María del Carmen Martínez-Villa Roberto Oropeza-Tena Imagínate estar celebrando los dos años de tu hija y que después de un tiempo de estar atendiendo a tus invitados notas que se terminaron los hielos para las bebidas, así que te es fácil pedirle a alguien de confianza que vaya a comprar más hielos. Al regresar de comprar los hielos, los colocas en las bebidas de tus invitados. Poco tiempo después, los niños y adultos empiezan a presentar síntomas de euforia y ansiedad. El de 30 de enero de 2014, circuló en el periódico mexicano La Jornada, la noticia de once niños y cuatro adultos que, de manera accidental, se intoxicaron con metanfetaminas en una fiesta infantil al ingerir aguas enfriadas con la droga de cristal que se confundía con un hielo. https://pixabay.com/es/photos/depresi%C3%B3n-hombre-enojar-tristeza-2912404/ A mediados de 2022, la División de Educación para la Salud del Consumidor de la Escuela de Medicina de Harvard, describió a las metanfetaminas como un poderoso estimulante de tipo anfetamínico que puede fumarse, inyectarse o inhalarse, y que es capaz de producir una sensación de euforia y placer similar a los efectos de la cocaína. Sin embargo, las metanfetaminas se distinguen de la cocaína en que, a dosis comparables, las cantidades que llegan al cerebro son mayores, por lo que es un estimulante más potente. También sus efectos son más duraderos y causan más daño al sistema nervioso central (médula espinal y cerebro). Estas características la convierten en una droga peligrosamente adictiva. En abril de 2019, el Diario ABC Sociedad publicó un artículo del Dr. López Tricas, farmacéutico de Zaragoza (España) y colaborador del Boletín Informativo Farmacéutico de Aragón, donde señalaba que el origen de las metanfetaminas se remonta a 1919 en Japón, después de que el químico rumano L. Edelenau, sintetizó por primera vez la anfetamina (componente del que deriva la metanfetamina). Puntualiza que fue hasta 1932 que las metanfetaminas salieron al mercado, siendo sus principales usos como descongestivos nasales y como componente de inhaladores bronquiales, fundamentalmente usados por personas asmáticas. El Dr. López refiere que el empleo de esta sustancia se descontroló durante la Segunda Guerra Mundial, tanto en Japón, como en Alemania y en Estados Unidos. Desde 1941, la metanfetamina se vendió sin receta en Japón, con la finalidad de contrarrestar la somnolencia y aumentar la vitalidad. Los contendientes de los ejércitos (sobre todo los pilotos) la empleaban para sobrellevar largos periodos de tiempo sin dormir. Posteriormente, en Japón, los principales consumidores eran los trabajadores industriales, buscando aumentar la productividad en sus empleos. Al finalizar la guerra, existían importantes excedentes de metanfetamina en Japón. Esta circunstancia, junto con el impacto emocional de la derrota, condujo a lo que se ha denominado la primera epidemia de metanfetaminas, caracterizada por un gran consumo de dicha sustancia. https://www.freepik.com/free-photo/close-up-woman-holding-medicine-her-hand_6074180.htm#query=drogas%20peri%C3%B3dico&position= 43&from_view=search&track=ais De acuerdo con la Ley de Sustancias Controladas de Estados Unidos (CSA, por sus siglas en inglés), que es parte de la Ley Integral de Prevención y Control del Abuso de Drogas de 1970, las metanfetaminas se clasificaron como un fármaco de la Lista II, que corresponde a las sustancias que tienen algún valor terapéutico, pero constituyen un problema grave para la salud pública. Se pueden obtener solo por medio de prescripción médica no renovable, es decir, que no se pueden volver a recetar. La literatura científica ha demostrado la implementación de estimulantes (incluyendo a las metanfetaminas) como medicamentos para el tratamiento de la narcolepsia (un trastorno del sueño), el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, los trastornos de personalidad, la bipolaridad, los trastornos de alimentación, el sobrepeso, el estrés y los problemas de pareja, entre otros. Respecto a esta última situación, en febrero de 2022, Christina Caro, reportera del New York Times, expuso el caso de una pareja que aceptó usar la droga ilegal conocida como éxtasis. Su nombre científico es 3,4-metilendioximetanfetamina y pertenece a la familia de las anfetaminas sustituidas (sustancias con estructura química similar a la de la metanfetamina). Al estar al borde de una separación, la pareja usó esta sustancia como complemento de un tratamiento psicológico, debido a que entre los efectos a corto plazo del consumo de las metanfetaminas están el sentimiento de euforia, el aumento del apetito sexual y de la actividad física. Sin embargo, Smita Das, presidenta del Consejo de Psiquiatría de Adicciones de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, opina, en el mismo artículo, que dicho uso puede incluir situaciones negativas tales como comportamiento imprudente, ataques de pánico o efectos físicos como la hipertensión o interacción con otros medicamentos. Además, aunque las dosis de metanfetaminas recetadas para tratamientos son más pequeñas que las que normalmente se usan para el consumo recreativo, pueden provocar fuertes reacciones negativas en quien las consume. En 2002, Nora Volkow y colaboradores, directora del Instituto Nacional de Drogas de Estados Unidos, demostraron en un estudio sobre el Ritali (nombre comercial del metilfenidato, derivado de las anfetaminas y metanfetaminas), el importante papel que juegan los receptores de dopamina en las adicciones. Las personas adictas presentan una reducción significativa en los niveles de receptores de dopamina, por lo que difícilmente se sienten satisfechas, tienen menos motivación y pueden considerar el mundo un lugar poco interesante, lo que las vuelve vulnerables a seguir buscando una sustancia química para mejorar su vida. Así como existe evidencia de que las metanfetaminas pueden ser un apoyo en el tratamiento de diversos trastornos, también hay evidencia clínica de las consecuencias negativas que tiene su adicción. De acuerdo con el Informe Mundial sobre las Drogas 2022, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), entre 2013 y 2020, México reportó un aumento de un 218 % en el número de personas en tratamiento por uso de estimulantes metanfetamínicos, principalmente la metanfetamina, superando incluso al alcohol. Este dato resulta alarmante y, al mismo tiempo, no es tan ajeno a la realidad que vivimos día a día cada uno de nosotros. El psicólogo Giovanni Razo, terapeuta de adicciones, se encuentra en su trabajo diario con pacientes consumidores de sustancias psicoactivas como el cristal o también conocido como «crack» (un derivado de las metanfetaminas). Estos pacientes presentan arritmias, disminución del peso, pérdida del apetito, insomnio, delirios de persecución, confusión mental, problemas respiratorios, tos frecuente, problemas en la atención, concentración y memoria, así como dificultad para tomar decisiones. Como parte de su consulta, recuerda el caso de Daniel, un hombre de 38 años, agricultor y residente del estado de Michoacán, quien inició a sus 22 años el consumo problemático del cristal. «Manifestaba cambios en su humor, y reconocía que violentaba psicológicamente a su esposa e hijos», relata el especialista. El paciente le expresaba que había incrementado su deseo sexual y que comenzó a ser infiel, lo cual le trajo discusiones frecuentes y sentimientos de culpa. Por otro lado, los problemas en la memoria generados por el consumo, le causaron inquietud, ya que comenzaba a olvidar las indicaciones que le daba su jefe en el trabajo y además empezó a tener peleas por insultos a sus compañeros. «Dedicaba hasta un 70 % de sus ingresos económicos a su consumo, por lo que su familia y jefe, optaron por ingresarlo a rehabilitación», comenta el especialista Razo. Mahttps://www.freepik.com/free-photo/young-child-getting-physical-abuse-from-parent_39427873.htm#page=2&query=metanfetamina%20violencia&position=6&from_view=search&track=ais Es muy delgada la línea que existe entre el uso de las metanfetaminas como tratamiento indicado para trastornos o problemas de salud y el abuso al que se puede llegar. Por ello, es importante que, en caso de requerir un tratamiento dirigido a estas sustancias, se verifique que este sea indicado por un profesionista de la salud y seguir al pie de la letra las instrucciones dadas; así como evitar la interacción peligrosa con otro tipo de medicamentos o sustancias. El consumo elevado o sin limitaciones de metanfetaminas, puede generar sobredosis o consecuencias graves en la salud del consumidor. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), expresa que la sobredosis ocurre cuando la persona consume demasiada cantidad de una droga (que varía entre diferentes sustancias) y sufre una reacción tóxica que causa síntomas nocivos graves (o incluso la muerte). Sin duda, el trabajo preventivo contra las adicciones es arduo, pero difundir información sobre las consecuencias del consumo de sustancias tan adictivas como las metanfetaminas es una estrategia que pretende contribuir en la toma de decisiones más informada y saludable por parte de la población que está en contacto o alrededor de estas.
Caron C. (2022). ¿Una droga puede salvar tu matrimonio? The New York Times. https://www.nytimes.com/es/2022/02/13/espanol/terapia-matrimonio-mdma.html Ferrer M. (2014). Once niños y cuatro adultos se intoxican con metanfetaminas en forma accidental. La Jornada, p. 33. https://www.jornada.com.mx/2014/01/30/estados/033n2est Goldstein R.Z. y Volkow N.D. (2002). Drug addiction and its underlying neurobiological basis: neuroimaging evidence for the involvement of the frontal cortex. The American Journal of Psychiatry, 159(10), 1642-1652. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.159.10.1642 López J.M. (2019). Historia de la metanfetamina: De tratar el asma a la narcolepsia y hasta la obesidad. Diario ABC Sociedad, 11-13. https://acortar.link/bWDcPS
Licenciada en Psicología,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Morelia, Michoacán
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Profesor e investigador, Facultad de Psicología,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
y editor general de Uaricha. Revista de Psicología.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.Primera epidemia de metanfetaminas
Las metanfetaminas, ¿son dañinas para la salud o tiene alguna utilidad su consumo?
Metanfetaminas ¿Valor terapéutico o motivo de consulta?
La información como método de prevención