Este título parece el inicio de una homilía de cualquier iglesia del mundo. Por supuesto, la mayoría de las visiones religiosas del mundo, asumen que este inicio ocurrió en algún momento y que fue resultado de alguna voluntad. No es motivo de esta reseña entrar en esta discusión, pero estarán de acuerdo conmigo en que son preguntas muy interesantes: ¿Quién creó todo? ¿Cómo se inició todo? Y por «todo» me refiero al universo, a la naturaleza y a nosotros mismos.
Estaremos de acuerdo en que los humanos percibimos el mundo (lo que nos rodea) a través de nuestros sentidos, es decir, que son los sistemas sensoriales los que nos permiten recopilar información del entorno que nos rodea. Los cinco sentidos principales son la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Además, poseemos otros sistemas sensoriales que nos permiten percibir y controlar el movimiento de las partes de nuestro propio cuerpo (propiocepción), el equilibrio, la noción del «arriba y abajo», el dolor (nocicepción), entre otros.
Pero, ¿cómo se integran esas señales para crear imágenes y nociones muy complejas del mundo, a través de simples señales electroquímicas, luminosas, químicas, entre otras, para construir una representación consciente del mundo que nos rodea? Esta representación puede estar influenciada, adicionalmente, por factores como nuestras experiencias previas, nuestras expectativas y nuestras emociones, lo que hace que la percepción sea un fenómeno individual y subjetivo.
El renombrado neurocientífico Miguel Nicolelis, uno de los más prestigiosos estudiosos del cerebro en el mundo actual, y profesor emérito de Neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Duke, además de ser el fundador del Centro para la Neuroingeniería de esta misma institución, presenta en la obra El verdadero creador de todo (Paidós, 2022), una nueva y revolucionaria teoría. Con ella, pretende explicar cómo el cerebro humano evolucionó para convertirse en un ordenador orgánico sin rival en el universo conocido.
En este libro, propone mostrarnos cómo el cerebro humano, nuestro cerebro, da forma a nuestra noción del universo, del mundo que nos rodea y de nosotros mismos. Nicolelis nos invita a una aventura que comienza con el origen y evolución del cerebro humano.
Recuerdo mucho una frase de Jean Rostand (1894-1977), un destacado biólogo, escritor, filósofo y divulgador francés que en su libro El hombre y la vida: Pensamientos de un biólogo (FCE, 1960), decía: «De cierto linaje animal, que no parecía en lo absoluto elegido para un destino tal, surgió un día la bestia humana que habría de inventar el cálculo integral y soñar con la justicia». Esta frase me impactó, y no solo a mí. El origen del cerebro humano y de la conciencia, sigue siendo una de las grandes fronteras del conocimiento.
En este libro, el autor propone tres propiedades del cerebro que posibilitan su enorme poder para nosotros crear el universo: primero, su insuperable maleabilidad y plasticidad para adaptarse y aprender, lo cual tiene que ver con fenómenos como el alargamiento de la infancia humana; segundo, una exquisita capacidad para permitir que múltiples individuos sincronicen sus mentes en relación a una tarea, un objetivo o una creencia, es decir, la posibilidad de convertir cualquier aprendizaje en una experiencia cultural y colectiva a través del lenguaje, de las diferentes formas de comunicación y de la sociabilidad; tercero, su incomparable capacidad de abstracción, que ciertamente generó las matemáticas y la física, pero también el arte y la construcción, en el propio cerebro, de grandes obras, antes de que estas existieran físicamente, es decir, la capacidad de imaginar el mundo y luego construirlo.
Para comprender al cerebro, se combinan los conocimientos de diversos campos, como la neurociencia, las matemáticas, la teoría de la evolución, la informática, la física, la historia, el arte y la filosofía. Así, Nicolelis presenta con este libro un manifiesto de base neurobiológica para exaltar el carácter único de la mente humana y su función como creador de nuestro cerebro, y un cuento con moraleja sobre las amenazas que la tecnología plantea a las generaciones presentes y futuras.
Un libro indispensable para todos los que nos dedicamos a cualquier aspecto de la educación, de la ciencia y de la cultura, narrado con pasión y sencillez, logrando sintetizar en pocas páginas, años de investigaciones complejas y sofisticadas, y presentándonos una idea muy coherente de lo que somos y por qué somos lo que somos a través de un solo órgano.
Seguro que Rostand estaría complacido.
Horacio Cano Camacho, Profesor Investigador del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología y Jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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