Xurahue Muyeca: Reservorio biológico y cultural

Escrito por Leopoldo Hurtado Reveles y Mireya Burgos Hernández

Columnas de roca en Xurahue Muyeca (Sierra de los Cardos), Zacatecas, México. Fotografía: Leopoldo Hurtado Reveles.

En el centro-sur del estado de Zacatecas, entre los municipios de Jerez, Monte Escobedo, Tepetongo, Susticacán y Valparaíso, se eleva hasta poco más de 2 900 m de altitud el continuo montañoso de la Sierra de los Cardos o Xurahue Muyeca. Enormes rocas de formas caprichosas en posiciones casi absurdas, caracterizan muchos de los cerros que la componen y forman parte de la Sierra Madre Occidental, en su transición hacia la Mesa Central. Esta sierra representa un paisaje cuya riqueza biológica, cultural y paisajística está poco documentada y desprotegida.

Aunque se le conoce comúnmente como la Sierra de los Cardos, son varios sus nombres según la localidad aledaña, entre algunos de ellos se encuentran la Sierra de Susticacán en el municipio de Susticacán y la Sierra de las Cándelas en el norte de Jerez. Aquí nos referimos a ella por su nombre wixarika, Xurahue Muyeca, que aunque se puede encontrar escrito de distintas formas, todos los autores coinciden en que significa ‘Cerro de la Estrella’. Su extensión es confusa, ya que no existe una delimitación oficial, pero mapas estatales la distinguen como una sola sierra, mientras que el INEGI la separa como un área continua de sierra alta de aproximadamente 800 km2, rodeada de valles y lomeríos.

Aunque muy valiosos, los estudios en la zona apenas hurgan la superficie de su diversidad biológica. Los únicos dos estudios de flora, han encontrado una riqueza de plantas considerable, algunas de ellas en peligro crítico de extinción, por lo que concluyen con la necesidad de una mayor exploración en el área. Asimismo, los pocos estudios enfocados en fauna revelan también una importante cantidad de especies. Además de ser un paisaje sagrado para los habitantes de los alrededores por tiempos inmemorables, Xurahue Muyeca sorprende e inspira por su encantadora y multicolor diversidad de plantas, animales y sobre todo de paisajes. Profundas y oscuras cañadas, paredones de rocas colosales, inmensos monolitos en formas fantasiosas y amplios campos cubiertos de flores, son solo algunos de los panoramas que conforman esta enigmática sierra.

 

Parte de la sierra entre los municipios de Susticacán y Jerez. Realmente es un mosaico de comunidades vegetales, donde es posible apreciar pinares, encinares, chaparrales y vegetación de peñascos. Fotografía: Leopoldo Hurtado Reveles.

Mosaico de diversidad

Un estudio reciente encontró que, en solo una parte de la sierra, se puede distinguir un intrincado mosaico de tipos de vegetación, cada una con especies características y vinculadas a un hábitat específico. Así, podemos encontrar extensiones de arbustos y nopales en las laderas más secas, bosques frescos de encinos con las plantas más exuberantes en cañadas, ensamblajes de plantas adaptadas a las condiciones extremas de los peñascos, por mencionar algunas de las vegetaciones más contrastantes. A lo largo de estas comunidades se puede encontrar un vasto catálogo de plantas solo para la porción del municipio de Susticacán, con un registro de 342 especies; mientras que para un cerro de la parte norte de la misma sierra, se contaron 237. Esto prueba cómo incluso en áreas pequeñas, se puede encontrar una alta diversidad y demuestra la heterogeneidad de las comunidades biológicas de la sierra.

Fotografías: Leopoldo Hurtado Reveles.

En cuanto a los animales, se han llevado a cabo importantes esfuerzos que por sí solos dan indicios de la importancia de la zona. Un reporte indica que las sierras de la parte centro y sur del estado, entre ellas Xurahue Muyeca, albergan el 87% de anfibios y el 56% de reptiles de toda la entidad federativa. Por otra parte, aunque no hay estudios sobre mamíferos, monitoreos han detectado en el último año pavo salvaje (Meleagris gallopavo), coatí de nariz blanca (Nasua narica), puma (Puma concolor), pecarí de collar (Dicotyles tajacu), cacomixtle (Bassariscus astutus), venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y mapache (Procyon lotor). Estos trabajos llaman a desarrollar más estudios en estas regiones poco exploradas. De hecho, el año pasado, la CONABIO sorprendió con el primer reporte de jaguar (Panthera onca) para Zacatecas, lo que comprueba que aún hay mucho por descubrir. Los ornitólogos, por su parte, hacen eco de estas propuestas y ya son notables sus esfuerzos, pues en los últimos cinco años han reportado la presencia de 14 especies de aves vistas por primera vez en el estado.

Algunas especies de flora presentes en Xurahue Muyeca son el clavel de monte (Silene laciniata Cav.), la orquídea coral de flor grande (Bletia mexicana Greenm. Sosa & M.W. Chase), Begonia tapatía (Burt-Utley & McVaugh) y Gentianopsis lanceolata (Benth.) Iltis. Por otra parte, la serpiente de cascabel de cola negra (Crotalus molossus) habita hacia el municipio de Susticacán. También se han encontrado talismanes en el sitio sagrado de Xurahue Muyeca.

«El narizón» en Xurahue Muyeca en el municipio de Jerez. Fotografía: Mireya Burgos Hernández.

Lugar sagrado de purificación

La ruta de peregrinación religiosa wixarika pretende conservar el vínculo con sus ancestros, quienes ejercen el control sobre el clima y otros procesos naturales. Este recorrido atraviesa cientos de kilómetros de serranías y parte desde distintas comunidades en la Sierra Madre Occidental, entre los estados de Nayarit, Jalisco, Zacatecas y Durango hacia el Este, hasta los alrededores de la Sierra de Catorce en el estado de San Luis Potosí.

Fernando Benítez, quien en el siglo pasado plasmó sobre papel sus experiencias siguiendo los pasos de una comunidad wixarika, narró cómo el turbulento recorrido puede ser visto por los ojos de un externo. En Xurahue Muyeca se ubica el paraje que le da su nombre y Benítez señala lo siguiente: «bajó la Diosa Estrella, en compañía de Eakatewari, el Dios del Viento, y los dos se pusieron de acuerdo en limpiar los pecados de los seres sobrenaturales que hicieron el viaje en el principio del mundo».

Aunque a lo largo de la sierra existen pequeños santuarios donde los peregrinos se reúnen, se dice que el sitio específico donde ocurrió el descenso de la diosa se perdió; sin embargo, hace poco fue redescubierto cerca de una comunidad en Valparaíso. Giménez de Azcárate y colaboradores, señalan que, en algunas regiones de la Ruta Huichol, existen concentraciones de sitios sagrados que convierten al paisaje a su vez en uno sagrado, como lo es Xurahue Muyeca.

El paisaje rocoso de Xurahue Muyeca, típico de Zacatecas, se conoce también como la Sierra de Órganos, e hizo de ella un escenario digno de filmaciones nacionales e internacionales. De hecho, estudios en ambas sierras demuestran que en estas formaciones crece un tipo de vegetación muy particular, pues la mayoría de las especies están altamente adaptadas a este hábitat de clima extremo. Sobre el significado de estos peñascos para los Wixarikas, podemos aludir a un texto publicado por el Museo Nacional de Antropología e Historia, donde explican cómo una formación rocosa en Jalisco representa a algunos de sus ancestros petrificados. Con la gran cantidad de formaciones rocosas de formas tan excéntricas en el área, emerge la duda de si alguna de ellas tiene algún significado en su cosmología. Esto nos deja ver que aún hay mucho que no sabemos de esta región en vinculación con su significado para los Wixarikas. De hecho, al recorrer la sierra, es común encontrar ofrendas en los más altos peñascos, señal de que son, en efecto, sitios con gran significado y simbolismo.

 

Un paisaje en evolución

Sobre el estado de conservación de Xurahue Muyeca sabemos muy poco. Un estudio reciente señala que la prevalencia de algunas de las comunidades vegetales en ciertos sitios, puede ser una señal de que se desarrolló o se sigue desarrollando un fuerte impacto humano. No obstante, no podemos dejar de lado las iniciativas locales cada vez más fuertes de ecoturismo, sobre todo en la parte de Jerez, donde existe una oferta de turismo enfocado en la preservación de la naturaleza. En cuanto a iniciativas de conservación, solo un decreto de Área Natural Protegida preserva una pequeña área de la sierra, pero deja fuera la mayor parte de Xurahue Muyeca.

Quizás la más fuerte iniciativa de conservación es la propuesta por Giménez de Azcárate y colaboradores. En su diagnóstico de la Ruta Huichol, justifican la importancia de preservar efectivamente la ruta peregrinatoria Wixarika, con énfasis en ciertos polígonos a lo largo de todo el recorrido. La propuesta resalta paisajes sagrados, según su riqueza biológica e importancia cultural, uno de estos polígonos es Xurahue Muyeca. Ellos proponen que la Ruta Huichol sea declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, lo que la convertiría en la primera nominación de un Paisaje Cultural Asociativo vinculado a una tradición viva en América Latina.

A lo largo y ancho de este megadiverso país, aún hay mucho que descubrir y que no sabemos sobre nuestra historia y cómo nos vinculamos a nuestro capital natural. Lo anterior, lo demuestra la sierra de Xurahue Muyeca que, aunque por milenios ha sido apreciada por el pueblo Wixarika, apenas en décadas recientes la comunidad científica y el público en general comienza a conocerla mejor. Los pocos estudios existentes evidencian la inmensa riqueza biológica y cultural de la región, pero también dan cuenta de los vacíos de información que prevalecen. Esto resulta importante, pues nos encontramos en una carrera contra el tiempo para conservar nuestro capital natural y cultural.

 

 

 Para Saber Más:

Giménez de Azcárate, J., Fernández, H., Candelario, T., Lira, R. y Llano, M. (2018). Diagnosis cultural y natural de la Ruta Huichol a Huiricuta: Criterios para su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial. Investigaciones geográficas, 96, 1-18. http://www.investigacionesgeograficas.unam.mx/index.php/rig/article/view/59604/53164

 

Hurtado-Reveles, L., Burgos-Hernández, M., López-Acosta, J.C. y Vázquez-Sánchez, M. (2021). Importance of Local Studies of Vascular Plant Communities in Conservation and Management: A Case Study in Susticacán, Zacatecas, Mexico. Diversity, 13(10), 1-17. https://www.mdpi.com/1424-2818/13/10/492

 

Olvera Galarza, F. y van’t Hooft, A. (2015). La ruta ancestral del pueblo wixarika a Wirikuta. Revista Chilena de Antropología Visual, 26, 21-45. http://www.rchav.cl/2015_26_art02_olvera_&_hooft.html#p2

 

Leopoldo Hurtado Reveles. Estudiante del Programa de Doctorado del Posgrado en Ciencias Biológicas, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México.

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Mireya Burgos Hernández. Profesora Investigadora del Colegio de Postgraduados, Posgrado en Botánica, Campus Montecillo. Texcoco, Estado de México, México.

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