Conectar paisajes para conservar su biodiversidad

Escrito por Edgar G. Leija y Manuel E. Mendoza

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Actualmente, muchos hábitats naturales no suelen estar conectados con otros hábitats, debido a que los paisajes han sido modificados por la deforestación para desarrollar actividades como la agricultura y la ganadería. Los estudios sobre conectividad del paisaje han tenido una mayor importancia en los últimos años, además de tener un contexto internacional y político que brinda oportunidades para crear sitios prioritarios o áreas protegidas para lograr la conservación de los recursos naturales, los servicios ecosistémicos y los valores culturales asociados, así como romper las brechas entre la conservación y el desarrollo. En México se han hecho esfuerzos y se han tenido importantes avances en la generación de conocimientos científicos que apoyan los compromisos internacionales, atendiendo las causas subyacentes a la pérdida de biodiversidad y de los servicios ecosistémicos y del cambio climático, mediante la incorporación de enfoques de planeación territorial como el Manejo Integrado del Paisaje y Conectividad.

 

Manejo Integrado del Paisaje y Conectividad

El Manejo Integrado del Paisaje y Conectividad es un instrumento de planeación y gestión basado en la colaboración entre la población y la creación de políticas públicas orientadas a implementar sitios prioritarios o áreas protegidas para la conservación del territorio, promoviendo la protección, la conectividad y las relaciones ecológicas del paisaje. Es necesario diseñar una futura Estrategia Nacional para el Manejo Integrado del Paisaje y Conectividad en México al 2030, donde la formulación de estrategias y acciones en pro de la conectividad del paisaje sea fundamental para sostener y mantener la estabilidad de los procesos ecológicos que se encuentran en una superficie terrestre y que están relacionados entre sí, como la dispersión, el intercambio de genes entre animales que están separados y que no permiten el mantenimiento de la biodiversidad a largo plazo.

En este sentido, la conectividad se convierte en un elemento clave para que exista la biodiversidad en una región, además es requisito ecológico necesario para las prácticas adecuadas de conservación y planificación del territorio. La conectividad es una herramienta prioritaria bajo el enfoque de la ecología del paisaje que estudia los patrones presentes y su relación con los procesos ecológicos. En otras palabras, se analizan las características de estructura y la descripción de formas que componen un territorio en un momento determinado y su cambio a lo largo del tiempo. Además de haber un interés considerable a nivel mundial donde la conectividad del paisaje, mediante la planificación de actividades de restauración y uso del suelo, han creado propuestas para el establecimiento de corredores biológicos potenciales con la finalidad de asegurar la permanencia y funcionalidad de los paisajes.

 

La importancia de crear sitios prioritarios o áreas protegidas

Los sitios prioritarios o áreas protegidas son esenciales para la conservación y la conectividad de los paisajes, dado que son sitios que cuentan con numerosas especies de plantas y animales que pueden estar catalogadas en riesgo de desaparecer, por lo que su preservación permite mantener a los ecosistemas saludables, además de amparar una gran riqueza y variedad de especies. Asimismo, la condición ecológica de estos sitios depende, en gran medida, de que estén bien diseñados y gestionados por diversos actores sociales. Sin embargo, la selección o creación de áreas no deben solo ser designadas para representar o resguardar especies importantes como plantas y animales, sino también deberán representar y garantizar la continuidad de procesos ecológicos que se desarrollan entre los ecosistemas. También es necesario tomar en cuenta el tamaño y estructura de las áreas, la región geográfica donde se ubican, así como la interacción potencial con poblaciones humanas y sus actividades económicas, entre otros factores.

Es necesario mencionar que la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales no se resuelve solo con la delimitación de un territorio protegido, la expedición de normas o decretos. El grado de conservación de los sitios prioritarios o áreas protegidas, con el cumplimiento de sus objetivos, está asociado a diversos factores e interacciones de múltiple naturaleza como la conservación de diversidad biológica, lo que ha generado que se cuestione la eficacia de estos espacios protegidos y los objetivos que persiguen. De hecho, la creación de áreas protegidas ha sido objeto de temas controversiales, dado que son percibidas como instrumentos de control con visiones opuestas; por un lado, son consideradas la mejor alternativa para la conservación de los recursos naturales y, por el otro lado, como espacios que limitan el desarrollo y bienestar humano de las poblaciones aledañas que viven alrededor de estos sitios. Los estudios sobre la conectividad del paisaje en el marco del Manejo Integrado del Paisaje y Conectividad, proporcionan información valiosa sobre diferentes aspectos para la determinación de áreas prioritarias, a pesar de no ser consideradas explícitamente como un sistema de área protegida, los cuales son sitios potencialmente vinculados a través de interacciones que se dan en un lugar y en un tiempo determinado.

La creación de los sitios prioritarios o áreas protegidas permitirá cumplir con algunos de los objetivos del desarrollo sostenible, como mantener la conectividad del paisaje y conservación de los ecosistemas terrestres a largo plazo. Por ejemplo, en la décima reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica, donde participaron actores clave como los gobiernos del mundo, se pactó un Plan Estratégico a través de la Meta 11 de Aichi, la cual contribuiría en aumentar la conectividad entre paisajes terrestres bajo protección de al menos el 17% de manera efectiva, equitativa y ecológicamente representativos. Sin embargo, a pesar de existir acuerdos globales, los estudios orientados a la conectividad del paisaje aún representan grandes desafíos por cumplir, principalmente por la falta de estudios que proporcionen indicadores que puedan utilizarse para evaluar eficazmente la conectividad de sitios prioritarios o áreas protegidas en el planeta.

 

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¿Para qué mantener la conectividad de los paisajes?

La conectividad del paisaje es fundamental para conciliar el desarrollo económico de las personas que habitan en las comunidades y, a su vez, mantener el buen estado de conservación de los principales paisajes y sus componentes, los cuales permitiría enfocar los esfuerzos de protección al ambiente y elevar la eficacia de acciones en sitios protegidos. Simultáneamente, el reconocer el papel de las poblaciones locales en el territorio es fundamental para lograr los objetivos de conservación que motivaron su declaratoria como sitios protegidos. Este tipo de estudios aporta información valiosa y documenta la importancia biológica de los ecosistemas, los servicios ecosistémicos que provee, la dinámica espacio-temporal de la cubierta vegetal, la importancia de los actores locales a través de diferentes mecanismos de participación y la acción pública de las instituciones.

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El Manejo Integrado del Paisaje y Conectividad, responde a la necesidad de formular políticas públicas que integren la importancia de la conectividad y consoliden el manejo de dichas áreas, así como las zonas de influencia a través de la creación y vinculación entre actores sociales, gubernamentales y empresariales. Su gestión se hace con base en la integración de la innovación científica y el conocimiento local y tradicional de las comunidades, lo cual permite la construcción de líneas base y metodologías robustas de evaluación y elaboración de programas, así como los proyectos de implementación llevan al aprendizaje necesario para realizar un manejo adaptativo.

Promover el Manejo Integrado del Paisaje y Conectividad, presupone una visión integral del manejo ambiental que considera la participación de la población local, tanto rural como urbana, se basa en la visión de paisajes que une la protección de la biodiversidad, el mantenimiento de los servicios ecosistémicos, el manejo integrado de cuencas, la mitigación y adaptación al cambio climático, la restauración para reducir la fragmentación, la resiliencia para reducir la vulnerabilidad humana, la conectividad ecológica del paisaje, así como la economía ambiental. Bajo esta visión, los sitios y áreas protegidas representan lugares de conectividad en paisajes diversos, donde se integran además zonas de relevancia ecosistémica y de alta biodiversidad que no necesariamente están bajo algún régimen de protección y conservación.

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Para Saber Más:

Correa-Ayram, C.A., Mendoza, M.E. y López-Granados, E. (2014). Análisis del cambio en la conectividad estructural del paisaje (1975-2008) de la cuenca del Lago Cuitzeo, Michoacán, México. Revista de Geografía Norte Grande, 59, 7-23.

https://scielo.conicyt.cl/pdf/rgeong/n59/art02.pdf

 

Leija, E.G. y Mendoza, M.E. (2021). Estudios de conectividad del paisaje en América Latina: retos de investigación. Madera y Bosques, 27(1), e2712032.

https://myb.ojs.inecol.mx/index.php/myb/article/view/e2712032/2210

 

Leija, E.G. y Mendoza, M.E. (2021). La conectividad del paisaje como estrategia para atenuar el riesgo de zoonosis por la deforestación y defaunación. Ecosistemas, 30(3), 2235.

https://doi.org/10.7818/ECOS.2235

 

Edgar G. Leija. Investigador Posdoctoral CONACYT, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Morelia. Michoacán, México.

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Manuel E. Mendoza. Investigador Titular C, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Morelia. Michoacán, México.

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