San Lorenzo en el mundo antiguo

Escrito por Virginia Arieta-Baizabal y Ann Cyphers†

Virginia Arieta-Baizabal
Arqueóloga e Investigadora del
Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana.
Xalapa, Veracruz.
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Ann Cyphers (1950-2023)
Fue investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y
directora del Proyecto Arqueológico San Lorenzo-Tenochtitlán (PASLT).
Fue investigadora Emérita del Sistema Nacional de Investigadores (SNI-CONACYT) y
miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

 

El sitio de San Lorenzo es una zona arqueológica que se encuentra en la Meseta de San Lorenzo, en el ejido de Tenochtitlán, en Veracruz, México. Un sitio muy importante de la civilización olmeca, conocido por sus monumentos de piedra en forma de «cabeza» que suelen medir hasta 2.5 m de altura. En este artículo te describimos este sitio de ocupación olmeca, sobre todo de las investigaciones realizadas para entender esta importante cultura en México.

 

El sitio olmeca de San Lorenzo

Es un sitio único y ejemplo sobresaliente por su valor universal. Además de ser el lugar del hallazgo de diez de las 17 cabezas colosales, estaba en un área estratégica donde sus habitantes manejaban redes de comunicación, comercio y transporte. Su entorno selvático y pantanoso, era fuente natural de recursos alimenticios para su creciente población que integraba una sociedad compleja y jerarquizada, política, económica y socialmente. La ocupación más antigua de San Lorenzo se remonta al 1800 a. C. Desde entonces, los fundadores buscaron el terreno más alto y seguro donde construir sus edificios y viviendas para protegerse de las inundaciones anuales. Este sitio olmeca tuvo un desarrollo ininterrumpido durante ocho siglos, hasta su decadencia alrededor del 1000-900 a. C.

Desde los primeros estudios sobre la cultura olmeca, llevados a cabo por Matthew W. Stirling en 1939, se mostró la singularidad incuestionable de los sitios olmecas. Las expediciones de la década de los años cuarenta, son los cimientos de la arqueología olmeca y el punto de partida de nuevas impresiones y conocimientos sobre esta cultura. Desde entonces, se ha debatido su definición, su cronología y su contribución en la historia de Mesoamérica. Por muchas décadas, el tema central fue la escultura y su monumentalidad, dejando de lado temas importantes como la vida cotidiana, subsistencia, paleoambiente, patrón de asentamiento y los estudios de la población, entre otros. Para comprender la trascendencia e influencia de la cultura olmeca en otras áreas y periodos, es importante considerar que las investigaciones en San Lorenzo han generado conocimientos sobre este sitio, sus habitantes y su papel en la historia mesoamericana y el mundo.

Específicamente, las investigaciones arqueológicas enfocadas en el tamaño y en el volumen de sitios arqueológicos, así como en el número de sus habitantes, son de suma importancia para comprender el desarrollo de las sociedades en el pasado. La escala del asentamiento y de la población constituye un factor clave para conocer la organización de la sociedad, incluso en la actualidad. Los sitios con una alta densidad poblacional conllevan espacios estructurados y diferenciados que pueden ser definidos como urbes.

 

San Lorenzo, como la primera gran capital olmeca, es equiparable con otras grandes capitales posteriores en Mesoamérica, por ejemplo, Teotihuacán en el periodo Clásico, Monte Albán para los zapotecos, Tula para los toltecas, Chichén Itzá para los mayas, Tenochtitlán para los mexicas, entre otras. Por ser la primera gran capital en Mesoamérica, es comparable con Caral-Supe en Perú, Eridú en Mesopotamia o Moenjodaro en el Valle del Indo. Cuando las urbes antiguas tienen una larga trayectoria de desarrollo, es problemático diferenciar las ocupaciones más tempranas y conocer sus características. Así es el caso de algunas ciudades prístinas de todo el mundo que ahora están cubiertas con manchas urbanas, tal es el caso de los restos de la civilización egipcia, actualmente enterrados debajo del centro político y cultural más importante del Oriente Próximo con más de diez millones de habitantes. Otras se preservaron relativamente intactas,por lo que sus parámetros tienen una mayor confiabilidad.

La primera capital olmeca, San Lorenzo, tiene algunas afectaciones debidas a ocupaciones posteriores; no obstante, carece de una mancha urbana dentro de sus límites. Por ello, se ha podido lograr una estimación confiable del tamaño del sitio para la época de auge (1200 a. C.): un área de 775 ha y una población de 11 819 personas. Ningún sitio contemporáneo en Mesoamérica llegó a tal magnitud. Aldeas de la misma época y con una complejidad menor incluyen Paso de la Amada, en Chiapas, que no rebasó las 50 ha, mientras que San José Mogote, en Oaxaca, tuvo un tamaño de 60 ha; contaban con una población de 1 770 y 1 000 habitantes, respectivamente.

El volumen constructivo es otra variable que se relaciona con la organización sociopolítica y económica de un asentamiento, ya que nos habla de redes de cooperación durante diferentes periodos o fases culturales. El ejemplo más conocido en el mundo es la Gran Pirámide de Keops, construida entre 2550 y 2570 a. C., con un volumen de 2’521,000 m3. En el caso de Mesoamérica, la Pirámide de Cholula, con un volumen de 4’500,000 m3 para el 1000 d. C., suele ser referente de arquitectura monumental. Sin embargo, dos mil años antes, la meseta de San Lorenzo alcanzó un volumen de 8’000,000 m3. Es mucho mayor que el volumen arquitectónico de la meseta de Aguada Fénix, entre 3’000,000 y 5’500,000 m3, en el Preclásico Medio, o el del Grupo A en Ceibal durante el Preclásico Tardío, 710,000 m3.

Como hemos mencionado, los olmecas de San Lorenzo constituían una sociedad compleja y jerarquizada. Esto se logra observar en la arquitectura intra-sitio, en su ubicación y en los materiales constructivos, así como en el número, tamaño y densidad de edificios y viviendas. Durante la época de auge de San Lorenzo (1200-1000 a. C.), la población se distribuía en 93 conjuntos habitacionales (3-4 casas alrededor de un patio) y 481 unidades domésticas (viviendas aisladas). La presencia de estructuras arquitectónicas de gran tamaño y diseño ubicadas en el centro del sitio, tal es el caso del llamado Palacio Rojo y el conjunto ceremonial, han sido clave para comprender más sobre el desarrollo de instituciones sociopolíticas complejas en la época prehispánica.

El palacio de San Lorenzo, caracterizado por un piso rojo de hematita, tuvo una dimensión de entre 2200 y 2400 m2 (40 por 60 metros, aproximadamente). Asimismo, el edificio tenía cuartos internos divididos por anchos muros de tierra, columnas de basalto, un largo acueducto, un dintel y esculturas monumentales. Todos estos elementos suntuosos son evidencia de un edificio palaciego, distinto a lo visto en estructuras contemporáneas de 20-30 m2 en Mesoamérica.

Las urbes más antiguas surgieron en diferentes partes del mundo desde hace unos cinco milenios. En el siguiente cuadro tomamos una muestra de antiguas ciudades que aportan datos que podemos comparar con los de San Lorenzo. Se incluyen las características de tamaño, número de habitantes, así como el tamaño de la estructura principal de las siguientes ciudades del mundo antiguo: Uruk (Warka) en Irak, Liangzhu en China, Caral-Supe en Perú, Mohenjo-Daro en Pakistán y Amarna en Egipto. Se puede observar que San Lorenzo es la urbe más reciente de la lista, aunque en Mesoamérica es la más antigua. Son lugares idóneos para investigar el fenómeno del surgimiento y la dinámica de los sistemas urbanos en el contexto de las diferentes trayectorias antiguas de desarrollo.

A pesar de todo lo aquí expuesto, su magnificencia es tal, que falta mucho por investigar, descifrar y comprender. La manera de continuar haciéndolo es asegurando su preservación y resguardo; la única forma de lograrlo es exponiendo su existencia, reconocimiento y cuidado. Advertir sobre los inigualables componentes culturales que constituyeron el sitio, será de ayuda para su resguardo y preservación.

Arieta-Baizabal V. (2019). De la antropología demográfica a la arqueología demográfica: el estudio de las poblaciones extintas. Estudios Demográficos y Urbanos, 35(1), 117–152. https://doi.org/10.24201/edu.v35i1.1851

 

Arieta-Baizabal V. (s. f). Población y vivienda en San Lorenzo. Arqueología Mexicana, 150, 32-39. https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/poblacion-y-vivienda-en-san-lorenzo

 

Cyphers A. (2012). Las bellas teorías y los terribles hechos. Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. http://ru.iia.unam.mx:8080/xmlui/bitstream/handle/10684/37/417.pdf?sequence=1&isAllowed=y

 

Cyphers A., Zurita J. y Lane M. (2013). Retos y riesgos en la vida olmeca. Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. https://www.academia.edu/23969349/Retos_y_Riesgos_en_la_vida_olmeca