Los nanosatélites, satélites de poco tamaño y bajo peso, son lo nuevo en comunicación espacial y han sido diseñados para diferentes actividades como observar nuestra luna y nuestro planeta a más detalle, así como en reparaciones de los satélites comunes. Además, ya algunos nanosatélites monitorean oleoductos, pozos petroleros, campos agrícolas, glaciares, la detección de rayos, la medición de la vegetación y la humedad de suelo. Su gran aportación es brindar acceso a internet a cerca de 3 mil millones de personas en el mundo, que no pueden hacerlo por las redes de distribución tradicionales.
Para ser considerado un nanosatélite, deben de tener una masa 1 y 10 kg, aunque ya hay prototipos con masas menores a 1 kg. Los avances en microelectrónica y de la tecnología actual han dado como resultado la fabricación de este tipo de satélites artificiales, empleando técnicas de bajo costo y con una producción masiva. El tamaño y peso reducido han sido factores positivos en conseguir una máxima precisión, pero prestaciones modestas como las comunicaciones en diferido, observación y la medida de diversos parámetros.
Pequeños y de bajo costo
Con el lanzamiento de estos pequeños satélites, inicia otra etapa en el acceso a la tecnología espacial, en la que diversas empresas y no solo las agencias espaciales, pueden hacer uso de estos recursos, debido a que son de bajo costo y de una inversión menor, si los comparamos con los satélites comunes.
Sin embargo, actualmente solo las empresas dedicadas a la comunicación espacial pueden costear ya sea su fabricación o la compra, por lo que están naciendo en diferentes países este tipo de compañías que ofrecen los servicios para los que han sido diseñado lo nanosatélites. También Institutos Tecnológicos, Universidades y empresas pequeñas están dedicadas a diseñar, fabricar y lanzar este tipo de satélites.
Hoy cuestan entre 50 y 100 mil dólares, y el lanzamiento va de 20 a 50 mil dólares por kilogramo.
Los nanosatélites están formados por tres unidades y sus medidas generalmente son 3x10x 30, de los cuales actualmente hay entre 600 y 700 proyectos en el mundo. Su lanzamiento ahora se realiza aprovechando otras misiones, por lo que ahora siempre están sujetos a que exista la oportunidad y haya disponibilidad de los viajes.
Empresas y nanosatélites
En Estados Unidos de Norteamérica, en el 2013, una de las primeras empresas que fabrica nanosatélites es “Other 3 billon” (O3b), lanzó los primeros prototipos al espacio, pero eran medianos de unos 700 kilos con órbitas terrestre bajas (8,000 kilómetros de distancia) con fines de dar servicio de Internet. También, la empresa Space X, que nació con la meta de bajar el costo de los lanzamientos, que también tiene el proyecto de llevar humanos a Marte, ofrecen un gran número de nanosatélites (aprox. 4 mil) para dar servicios de comunicación.
Algunas empresas de Argentina ya han lanzado nanosatélites al espacio, como Satellogic, primera empresa privada argentina que produce pequeños satélites como “Capitán Beto”, “Manolito”, “Tita”, “Fresco”, “Batata” y “Milanesat”, que realizan actividades para las industrias del petróleo, gas y agrícolas.
En España, se ha lanzado el NANOSAT con menos de 20 kg de peso, es un nanosatélite desarrollado por el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial de España, que lleva a bordo cuatro experimentos, que pretenden demostrar el uso de varias tecnologías nuevas; El “CHASQUI I”, primer nanosatélite de La Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) del Perú, será lanzado al espacio, éste mide sólo 10 centímetros por lado y es de 1 kg, permitirá tomar fotografías de la tierra para diferentes estudios climáticos, forestales y arqueológicos; el nanosatélite, cuyas siglas significan Organismo/Orgánico Expuesto al Estrés Orbital (O/OREOS), ha recorrido casi todo el mundo entre los círculos polares Ártico y la Antártida a más de 400 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, es de apenas unos 5.4 kg y es el primer CubeSat lanzado por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés); también está el EXOPLANETSAT, primer satélite diseñado por los Laboratorios Draper y el Instituto Tecnológico de Massachussets (EE.UU.) para buscar planetas similares a la Tierra fuera de nuestro sistema solar, tiene un volumen de tres litros, posee 10 centímetros de alto, 10 centímetros de ancho y 30 centímetros de largo fuera de nuestro sistema solar o exoplanetas, los cuales podrían albergar vida; y en este Instituto se ha diseñado el “Synchronized Position Hold Engage and Reorient Experimental Satellite”, por sus siglas en inglés SPHERES, que son pequeños satélites prácticamente esféricos, de 20 centímetros de diámetro; y otros nanosatélites han sido fabricados y lanzados por otros países como los de la Comunidad Europea, Japón, Israel, Emiratos Árabes Unidos, India, entre otros más.
Nanosatélites en México
También en nuestro país hay diseño, manufactura y pronto el lanzamiento de nanosatélites, debido a la gran demanda nacional y de la comunidad internacional. Sin embargo, por los presupuestos de lanzamientos, considerados aún de alto costo, la mayor parte está en la etapa de investigación en universidades.
Entre los nanosatélites diseñados en México, tenemos el Ulises 1, desarrollado en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) a iniciativa del Colectivo Espacial Mexicano, con una misión muy particular, ya que aparte de ciencia y tecnología, es un experimento social y artístico, ya que lleva a bordo arte sonoro y poemas, unos en clave morse. Ulises 1 fue lanzado el 4 de diciembre de 2015 desde una plataforma durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y durante 2016 brindó datos importantes de su misión, de ese proyecto derivaron Ulises 2 y Ulises 3. Este nanosatélite fue el inicio en la historia del espacio mexicano y forma parte de la primera generación de una constelación de satélites de la nueva época espacial.
Se han lanzado diversos tipos de nanosatélites diseñados por estudiantes de algunas universidades mexicanas, pero que son prototipos solo de lanzamiento y no de órbita. Como el Nano Connect del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el objetivo de verificar que sus componentes funcionan en condiciones suborbitales, y otros diseñados y lanzados por el Centro de Investigación y Desarrollo en Telecomunicaciones Espaciales (CIDTE), de Zacatecas, y por el Centro de Ingeniería y Tecnología (CITEC), Valle de las Palmas, de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Campus Tijuana.
En la carrera en ingeniería aeroespacial de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla se ha diseñado un nanosatélite tipo CubeSat que será puesto en órbita para el año 2019 con el apoyo de la NASA y la Agencia Espacial Mexicana (AEM), fue llamado AzTechSAT-1 y su misión consiste en comunicarse con la constelación Globalstar para que participe de las transmisiones de señal en las telecomunicaciones terrestres.
Las perspectivas de lanzamiento y uso de los nanosatélites señalan que para el año 2022, unos 3 mil pequeños satélites surcarán el espacio. El número es asombroso, ya que desde 1957, unos 4 mil satélites han sido lanzados para orbitar nuestro planeta. Esto podría congestionar el espacio y deberán tomarse medidas para evitar la proliferación de desechos espaciales y los riesgos para los otros satélites como posibles accidentes con la chatarra espacial.
Para Saber Más:
Valdez-Alvarado A. 2015. Nanosatélites. Revista de Información, Tecnología y Sociedad, La Paz, 6:7-12.
http://www.revistasbolivianas.org.bo/scielo.php?pid=S1997-40442011000100002&script=sci_arttext&tlng=es