Los verdaderos superhéroes de la ciencia

Escrito por Daniel Godínez Hernández y Marcia Yvettte Gauthereau Torres

Un poco de historia sobre la investigación biomédica no le viene mal a nadie

Desde el origen de los homínidos, los “otros mamíferos” han estado ligados al humano, desde la necesidad de conseguir proteínas al emplearlos como alimento, hasta la vestimenta, o cuando cumplen la función de ser animales de compañía. Para muestra tenemos muchos botones: la domesticación de los perros y los gatos, las reses, los cerdos, etcétera, e incluso las aves de corral, pero hay que mencionar que ancestralmente los animales también se han utilizado para la investigación. En este artículo hablaremos del uso de los animales en la investigación biomédica

El dato más antiguo referido es de Aristóteles, quien utilizó los animales para entender, principalmente, cómo funcionamos los organismos vivos. Después de Oparin, quien tuvo una fascinación especial como naturalista, ha habido un avance en el entendimiento de los principios básicos de la vida animal, desde el desarrollo, la nutrición, la anatomía, la fisiología, la farmacología (que nos explica cómo funcionan los productos naturales y los fármacos) y, en último caso, la patología (cuando no se puede salvar una vida, pero la información que se puede generar es muy valiosa desde el punto de vista médico). El conocimiento generado ha producido grandes avances dentro de la medicina al usar animales en las investigaciones.

 

La controversia

Existen opiniones encontradas con respecto al uso y al manejo de animales, que van de un extremo a otro, desde satanizarlo hasta caer en el maltrato animal. Sin embargo, éstas cobran mayor relevancia cuando se habla de la investigación biomédica. Si todos estuviéramos en el primer extremo, diríamos que el uso y manejo de los animales es “muy malo” y nos limitaríamos a no adquirir nutrientes esenciales de la dieta que necesitamos (como aminoácidos, vitaminas y ácidos grasos, de origen animal). En el otro extremo, no tendríamos ningún respeto por la vida de un animal.

 Ningún animal ha aportado a nuestra salud más que los roedores (ratas y ratones), y podríamos dar muchos datos acerca de las contribuciones de estos superhéroes. Tan solo podríamos citar todos los Premios Nobel que han surgido a partir del conocimiento generado con la experimentación científica con estas especies. Aunque, en general tenemos una aversión natural hacia los roedores, son animales que pueden domesticarse, e incluso, ser las mejores mascotas. Los seres humanos decimos que somos una especie superior, lo cual es dicho por nosotros mismos; no obstante, compartimos más del 90% del genoma con los roedores, qué es importante saberlo cuando se hacen las investigaciones biomédicas.

Como hemos mencionado, existe controversia acerca de usar o no a los animales con fines biomédicos, pero esta relación se ha dado siempre y para beneficio mutuo. Los animales han aportado conocimiento dentro de las ciencias biomédicas y han apoyado los avances médicos de los que todos, de manera directa o indirecta, gozamos. Además, existen organizaciones de la sociedad civil que están en contra del uso de los animales en la investigación en países como Estados Unidos de América, el Reino Unido, Canadá, entre otros más, quizás porque en gran parte se deba a la desinformación.

En contraparte, en los mismos países también existen organizaciones que promueven, concientizan y consiguen recursos de la sociedad para la investigación biomédica. En este sentido, los autores consideramos que son más los beneficios del uso de animales para la salud humana y para la salud de los animales con los que convivimos, ya sean mascotas o los animales de consumo, que el daño que se pueda causar si no se utilizaran de esta manera.

Modelos animales en la investigación científica

En el tratamiento de las enfermedades humanas, no podemos darnos “el lujo” de reproducirlas, como se dio en la Segunda Guerra Mundial (donde los “conejillos de indias” eran humanos), por eso son tan valiosos los estudios en animales, para reproducir características de las patologías que padecemos los humanos. En la investigación farmacológica contamos con modelos animales que reproducen signos y síntomas de enfermedades como la epilepsia, la migraña, la ansiedad, la depresión, el déficit cognitivo, entre otros padecimientos del sistema nervioso central y modelos de enfermedades que tienen un origen metabólico y multifactorial, como la obesidad, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial (y otras enfermedades cardiovasculares y renales) y las dislipidemias.

Las infecciones bacterianas, parasitarias y virales no podrían ser tratadas sin los fármacos que inicialmente se probaron en animales y que han demostrado eficacia terapéutica contra esos agentes patógenos. El estudio de patologías que involucran al sistema inmune, el desarrollo de vacunas, la producción de anticuerpos y modelos de varios tipos de cáncer, entre otros, no sería posible sin el uso de animales de experimentación. Además, existen modelos que permiten estudiar los mecanismos involucrados en el dolor e incluso modelos que proveen información sobre las bases neurofisiológicas de las adicciones.

 

Cuatro razones principales por las que los animales se utilizan en la investigación biomédica 

  • El avance del conocimiento científico
  • El uso como modelos para estudiar enfermedades
  • Desarrollar y probar posibles formas de tratamiento
  • Proteger la seguridad de las personas, los animales y el medio ambiente

 

La sugerencia es regular y fomentar el uso responsable de animales en la investigación

En 1959, Russel y Burch, propusieron las 3 R’s, que se presentaron como “Los principios de las técnicas en experimentación humana” y son reducir, reemplazar y refinar.

Existen además sugerencias de trabajar con modelos computacionales, pero no reproducen las características de una patología humana o animal, sólo pueden ser sugerentes. El caso más representativo, que rebasa los resultados de la investigación biomédica, es el de la talidomida, que con estudios en animales, no mostró producir efectos adversos en cuanto a teratogenicidad, pero cuando se usó en la clínica para evitar las náuseas en las embarazadas, generó malformaciones en, al menos, 20 mil niños en varios países, principalmente en Europa.

Si existen las diferencias de respuesta entre especies (rata/humano), no imaginamos las diferencias de los datos que generan los modelos computacionales.

 

La regulación del uso de animales en experimentación es la clave

Un punto adicional es el no burocratizar el uso de animales en la experimentación, ya que los comités de bioética y bienestar animal institucionales deberían estar integrados por profesionales que conozcan del tema, para que se pueda contribuir con un punto de vista útil a la investigación y a los derechos de los animales y no se aporten opiniones, con una visión sesgada, que retrasarían los avances médicos. Sin embargo, el regular el uso de los animales en la experimentación biomédica, con responsabilidad y conocimiento, es la clave.

En este sentido, alrededor del mundo existen organizaciones no gubernamentales y universidades que han contribuido a la concientización sobre el uso de animales en experimentación y sobre el bienestar animal. Existen también lineamientos, normas internacionales y nacionales que regulan el uso y manejo de animales en la experimentación desde un punto de vista ético, en México contamos con la Norma Oficial Mexicana (NOM-062-ZOO-1999) sobre las especificaciones técnicas para la producción, cuidado y uso de los animales de laboratorio. Cada institución que use y maneje animales de laboratorio debería contar con un Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio (CICUAL), que regule, supervise y evalúe los protocolos que involucren el manejo de animales.

 

Los superhéroes en la investigación biomédica

Finalmente, la próxima vez que veas una rata, ratón o algún animal de otra especie empleado en la investigación, recuerda que estás tratando con un superhéroe salvador de vidas y que gracias a estos animalitos se ha aumentado nuestra calidad y nuestra esperanza de vida.

 

Para Saber Más: 

Sampedro J. (2002). Hombre y ratón comparten el 99% de sus genes. El País.

https://elpais.com/diario/2002/12/05/sociedad/1039042801_850215.html

 

Romero-Fernández W., Batista-Castro Z., De Lucca M., Ruano A., García-Barceló M., Rivera-Cervantes M., García-Rodríguez J. y Sánchez-Mateos S. (2016). The 1, 2, 3 of laboratory animal experimentation. Rev. Peru. Med. Exp. Salud Publica, 33(2):288-299. https://rpmesp.ins.gob.pe/index.php/rpmesp/article/view/2579/2476

 

Marvizon J.C. y Geffen D. (2020). Computer models are not replacing animal research, and probably never Will. Speaking of Research.

https://speakingofresearch.com/2020/01/07/computer-models-are-not-replacing-animal-research-and-probably-never-will/?fbclid=IwAR0nAkilRtsjaqUn-RicQN1KvTX4lt8-1j6kGO-k-bQ22QMwfi_AuCCWPB0

 

Dr. Daniel Godínez Hernández, profesor e investigador del  Instituto de Investigaciones Químico Biológicas de la  Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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Dra. Marcia Yvettte Gauthereau Torres, profesora e investigadora en la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas “Dr. Ignacio Chávez”, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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