lóbulo temporal de tu cerebro. Esta zona se activa, principalmente, cuando vemos rostros y analizamos las diferencias entre ellos. En nuestra especie, el rostro de nuestra pareja activa más al sistema límbico (área del cerebro encargada de las emociones) que el rostro de un desconocido.

Las zonas especializadas del cerebro cuentan con células llamadas neuronas, y algunas son altamente especializadas. Por ejemplo, los grillos tienen neuronas conectadas a receptores auditivos en las patas que les permiten, literalmente, escuchar el canto de otros grillos con las patas. Incluso, cuando hay varios machos cantando, las hembras activan y desactivan neuronas para prestar atención a cada macho por separado antes de elegir con cuál aparearse. Se podría decir que se tapan el oído derecho para escuchar al macho que está a su izquierda, y luego se tapan el izquierdo para escuchar al macho de la derecha.

El análisis del cerebro y la conducta no se limita al nivel celular, también podemos investigar las moléculas presentes dentro de las neuronas y su función en el comportamiento. Un ejemplo revelador es el estudio del apego a la pareja (lo que, en palabras no científicas, llamamos amor) en los roedores conocidos como topillos de la pradera. Estos roedores pasan toda su vida con una sola pareja, es decir, sin (o con muy pocas) infidelidades. Las hormonas oxitocina y vasopresina, junto con el neurotransmisor dopamina, son responsables del apego a la pareja. La precisa regulación de esas moléculas en el cerebro permite la monogamia estricta de esta especie, pero si se interrumpe la acción de dichas moléculas, puede desaparecer el apego a la pareja. Además, las especies polígamas, tienen menos receptores en sus cerebros para oxitocina y vasopresina que las especies monógamas.

Como podemos ver, la pregunta ¿Cómo los animales eligen pareja?, conduce a un interesante viaje a través de diferentes niveles de estudio, desde la observación del comportamiento a las zonas del cerebro, y luego a sus mecanismos moleculares específicos dentro de cada zona.

 

 

Un cerebro pequeño con grandes respuestas

Los investigadores de la conducta de elección de pareja ponen cada vez más atención en el cerebro de las hembras. En el Laboratorio de Ecología Evolutiva de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), de la Universidad Nacional Autónoma de México, Unidad Morelia, estudiamos el cerebro femenino en el escarabajo de la harina, cuyo nombre científico es Tenebrio molitor.

Estudiar el cerebro femenino de estos escarabajos ha sido enriquecedor, no solo porque encontramos los elementos que permiten que una hembra elija, sino también, porque logramos ver procesos de los que no nos percatamos cuando exclusivamente observamos la conducta masculina. En estos insectos, los machos cortejan a las hembras con feromonas sexuales; los machos que producen más aroma son más atractivos para las hembras.

Al principio, asumimos que un macho únicamente tenía que producir mucha feromona para que fuera aceptado por las hembras. Sin embargo, cuando analizamos el cerebro de las hembras, encontramos proteínas diferentes y en diferente cantidad, dependiendo de qué tan atractivo les parece un macho. Algunas de estas proteínas son responsables de la formación de memoria. Esta información nos hizo pensar que las hembras memorizan la identidad de los machos más atractivos. Posteriormente, lo comprobamos al dar a las hembras a elegir entre machos conocidos (su pareja) o machos nuevos que eran igual de atractivos. Encontramos que las hembras prefieren a los machos conocidos.

Sin embargo, cuando repetimos el experimento y manipulamos la producción de feromonas de los machos para que la pareja tuviera menos aroma que el macho nuevo, las hembras ya no prefirieron a la pareja. Entonces, hoy sabemos que las hembras los recuerdan y si el macho disminuye su atractivo, ellas pueden rechazar a la pareja en encuentros subsecuentes. Sus cerebros les brindan un control de calidad de los machos.

Para las hembras no es cualquier cosa elegir un macho, su cerebro trabaja arduamente a la hora de elegir y memorizar a la pareja. Esto lo supimos porque encontramos más proteínas de metabolismo celular en el cerebro de las hembras que memorizan la identidad de la pareja. Suponemos que este metabolismo neuronal es muy intenso porque las hembras presentan cantidades elevadas de proteínas, como la catalasa y la vitelogenina, cuya función en el cerebro es proteger a las neuronas de la oxidación generada por el metabolismo. Tal vez, la elección de pareja oxida su cerebro, pero el beneficio es que tengan crías con los machos de mejor calidad.

 

 

¿Qué revelará el estudio del cerebro en futuras investigaciones?

Estamos convencidos de que el papel de las hembras durante la elección de pareja es muy complejo. Sus respuestas no solo son reacciones ante los estímulos de los machos, sino que hay procesos cerebrales moldeados a lo largo de la evolución del comportamiento de ambos sexos. Nos emociona descubrir qué más ocurre en el cerebro femenino, ya que pensamos que explorar la perspectiva masculina y femenina dará explicaciones holísticas (generales) a las interrogantes sobre por qué y cómo ocurre la elección de pareja.

 

 

Sagrario Cordero-Molina

Es bióloga experimental y Maestra en Ciencias por la Universidad de Guanajuato. Y ahora, recién graduada del programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas por la UNAM. Desde que era niña ha sentido una profunda fascinación por la conducta animal. Durante el doctorado, ha tenido la oportunidad de investigar la conducta de elección de pareja en insectos y cómo el cerebro de estos animales controla estos comportamientos. Esta experiencia ha sido tanto emocionante como gratificante para ella.
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Jorge Contreras-Garduño

Tiene nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores. Es biólogo por la UAEMx y Doctor en Ciencias por la UNAM. Hizo un año sabático en la Universidad de Münter, Alemania, donde lo distinguieron como Evolution Think Tank Fellow. Es profesor titular C en la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, UNAM. Le apasiona estudiar la conducta animal y se considera etólogo. Quería estudiar el cerebro desde el punto de vista de la selección sexual desde que era estudiante de licenciatura, pero apenas ahora, con Sagrario, ha cumplido esta meta.

 

 

Bosch O.J. y Young L.J. (2018). Oxytocin and social relationships: from attachment to bond disruption. Behavioral pharmacology of neuropeptides: Oxytocin, 35, 97-117. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5815947/pdf/nihms939341.pdf

 

Contreras-Garduño J., Córdoba-Aguilar A. y Peretti A.V. (2005). La elección femenina. Ciencias, (77), 40-47. https://www.revistacienciasunam.com/images/stories/Articles/77/CNS07705.pdf

 

Contreras-Garduño J., Córdoba-Aguilar A., Peretti A. y Drummond H. (2009). Selección sexual. En J. J. Morrone y P. Magaña (Comp.), La Evolución Biológica (pp. 193-236). UNAM. https://www.researchgate.net/publication/281442674_Seleccion_sexual

 

Cordero-Molina S., Fetter-Pruneda I. y Contreras-Garduño J. (2023). Neural mechanisms involved in female mate choice in invertebrates. Frontiers in Endocrinology, 14. https://www.frontiersin.org/journals/endocrinology/articles/10.3389/fendo.2023.1291635/full

 

Hernández-Villanueva M., Cordero-Molina S., Macías García C. y Contreras-Garduño J. (2023). The females' response to male attractiveness: Mate choice, larvae production and differential brain protein expression. Ethology, 1-12. https://www.researchgate.net/publication/371835496_The_females'_response_to_male_attractiveness_Mate_choice_larvae_production_and_differential_brain_protein_expression