Ed. Impedimenta, Salamanca, España, 2012. 187 pp.
Hoy tomé mi teléfono mientras comenzaba a escribir este artículo. Le pregunté como de pasada: Siri ¿Qué sabes del Golem? El teléfono me respondió (con una voz de mujer, seguramente española), -no encuentro información en la memoria ¿quieres que busque en Internet? Yo respondí que si. Luego de esperar unos segundos apenas, la pantalla me mostró una gran cantidad de páginas relativas al Golem. –Dije yo: Siri abre video de Borges y entonces, un segundo después, del teléfono surge la voz inconfundible de Jorge Luis Borges leyendo el poema El Golem… Al terminar le digo al teléfono: Siri, tengo ganas de un café y el aparato contesta –Horacio, hay diez locales en el área en donde vives, ninguno tiene servicio a domicilio o prefieres que te reserve una mesa ¿deseas que los localice en el mapa?...
Esto que cuento es rigurosamente cierto pero no significa que mi teléfono sea verdaderamente inteligente, aunque por momentos me da una sensación extraña al respecto, ya que ha estado “aprendiendo” y cada vez se adapta más a mi estilo de preguntar y a ciertas preferencias claramente mías. Utiliza procesamiento de lenguaje “natural” para responder a preguntas, realizar búsquedas o hacer recomendaciones mediante la comunicación a sitios web y la comparación de información en un gigantesco centro de datos en algún lugar de EUA.
Para que mi teléfono pudiera catalogarse como inteligente se requiere mucho más. Después de todo mi aparato viene programado “del todo” con instrucciones que hacen al programa buscar, solicitar información a bases de datos programadas para liberar esa información y expresarla en un lenguaje coloquial ¿Qué pasaría si el equipo aprendiera comportamientos nuevos, de acuerdo a situaciones nuevas y se emancipara de mí, tomando decisiones, cambiar sus programas gracias a esa capacidad de decidir y conocer? Eso, tal vez podría considerarse inteligencia.
Todo lo anterior viene a cuento por el libro que ahora recomiendo. Se trata de Golem XIV de Stanislaw Lem, escritor polaco nacido en 1921 y muerto en 2006. Lem está considerado con justica uno de los mejores y más influyentes creadores de la literatura de ciencia ficción. Sus obras se consideran ya clásicos del género y de la literatura en general. Son portentos del género obras como Edén (1959), Solaris (1961), Retorno de las estrellas (1961), Fábulas de robots (1964), Cyberiada (1967), entre otros libros de una vasta obra. El que hoy comentamos se publicó en 1981 y la editorial Impedimenta (Salamanca, España) realizó una hermosa edición con traducción directa del polaco en 2012.
El nombre hace alusión al personaje de la mitología judía fabricado de barro y paja por el Rabbi Judah Loew (atribución sin ningún fundamento histórico) y animado por este mediante fórmulas cabalísticas para salvar a los judíos de Praga de las persecuciones y pogromos a que eran sometidos constantemente. En la novela de Lem, el nombre de Golem XIV pertenece a una computadora pensante dotada de una inteligencia superior y cuya misión es organizar y desarrollar operaciones bélicas. Una vez conectada, la maquina desarrolla un conciencia propia y comienza una reflexión sobre la naturaleza y el destino de la humanidad. Toma una decisión sobre el futuro, la evolución biológica e intelectual de sus creadores y diseña su propio fin… No les cuento más.
El tema no es nuevo. La idea de creaciones humanas que se vuelven en nuestra contra es muy nutrida en la literatura. Desde el mito griego de Prometeo hasta Frankenstein de Mary Shelley, La Isla del Dr. Moreau de H.G. Wells, entre otras y el cine está muy lleno de máquinas que se rebelan contra sus creadores. Lem hace una reflexión muy seria sobre la evolución biológica, el desarrollo de la conciencia y la inteligencia y el devenir de estos procesos en relación con los límites del ser humano. Pero lo hace no como un tratado pesado, sino de manera ágil e hipnótica, algo común a lo largo de toda su obra.
Golem XIV constituye la cumbre de una tetralogía de novelas a las que el mismo autor denominó Biblioteca del Siglo XXI, conformada por Vacio perfecto (1971), Magnitud imaginaria (1973), Golem XIV (1981) y Provocación (1982), todas ellas una seria reflexión sobre el destino y los límites de la humanidad.
La novela es una gran provocación para reflexionar sobre la responsabilidad ética de la humanidad con sus creaciones y también un buen pretexto para reflexionar en torno a las “armas inteligentes”, “drones” y demás parafernalia con que los ejércitos pretenden hacer “inteligente” la matanza de los otros ¿No estamos creando un Golem que luego vendrá por nosotros? ¿O será el inició de máquinas que podrán librarnos de los trabajos peligrosos o tediosos y nos dejarán más espacio para la creación?
El teléfono interrumpe mis cavilaciones y me dice que como mañana tendré reunión de evaluación con mis estudiantes del laboratorio se tomó la libertad de seleccionar algunos artículos que considera indispensable que sean leídos por ellos. También hizo las correcciones a la tesis de Erik y tiene algunas sugerencias para la presentación de Gaby, detectó y corrigió algunos errores en la presentación de Ulises y además se permitió enviar los comprobantes para mi próxima evaluación del SNI… por un momento me fugué pensando en el libro de Lem y sólo lo soñé, por desgracia…
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