Deterioro cognitivo y demencia durante el envejecimiento

Escrito por Elydhet Anay Reyes-Alpizar y Araceli Cano-Estrada

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Resulta común ver a nuestros abuelitos como personas mayores a quienes les cuesta trabajo recordar cosas, con frecuencia olvidan dónde dejaron sus anteojos o su monedero, además se les dificulta realizar operaciones mentales o recordar anécdotas de su vida pasada. Existen casos donde comienzan a olvidar a integrantes de su familia o bien no saben el día en el que viven. Pero, ¿por qué las personas de edad avanzada tienden a tener este tipo de problemas? Estas reacciones son parte del proceso de envejecer, donde las habilidades cognitivas se deterioran con el paso del tiempo y en algunas personas suele ser más común que en otras.

Al deterioro normal que se presenta con el avanzar de la edad se le conoce como deterioro cognitivo leve, a problemas más avanzados se le denomina demencia. Entender estos conceptos ayudará a comprender mejor y a ayudar a los adultos mayores a sobrellevar los cambios en esta etapa de la vida.

 

Deterioro cognitivo y demencia

Las habilidades cognitivas tienen un papel muy importante en el desempeño de las actividades diarias en los adultos mayores. Desafortunadamente, el deterioro cognitivo es común en el envejecimiento, pero puede llegar a convertirse en algún tipo de demencia si el deterioro cognitivo es severo, perjudicando las actividades sociales y funcionales de los adultos mayores. Los trastornos más conocidos de demencia en edades avanzadas son las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson, aunque existen otros tipos de demencia menos comunes. La demencia es irreversible y progresiva, mientras que en el deterioro cognitivo solo afecta la memoria de la persona, impidiendo recordar nombres, lista de objetos, entre otras cosas.

Fotografía: Autoría propia.

En la demencia, se encuentran involucradas otras habilidades cognitivas como la orientación, la concentración, el lenguaje, es decir, existen complicaciones más avanzadas en la estructura neuronal del cerebro. Estas afectaciones se deben a depósitos anormales de proteínas que se acumulan en el cerebro contribuyendo al deterioro de su función.

 

Factores de riesgo para el deterioro cognitivo y la demencia

Existen varios factores de riesgo que parecen tener influencia sobre el deterioro cognitivo, como la edad, el género, la raza y la genética, que se clasifican como factores no modificables. Por otra parte, los factores de riesgo modificables involucran la educación, el estilo de vida y las enfermedades como la diabetes. Algunas otras causas que podrían involucrarse con el deterioro cognitivo son la depresión, el abuso del alcohol, los medicamentos, desórdenes metabólicos (tiroides), tumores intracraneales, infecciones como el SIDA y por traumatismo cerebral. En contraste, varios factores en la dieta y en el estilo de vida se han asociado a una baja probabilidad de padecer demencia, entre ellos se encuentra la ingesta de ácido fólico, consumo bajo de grasas saturadas presentes en la grasa de origen animal, una alta ingesta de frutas y vegetales; ácidos grasos omega 3 presentes en aceites o algunas especies de pescados; así como la actividad física.

 Fotografía: Autoría propia.

 Diagnóstico de deterioro cognitivo y de demencia

En México, existe un gran número de adultos mayores y se predice que para el 2050 se habrá duplicado, por lo que es importante tener estrategias que ayuden a disminuir o prevenir el deterioro cognitivo y, por ende, la demencia en esta población. La prevalencia de la demencia está fuertemente asociada con el incremento en la edad. También se ha observado que la demencia afecta más a mujeres que a hombres. Pero, ¿cómo podemos saber si algún adulto mayor presenta deterioro cognitivo? En el nivel primario de atención se pueden aplicar pruebas para detectar un posible deterioro cognitivo o demencia, ya que con la revisión de rutina no es posible identificarlos. Estas pruebas van dirigidas a evaluar la memoria, el lenguaje, la atención, el procesamiento de la información y la habilidad visual espacial. Si la persona tiene un bajo desempeño en dos o más de estos dominios cognitivos, es probable que pueda padecer algún tipo de demencia, por el contrario, si solo presenta una baja puntuación en algún dominio podría padecer deterioro cognitivo leve.

La prueba Estado de Examinación Mini Mental (MMSE por sus siglas en inglés), es una de las más empleadas a nivel mundial para examinar la capacidad cognitiva global en los adultos mayores; esta prueba se ha traducido a diferentes idiomas. Otras pruebas utilizadas para la detección son el test del dibujo del reloj (ADT), test mental abreviado (AMT), el cuestionario del estado mental portátil corto (SPMSQ), la evaluación cognitiva Montreal (MoCA), entre otros. El tiempo destinado para la realización de alguna de estas pruebas es de alrededor de 10 minutos. Es importante mencionar que el resultado no es contundente para declarar a una persona con deterioro cognitivo o demencia, ya que para ello es necesario que la persona se realice otras pruebas cognitivas más detalladas para evaluar el nivel y el posible origen del deterioro cognitivo, lo que incluye una evaluación funcional. Por ejemplo, pruebas neuropsicológicas, estudios de laboratorio para detectar hipotiroidismo o eficiencia de vitamina B12 y estudios estructurales y funcionales del cerebro por medio de tomografías o resonancia magnética nuclear.

 

¿Qué pueden hacer las personas diagnosticadas con deterioro cognitivo?

Los resultados de las diversas investigaciones que se realizan sobre las diferentes formas para prevenir o tratar el deterioro cognitivo, han llevado a la propuesta de algunas estrategias farmacológicas y no farmacológicas para combatirlo. Por ejemplo, se ha sugerido el entrenamiento cognitivo como una estrategia no farmacológica, pues se ha evidenciado una mejora en el dominio entrenado; es decir, si el entrenamiento está enfocado en fortalecer la memoria o el lenguaje, entonces se observa un aumento en dichas habilidades.

El entrenamiento físico también se ha considerado como parte de las estrategias para mantener las funciones cognitivas en adultos mayores. Se han propuesto ejercicios aeróbicos, de estiramientos, de resistencia y de equilibrio. Incluso, se han implementado ejercicios de Tai Chi o de gimnasia cerebral. El tiempo necesario para ver resultados positivos es entre 18 y 24 meses con una práctica de ejercicios de dos o tres veces por semana.

Por otra parte, se han realizado intervenciones multidisciplinarias donde se combinan diferentes estrategias, por ejemplo, actividad física y dieta. La ingesta de vitaminas C, D y E, también se ha propuesto; sin embargo, los resultados aún no son del todo concluyentes, por lo que es necesario seguir investigando al respecto. Además, se pueden realizar intervenciones psicoeducativas en caso de detectar presencia de depresión en el adulto mayor, puesto que esta puede desencadenar otros trastornos mentales. Estas intervenciones pueden consistir en terapias ocupacionales, de ahí la importancia que el adulto mayor tenga una red de apoyo como pueden ser sus familiares o bien compañeros en un centro gerontológico o casa del adulto mayor.

Sin duda, la identificación temprana del deterioro cognitivo ayudará a prevenir el desencadenamiento de algún tipo de demencia, mejorando la calidad de vida de las personas de la tercera edad. Es importante involucrar al adulto mayor en actividades físicas regulares, en el consumo de una dieta balanceada y acudir a revisiones médicas periódicas para prevenir estos trastornos mentales.

 

 

Elydhet Anay Reyes-Alpizar. Estudiante de la Licenciatura en Enfermería, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Pachuca de Soto, Hidalgo.

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Araceli Cano-Estrada, Profesora e investigadora en el área académica de Enfermería Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Pachuca de Soto, Hidalgo.

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