Olin Torres-Isidro Uno de los problemas que existe en materia de salud es la falta de cultura de prevención. Generalmente, acudimos a consulta médica cuando se nos han presentado dolencias o síntomas de alguna enfermedad, saliendo de ella con una cantidad enorme de estudios requeridos, los cuales muchas veces no entendemos por qué se solicitan o cuáles son las indicaciones. Los análisis clínicos tienen fines preventivos y de diagnóstico, así que es bueno conocer la información que aporta cada uno de ellos, por lo que, en este artículo, abordaré los estudios más frecuentes. Es muy habitual llegar a un laboratorio clínico con la solicitud en mano y darte cuenta de la cantidad de estudios clínicos y de palabras que se desconocen, además de no tener ni la mínima idea de lo que se trata. Al momento de acudir a cualquier institución pública o privada es importante conocer más sobre los estudios solicitados, ya que tener pleno conocimiento asegura tu confianza. Los estudios solicitados están relacionados con el diagnóstico del paciente o para el seguimiento de una enfermedad específica; sin embargo, se requiere de un estudio de rutina como punto de partida. Hay que tener presente que la sangre está compuesta por eritrocitos, leucocitos, plaquetas, agua y diversas moléculas, entre ellas, los nutrientes que ingerimos. El estudio de rutina que se menciona consta de una biometría hemática completa (BHC), una química sanguínea de seis elementos (QS6) y un examen general de orina (EGO), ¿te suenan conocidos? En la biometría hemática completa se obtiene un conteo sanguíneo de las células, como los eritrocitos encargados de transportar oxígeno, leucocitos que combaten infecciones y plaquetas que detienen hemorragias mediante la formación de coágulos. En pacientes con sospecha de anemia por deficiencia de hierro, se recomienda solicitar una biometría hemática completa, en la cual se evalúa la cantidad de eritrocitos que también desglosa el contenido de hemoglobina. La hemoglobina es la proteína contenida en el eritrocito y su principal función es el transporte de oxígeno y de dióxido de carbono de los pulmones a los tejidos y viceversa, por eso su importancia. En los procesos infecciosos virales o bacterianos, como en el caso de la gripa y diarrea, son la causa principal de aumento en el número de leucocitos. Mientras que en el caso de las plaquetas sirven para diagnosticar diversos trastornos de la coagulación, es decir, del mal funcionamiento de proteínas que llevan a cabo el proceso de la formación de los coágulos cuando existe una hemorragia, la afección puede ir desde un sangrado abundante durante la menstruación hasta un sangrado interno o bien la formación duradera de coágulos, lo que puede ocasionar el llamado «accidente cerebrovascular isquémico», que puede provocar la muerte cerebral. La química sanguínea analiza diversos elementos en el suero sanguíneo, aunque estos pueden extenderse de 28 hasta 33 elementos. El examen básico consta de 6 elementos: glucosa, urea, creatinina, ácido úrico, colesterol y triglicéridos que, junto con el examen general de orina, permite diagnosticar diabetes mellitus ocasionada por una dieta alta en calorías. Hoy en día, la diabetes mellitus es la principal causa que nos aqueja y que nos lleva a visitar un laboratorio clínico; esta enfermedad desencadena problemas más graves como la insuficiencia renal. Los niveles elevados de glucosa en ayuno es señal de que la glucosa permanece en sangre más tiempo del debido, ya que no puede ser transportada a los diferentes tejidos; asimismo, un alto nivel en orina confirma la diabetes mellitus, pues esta no debería estar presente. Por su parte, la urea, la creatinina y el ácido úrico, verifican el buen funcionamiento de los riñones, mientras que el aumento de colesterol y de los triglicéridos se relaciona con la obesidad debido al alto consumo de grasas saturadas. Es importante cumplir con las indicaciones para llevar a cabo los estudios de laboratorio, por ejemplo, el ayuno mínimo de 8 horas cuando se trata de determinar la glucosa, el colesterol y los triglicéridos, ya que los parámetros saldrían elevados de no cumplir con la suspensión de los alimentos. Hay que recordar que lo que se pretende es una muestra en niveles basales en ayuno. Uno de los estudios que no requiere ayuno es el de la «hemoglobina glicosilada», el cual es requerido para el seguimiento de la diabetes mellitus, por lo que mide el promedio de glucosa en sangre durante los últimos tres meses. Con este estudio no hay manera de engañar al médico. Para el resto de los estudios serológicos u hormonales se requiere un ayuno mínimo de 4 horas, tiempo máximo para que las grasas y otros compuestos se metabolicen y no ocurra una acumulación de grasa en la sangre que impida su posterior proceso en el equipo. Muchos de los estudios hormonales cuentan con especificaciones, como evitar hacer ejercicio, consumir cafeína y donde la toma se debe realizar a una cierta hora y fecha del ciclo menstrual. Este tipo de estudios son muy solicitados para pacientes en tratamientos de fertilidad o por acné. En el caso particular de las mujeres, un estudio que a todas nos aterra es el Papanicolau, una intervención vaginal en la que se obtiene una muestra de células del cuello uterino tomada con un cepillo, que se lleva a cabo para determinar el cáncer cervical. Para este estudio es importante no estar en el periodo menstrual, tener abstinencia sexual por lo menos de 3 días y no aplicarse óvulos o duchas vaginales. Otro estudio solicitado, pero a los hombres, es el Antígeno Prostático Específico (PSA), el cual permite diagnosticar y dar seguimiento al cáncer de próstata. Es un estudio sanguíneo que no requiere ayuno. En el caso de los hombres que tienen problemas para concebir hijos, o como seguimiento después de la vasectomía, es la llamada espermatobioscopía, un estudio que mide la cantidad y calidad del semen. La obtención de la muestra es mediante masturbación y esta se realiza habitualmente en el laboratorio, ya que se tiene que procesar dentro de los primeros 30 minutos para no alterar la licuefacción, pues el esperma, que es eyaculado en estado líquido, después de dicho tiempo, se vuelve una masa semisólida coagulada que no se puede manipular. Una de las indicaciones importantes para este estudio es la abstinencia sexual mínima de 3 días, tiempo estandarizado para la acumulación de muestra dentro del aparato genital. En caso de solicitar «cultivo de semen», no es necesaria la abstinencia sexual, pero sí, no estar tomando antibióticos, ya que se hace una búsqueda intencionada de patógenos. En el caso de las muestras de orina se debe considerar la correcta recolección, que es a chorro medio y con aseo previo de los genitales. El chorro medio es para descartar la flora bacteriana durante el arrastre y para esto existe una técnica de cómo realizar un correcto aseo en el área genital. En caso de que el estudio se trate de un examen general de orina, el franco puede ser reutilizado, por ejemplo, un franco de vidrio o plástico, pero totalmente limpio, libre de grasas, jabón o algún alimento con azúcar para evitar un falso positivo en glucosa o algún otro parámetro debido a los residuos. Si el estudio solicitado es un cultivo de orina, o mejor dicho un «urocultivo», el frasco tiene que ser estéril, ya sea comprado directamente en una farmacia o previamente esterilizado en baño maría cuando se trata de un frasco de vidrio que se desea reutilizar. Tener presente que el resultado del urocultivo puede tardar, ya que el crecimiento de las bacterias se observa de 24-72 horas; sin embargo, se pueden realizar resiembras que prolongan dicho resultado. En el caso de cultivo para hongos, estos tardan más en crecer, por lo que el resultado puede tardar más de 72 horas. Para los cultivos se indica no estar tomando antibióticos. De estar consumiéndose, se debe suspender 3 días previos al estudio, ya que el crecimiento podría verse inhibido por dicho antibiótico y tener un falso negativo, lo que indicaría que no se tiene una enfermedad, pero en realidad sí se tiene. El tipo de muestra puede ir desde una extracción sanguínea, una recolección de orina hasta una intervención más invasiva como una toma «uretral». Para el caso de infecciones de trasmisión sexual o «nasofaríngea», esta última muy utilizada en pruebas de covid-19, la muestra se consigue mediante la introducción de un hisopo delgado por el conducto urinario y la nariz, respectivamente, solo por mencionar algunos. La calidad de la toma comienza desde el registro del estudio en la recepción y continua con una recolección adecuada que incluye el buen manejo de las técnicas de obtención de muestra, aunque pueden existir diversas causas que afectan su integridad. El material utilizado para una extracción sanguínea depende del calibre de la vena del paciente. Lo más recomendable es usar el método BD Vacutainer, sistema cerrado que extrae sangre al vacío, lo que garantiza la integridad de la muestra. También existe un equipo alado Vacutainer que consta de una aguja hipodérmica muy delgada, dos alas flexibles, un conector y un tubo transparente, lo que permite una mejor manipulación del sistema, principalmente en los sitios de difícil acceso, como es el caso de los pacientes pediátricos, geriátricos y oncológicos. El uso de las jeringas ya no es recomendable porque el trasvasado contribuye al rompimiento de los eritrocitos, lo cual es muy frecuente, ocasionando afectación en los resultados. Es importante observar tanto el tipo de material a utilizar como la fecha de caducidad, ya que el profesional tiene la obligación de mostrarlo. La diversidad de equipo de venopunción va a depender del presupuesto económico de la institución a la que se acuda. También nos vamos a encontrar con una variedad de tubos con diferentes tapones de colores, así que no te parezca sorprendente la cantidad, pues cada uno corresponde al tipo de estudio solicitado. Como protocolo, la extracción se realiza en un orden. El primer tubo es el del tapón azul, muy solicitado antes de una intervención quirúrgica para conocer los tiempos de coagulación; el segundo es el de color rojo o naranja, donde uno de los parámetros a resaltar es la glucosa, el colesterol y los triglicéridos; finalmente, el lila para el análisis de células sanguíneas, pruebas cruzadas o grupo sanguíneo, también muy solicitado antes de una cirugía. Se pueden utilizar otros tubos con tapones verdes, blanco o gris para estudios especiales, por ejemplo, el tubo con tapón blanco es utilizado para los estudios que determinan carga viral, en el caso del VIH. Cada tubo puede o no contener un anticoagulante, es decir, un líquido incoloro o un polvo que va a evitar la coagulación de la sangre, obteniendo así sangre total, donde el siguiente paso es la centrifugación, proceso que separa el paquete globular del plasma sanguíneo, mientras que los que no contienen anticoagulante permiten el proceso de coagulación con la ayuda de un activador, es decir, un polvo blanco sobre las paredes del tubo y de esta manera se obtiene el suero sanguíneo para las posteriores determinaciones. En caso de requerir un hemocultivo —cultivo de sangre que circula por todo el cuerpo, o central, obtenida mediante un catéter, como en el caso de pacientes en hemodiálisis—, el material utilizado es un frasco con un medio de cultivo que contiene todos los nutrientes para el crecimiento de ciertas bacterias u hongos. Este estudio es indicado para detectar microorganismos, ya sea para monitoreo o descarte de una infección previa. Los exámenes deben ser periódicos, es decir, no esperar a tener diagnosticada una enfermedad, ya que el propósito es prevenir. Se recomienda un chequeo anual que contenga los estudios básicos como son la BHC, QS6 y EGO para descartar anemia o, en el peor de los escenarios, una leucemia, un tipo de cáncer de la sangre, además de la diabetes mellitus, un problema muy frecuente en nuestra población. Un estudio que no debe faltar en el caso de las mujeres es el Papanicolau, el cual se debe comenzar a realizar una vez que se inicia con una vida sexual activa. En el caso de los hombres, es importante el Antígeno Prostático Específico (PSA) a partir de los 40 años, si es posible realizarlo cada seis meses. Para las enfermedades de trasmisión sexual (ETS), siendo las más comunes clamidia, gonorrea, herpes genital, VIH y la infección por VPH (virus del papiloma humano), los estudios están dirigidos a todos los hombres y mujeres sexualmente activos. Se debe tener presente que los resultados que se obtienen de las pruebas de laboratorio indican el grado de gravedad, pero no la causa, ya que esta tiene que estar relacionada con los signos y síntomas clínicos que son determinados especialmente por un médico, por lo que es importante no autodiagnosticarse ni automedicarse. «Todos los días estamos expuestos a enfermarnos, así que un diagnóstico temprano puede ser la diferencia entre la vida y la muerte»
López-Santiago N. (2016). La biometría hemática. Acta pediátrica de México, 37(4), 246-249. https://ojs.actapediatrica.org.mx/index.php/APM/article/view/1211/915 PROMAC. (2012). BD Diagnósticos Sistemas Preanalíticos. Catálogo de productos para recolección de muestra venosa, arterial y de orina. http://promac.mx/wp-content/uploads/2015/12/BD-Vacutainer-1.pdf Organización Panamericana de la Salud. (2023). Diabetes. https://www.paho.org/es/temas/diabetes
Estudiante del Programa de Maestría en Ciencias de la Salud de la
Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas «Dr. Ignacio Chávez»,
División de Estudios de Posgrado,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Morelia, Michoacán.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Lo primero ¡Un estudio de rutina!
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