Las calorías son la unidad de medida que se usa principalmente para saber la cantidad de energía que nos aportan los alimentos, se puede abreviar como "cal". En pocas palabras es la unidad de medida para expresar la cantidad de calor o energía, como la energía provoca calor, de aquí el nombre de "caloría".
Es posible diferenciar entre dos clases específicas de calorías: la caloría-gramo (cal) es aquella energía calorífica que es necesaria para subir en 1ºC la temperatura de 1 gramo de H2O; la caloría-kilogramo o kilocaloría (kcal o Cal), por otra parte, es la energía calorífica requerida para que la temperatura de 1 kilogramo de H2O aumente en 1ºC.
Aunque el Joule o Julio (J), otro tipo de unidad científica para medir energía, es más aceptada por el Sistema Internacional de Unidades, aún permanece el uso de la caloría para expresar el poder energético de los alimentos. Una caloría equivale a 4.19 J.
Las calorías de los alimentos se miden por calorimetría, al calentarse un alimento se mide el calor que se aplica y la energía que se libera, las calorías se expresan en kcal/100 g de alimento. Este resultado es lo que determina el valor energético de los alimentos.
Esta unidad de energía es muy importante para explicar el funcionamiento del proceso alimenticio. Los seres vivos necesitan de energía para vivir y esta energía se obtiene a partir de la comida. La alimentación, por lo tanto, es la fuente de energía más relevante para los organismos vivos, con ella nuestro cuerpo realiza las funciones más vitales como respirar, movernos, pensar, etc., a lo que se le denomina metabolismo basal. También se requiere de energía para el crecimiento y renovación celular en diversos tejidos u órganos, para realizar actividad física o ejercicio y en situaciones estresantes, como una enfermedad o una intervención quirúrgica.
La energía obtenida a partir de los nutrientes que se encuentran en los alimentos se convierte en calorías o, con mayor precisión, en kilocalorías (es decir, en miles de calorías). Los principales nutrientes energéticos que consumimos en la comida son los azúcares o carbohidratos, las proteínas y los lípidos o grasas, que aportan a nuestro cuerpo las calorías necesarias para el metabolismo.
Las legumbres (frijol, haba, lentejas, garbanzos), cereales (maíz, arroz, trigo), frutas y algunas verduras y hortalizas son alimentos ricos en carbohidratos, 1 gramo de éstos produce 4 calorías. La carne, pescado, mariscos, leche y huevos son alimentos ricos en proteínas y un gramo de éstas produce también 4 calorías. Las grasas son los nutrientes que más calorías aportan, 1 g produce 9 calorías y son contenidas en la mantequilla, margarina, aceite, frutos secos, cordero, cerdo, embutidos, pescado azul, productos lácteos, pan y pasteles.
La necesidad básica y elemental para el mantenimiento mínimo del metabolismo en un adulto es de unas 1000 calorías, pero, a partir de allí, todo dependerá de la actividad física y mental de cada individuo (el cerebro es un ávido consumidor de calorías, cosa que no debe olvidarse en quienes efectúan tareas fundamentalmente intelectuales). Para la mayoría de niños en edad escolar, se recomienda una ingesta entre 1600 y 2500 calorías al día, independientemente del género y la edad, las personas que son activas y se mueven mucho necesitan más calorías que las que tienen hábitos más sedentarios (es decir, son muy poco activas).
Todos los nutrientes que ingerimos se almacenan en el hígado, que es el encargado de transformarlos en calorías para poder mantener el calor del cuerpo y realizar todas nuestras actividades cotidianas. Aquellos nutrientes que no se gastan, el hígado los almacenará en forma de grasa y los distribuirá por nuestro cuerpo en algunas zonas específicas. Es por esta razón que se dice que las grasas engordan, sin embargo cuando el organismo lo requiera, éstas pueden ser utilizadas, cuando esto ocurre se dice que se "queman" las calorías.
Para no sufrir desequilibrios ni en peso ni en nutrientes, hay que ingerir estas calorías de una forma determinada. Los carbohidratos deberían representar el 50% de la energía total, las grasas no deben suponer más del 35% y las proteínas tanto de origen animal como vegetal deben aportar el 15%.
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