Carolina Cid-Castro El envejecimiento es un proceso biológico en el que las funciones corporales y cognitivas se van deteriorando progresivamente. Actualmente, las estrategias terapéuticas que se están desarrollando van enfocadas en la promoción del envejecimiento saludable, es decir, en mantener y mejorar las capacidades físicas y mentales de las personas adultas mayores. En este artículo te describo la importancia del ejercicio para promover el envejecimiento saludable. Según estimaciones del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), para el año 2050, cerca del 30 % de la población mexicana tendrá más de 60 años, por lo que, en los últimos años, los y las científicas de México y del mundo se han interesado en el estudio de estrategias que promuevan el envejecimiento saludable para que las personas adultas mayores cursen la vejez con el mejor nivel de características físicas, mentales y socioeconómicas que estén a su alcance. Las intervenciones que han tenido efecto sobre el aumento en la esperanza de vida y la disminución de algunos marcadores de envejecimiento en humanos, son: la restricción calórica, algunos fármacos como la metformina y un enfoque basado en los cambios en el estilo de vida, específicamente, el ejercicio. Uno de los procesos más frecuentes durante el envejecimiento es la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular, proceso conocido como sarcopenia. Esta pérdida de funciones musculares conlleva una serie de problemáticas asociadas a la debilidad y a la pérdida de la autonomía de las personas adultas mayores, lo cual afecta su calidad de vida. El deterioro cognitivo es otro de los problemas a los que se enfrenta esta población. La disminución de la memoria, la desorientación y la afectación en la toma de decisiones, son frecuentes. Al respecto, se ha observado que en adultos mayores de 60 años el ejercicio mejora el estado físico y cognitivo, por lo que se sugiere que tiene un efecto beneficioso, como una intervención no farmacológica sobre el envejecimiento. El ejercicio tiene varios efectos benéficos a nivel fisiológico, por ejemplo, en personas adultas mayores se ha observado que el ejercicio aeróbico mejora la función metabólica y cardiovascular, el ejercicio de resistencia puede contribuir a la mejora de condiciones crónicas como la diabetes mellitus y puede mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de los parámetros saludables. El ejercicio de tipo aeróbico, también conocido como cardio (correr, andar en bicicleta, caminar por la montaña, nadar, entre otros), acelera el ritmo cardiaco y la respiración por al menos 40 minutos. Por otro lado, el ejercicio de resistencia es un tipo de actividad física que incluye el uso de objetos con peso o que impliquen el uso de la fuerza para desarrollar fortaleza y resistencia muscular. Durante el ejercicio se producen varias moléculas en nuestro cuerpo, entre ellas las miosinas, las cuales son un tipo de proteínas que se originan en los músculos y sirven para comunicar a las fibras musculares con otros órganos, incluyendo el cerebro, el tejido adiposo, la piel, etc. Una de las miosinas más estudiadas en la actualidad es la irisina, nombrada así por Iris, la diosa griega mensajera de los dioses. Esta miosina es una hormona que se genera del rompimiento de la proteína FNDC5. Se descubrió en los miocitos que son un tipo de células musculares, aunque ahora se sabe que también se produce en el hígado y en el sistema nervioso. Esta hormona se produce al hacer ejercicio y se ha demostrado que puede retardar la progresión de varias condiciones crónicas, como la diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Aunque inicialmente se describió que se produce en respuesta al ejercicio, se ha observado que ciertos fármacos, como la metformina, puede aumentar sus niveles. Se ha estudiado a personas mayores de 60 y 70 años que tienen niveles de irisina menores a los de personas de alrededor de 40 años; afortunadamente, estos pueden restablecerse al realizar ejercicio aeróbico y de resistencia; sin embargo, son necesarios más estudios para conocer a detalle cuál es el tipo de ejercicio y la duración del mismo para optimizar la producción de la irisina. Algunos estudios han propuesto la irisina como estrategia terapéutica no invasiva, ni farmacológica para disminuir algunas complicaciones físicas y cognitivas asociadas con la edad. Al respecto, se ha observado que sesiones de ejercicio de resistencia inducen un aumento en los niveles de irisina y que esto previene el deterioro muscular en personas mayores de 60 años. Además, en modelos in vivo de la enfermedad de Alzheimer, la irisina es importante en la prevención del déficit cognitivo, por lo que se sugiere que puede tener efectos a este nivel. En el esquema se muestra de manera gráfica cómo los niveles de irisina disminuyen con la edad, en el panel A); mientras que el ejercicio puede ayudar a restablecer los niveles de irisina en los adultos mayores, en el panel B). Actualmente, hay un número limitado de estudios en los que se explora el papel de la irisina como molécula útil en el manejo del envejecimiento y, aunque el número de publicaciones es creciente, se requieren muchas más investigaciones para entender el potencial terapéutico del ejercicio físico y de la irisina en adultos mayores de 60 años.
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Posdoctorante en el Instituto de Investigaciones Biomédicas,
Universidad Nacional Autónoma de México.
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¿Cómo llegar a un envejecimiento saludable?
Los niveles de irisina disminuyen durante el envejecimiento
