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Hibiscus rosa-sinensis, conocida como la flor del beso, es una planta también llamada rosa de China, cayena, amapola o hibisco, entre otros nombres. En este artículo te hablaremos de ella, ya que además de la belleza de sus flores y de su uso ornamental, tiene propiedades medicinales, por ejemplo, se le han atribuido distintos usos terapéuticos por su actividad antiinflamatoria, antipirética, antioxidante, antitumoral, entre otras más, ya que su uso en medio oriente ha dejado fascinados a los que la consumen de manera cotidiana, como si se tratara de un alimento común en su dieta. Esta planta arbórea, de unos 4.5 metros de altura, llama la atención por su característica floración, como si de una rosa común se tratara, solo que en la flor del beso sale una estructura del centro, algo muy llamativo que contiene el polen. Además de eso, esta planta tiene su origen en China, y su distribución se encuentra por todo el Medio Oriente, en países como Japón, África, Marruecos y Egipto. En América, por ejemplo, se encuentra en México y en Alaska, en el caso de Norteamérica; mientras que en Sudamérica se hallan en Brasil, Perú, Chile, entre otros.
Debido a las sustancias bioactivas y a las propiedades medicinales que se le atribuyen, es una planta con un alto potencial para ser utilizada en el control del sobrepeso, ya que posee un grupo de compuestos químicos, aún no determinados, que evitan que se absorban las grasas en el intestino, las que el organismo desecha, por lo que se considera tener un efecto antiobesogénico, es decir, que controla la obesidad o el sobrepeso.
Para entender el potencial de la flor del beso en este tema, describimos el problema de la obesidad a nivel mundial y en México, cómo se desarrolla y su control mediante fuentes naturales, sobre todo, con el uso de productos derivados de plantas.
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La obesidad en México
Las estadísticas, tanto mundiales como nacionales, hablan de que el sobrepeso y la obesidad se ha incrementado en varios países, y ahora con la pandemia que trajo consigo el COVID-19, las cifras han aumentado significativamente por la baja calidad de vida que se ha adquirido, lo que resulta en enfermedades como hipertensión, diabetes, algunos tipos de cáncer, etc. No es de extrañar que ocurran gran número de decesos a causa de esto, ya que se relaciona con el incremento de enfermedades crónicas y la mortalidad prematura. Si bien ya hemos hablado de la obesidad y su situación actual, también es importante abordar las causas que contribuyen a que se desarrolle la enfermedad.
Este padecimiento ha sido el foco de atención desde distintos puntos de vista, tanto por las ciencias biomédicas, como por las sociales, ya que hay factores de ambos tipos que contribuyen en cierto porcentaje a que la población padezca esta enfermedad. Un ejemplo de causas biomédicas es que esta enfermedad es hereditaria; y otra, es que se induzca por el estrés a causa de la falta de actividad física, el sedentarismo. Por otra parte, las causas sociales como la desigualdad económica, la escasez de agua potable y de alimentos de alto valor nutrimental, ocasiona que gran parte de la población recurra a consumir alimentos poco saludables y nutritivos, a bebidas gaseosas y/o a sustitutos de extractos frutales.
¿Cómo se controla esta enfermedad?
Como toda enfermedad, en la historia de la humanidad se ha buscado la cura y/o tratamientos que hagan frente a dicho padecimiento, además de que estos no generen efectos secundarios en las personas. Y, efectivamente, se han descubierto y aplicado medicamentos que ayudan a tratar el sobrepeso y la obesidad. Tal es el caso del orlistat®, fármaco que llega a dar muy buenos resultados a las pocas semanas de su ingesta, ya que es usado para prevenir que se absorban las grasas de la dieta, reduciendo así la acumulación de calorías. No obstante, se han hecho estudios donde resulta que dicho medicamento presenta efectos secundarios, al igual que la fentermina®, un inhibidor del apetito y el dietilpropión®, un anorexígeno o supresor del apetito.
Sin embargo, todos estos fármacos tienen efectos secundarios en distintas partes del cuerpo, como sensación de malestar, dolor de cabeza, estreñimiento, afectaciones en el sistema nervioso, en el renal donde ocasiona insuficiencia, en el endocrino, entre otros efectos. Esto ha llevado a la necesidad de buscar alternativas que sean económicas y de fácil preparación, como el uso de plantas o sus extractos, sobre todo como esta planta que tiene compuestos como las saponinas, taninos, flavonoides, terpenoides y fenoles, que actúan como sustancias supresoras del apetito, antiinflamatorios, antioxidantes, antilipogénicos, entre muchos otros papeles benéficos.
Las plantas y la obesidad
No es algo nuevo el uso de plantas como tratamiento para distintos problemas de salud. De hecho, estos tratamientos con plantas, conocida como fitoterapia, han sido una vía bastante recurrida por parte de antiguas civilizaciones no solo en México, sino en el mundo entero. Incluso, actualmente hay pequeñas tribus y/o grupos étnicos que aún con los medicamentos actuales, optan por incluir en sus tratamientos a las plantas. Los farmacéuticos llegan a consultar a estas personas que poseen un conocimiento menos técnico, aunque igual de importante y, así como la flor del beso, se han estudiado científicamente una gran variedad de plantas, por ejemplo, el té verde (Camellia sinensis), el ginseng o árbol de los 40 escudos (Ginkgo biloba), el konjac (Amorphophallus konjac), el sen (Senna alexandrina), el escobillón (Callistemon citrinus), entre muchas más.
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La flor del beso y su potencial uso ante la obesidad
La flor del beso puede llegar a ser empleada como infusión o ungüento, entre otras aplicaciones, puesto que se le han dado varios usos por sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas, antipiréticas, etc. No obstante, los científicos también han hecho pruebas a niveles bioquímicos en laboratorios de investigación donde se reportan actividades que consisten en la moderación de los niveles de glucosa en sangre, colesterol, triglicéridos, lipoproteínas de baja densidad (LDL, «colesterol malo»), promueve la actividad antioxidante y, en nuestro foco de interés, ayuda a disminuir el sobrepeso, precursor de la obesidad e inductor de un estrés oxidativo causante de muchas enfermedades, sobre todo las crónicas degenerativas.
Asimismo, se han hecho pruebas de toxicidad aguda y subaguda del extracto de hojas de esta planta, donde se reporta que no hay efectos tóxicos. En cuanto al análisis fitoquímico, se han reportado solamente la naturaleza química de los compuestos mayoritarios presentes en el extracto etanólico de sus hojas, que resultan ser los ácidos grasos oleico y linoleico. Sin embargo, la estructura química responsable de la actividad antiobesogénica no se ha determinado ni caracterizado, lo que abre paso a investigaciones en esta área, teniendo así un estudio completo sobre dicha planta y su posible uso como fitoterapia para la trata del sobrepeso y de la obesidad.
Hay muchas plantas a las que se les atribuyen propiedades medicinales y algunas de ellas se han estudiado para validar su uso en el tratamiento de cierta enfermedad, pero en gran medida se desconocen las dosis óptimas para curarnos o tratarnos directamente con el uso de una parte de la planta. Debemos de tener conciencia de que no podemos por sí mismo, poner en práctica tratamientos con el solo hecho de saber que esa planta o algunas de sus partes contienen compuestos beneficiosos. Hay que esperar que los fitomedicamentos estén aprobados para su uso por las dependencias, como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, siglas en inglés de Food Drugs Administration) en Estados Unidos de América y la COFREPIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) en nuestro país, encargadas de verificar la dosificación, el modo de empleo, el tiempo de tratamiento y los posibles efectos secundarios.
Para Saber más:
Del Pozo, J.A.G. y Martínez, M.O.Á. (2002). Plantas medicinales en el tratamiento de la obesidad. Offarm: Farmacia y Sociedad, 21(9), 132-144. https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-pdf-13038010
Espinosa-Pire, L.N. (2016). Tratamiento de la obesidad con productos naturales. Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión, 1(4), 164-168. https://docs.bvsalud.org/biblioref/2018/08/910937/tratamiento-de-la-obesidad-con-productos-naturales.pdf
Khristi, V. y Patel, V.H. (2016). Therapeutic potential of Hibiscus rosa sinensis: a review. International Journal of Nutrition and Dietetics, 4(2), 105-123. https://www.researchgate.net/publication/312148872_THERAPEUTIC_POTENTIAL_OF_HIBISCUS_ROSA_SINENSIS_A_REVIEW
Oscar Fernando Gallegos-Torres. Estudiante del Programa Institucional de Maestría en Ciencias Biológicas, Área Temática de Biotecnología Alimentaria, Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán, México.
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Patricia Ríos-Chávez. Profesora-Investigadora, Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán, México.
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