LA CIENCIA EN POCAS PALABRAS
Obesidad y dolor: ¿Un grito de advertencia?
Citlalli Regalado-Santiago y Emmanuel Correa-Solís
Resumen
En este artículo te contaremos por qué la obesidad puede acarrear otros problemas de salud como la hipersensibilidad, la cual lleva a experimentar sensaciones que comúnmente tu cuerpo detecta como caliente, frío, presión o dolor, y las cuales podrías percibir con mayor intensidad y sin estar en contacto con aquello que lo provoca. A esta descripción se le conoce como dolor neuropático o lo que llamaremos en este contenido: «el grito de advertencia». ¿Estás preparada o preparado para conocer más acerca de este tema? Pues siéntate a leer estas líneas para descubrir cómo el exceso de peso va más allá del estigma social y cómo puede dañar tus nervios en el interior de tu cuerpo.
Palabras clave: Obesidad, hipersensibilidad, dolor neuropático, inflamación de bajo grado.
RECIBIDO: 22/04/2024; ACEPTADO:13/03/2025;
PUBLICADO: 18/07/2025
La obesidad más allá del estigma social
A mitad de la noche, Lora se levantó para ir a la cocina por un vaso de agua. Había tenido una pesadilla. Soñó que se encontraba caminando en el césped del patio de su casa, viendo de repente que cientos de hormigas comenzaron a subir por sus pies y talones, llegando hasta sus rodillas, lesionando sus piernas. Despertó sobresaltada, dando un grito de dolor en su cuarto. Lo inquietante de aquel sueño era que, aún despierta, seguía sintiendo esa sensación que intentó calmar con un analgésico.
A la mañana siguiente, como si nada hubiera pasado, continuó con su rutina diaria. En apariencia, y a sus escasos 55 años, Lora era el vivo retrato de una musa estilizada al cincel de Botero. Se gustaba así misma y su belleza la asumía con gracia y altivez. Y es que, además, en su familia, ser un varón voluminoso o una mujer voluptuosa es sinónimo de abundancia, dando rienda suelta a sus frecuentes festines de comida en reuniones familiares de cada fin de semana.
Al paso de los meses, extrañamente, Lora comenzó a tener la sensación que la piel le ardía y dolía al mismo tiempo, y desde aquella pesadilla no dejó de medicarse con al menos uno o dos analgésicos por semana, viéndose obligada, además, a cambiar su guardarropa por diseños más holgados por el malestar que sentía al ponerse cualquier otro tipo de tela que no fuera de algodón.
Por si fuera poco, se comenzó a sentir desalentada, dejando de lado sus tardes de lectura, sin ganas de hacer muchas cosas y pesimista por los cambios que había tenido en su día a día. Noche tras noche, por su mente pasaba la idea de ir al médico; sin embargo, tenía miedo por la respuesta que ella recibiría y que no le agradaría mucho, ya que, seguramente, el médico le diría, como le han dicho otros especialistas, que su «achaque» es por el peso.
Como la historia de Lora, existen diversos casos en los que la obesidad representa el inicio de otros padecimientos y enfermedades, como la diabetes, la hipertensión y enfermedades del corazón.
¿Gordito, pero feliz? ¡Tal vez!
En nuestro léxico mexicano hemos llegado a normalizar este problema al destacar y viralizar la expresión: «Soy gordito, pero feliz». No obstante, hemos vivido engañados en torno a la felicidad y a los efectos que tiene en la salud, ya que, ahora que lo mencionamos, recuerdo una expresión artística del colombiano Fernando Botero, quien en el 2001 pintó una obra titulada «Bailarina en la barra», obra en la que se puede ver la fortaleza de la bailarina al sostener todo el peso de su cuerpo en un solo pie y en punta, observando en su rostro una expresión que, lejos de ser emotiva y feliz, podría representar parte del dolor físico y de su sistema nervioso, como en ocasiones pasa en el cuerpo, similar a lo que Lora estaba manifestando a flor de piel, y donde el tratamiento sugerido sería bajar de peso, si es que quería dejar de sentir ese dolor por las noches.
Sin embargo, más allá de su condición física, a Lora le agrada su figura, es decir, su imagen está arraigada en sus creencias. A lo largo de los años, hemos observado los diferentes estándares de belleza y las diversas maneras en que la cultura, la sociedad y los medios de comunicación han establecido patrones en las formas corporales que llegan a representar la imagen física que se relaciona con el prestigio y el éxito de una persona, como son los cuerpos delgados o caso contrario, en otros contextos culturales como el de Lora, en cuya creencia se reafirma tener un cuerpo hermoso y envidiable, pese a los problemas de salud que ha comenzado a desarrollar.
Obesidad: Cuando se despoja del control del cuerpo
Alguna vez te has preguntado: ¿por qué las personas que padecen de obesidad a corto o largo plazo presentan otros problemas de salud? Esto es porque la obesidad provoca que tu cuerpo se inflame, si bien esta inflamación no es al grado que te obligue a salir corriendo a urgencias, como ocurriría por una apendicitis, resulta que la inflamación que gira en torno a la obesidad conocida como «inflamación de bajo grado», es un enemigo silencioso, ya que no te da ningún signo o síntoma fuera de lo común, por lo que sencillamente lo atribuyes otras causas (una mala noche de sueño, estrés laboral o ansiedad).
Pero, ¿qué es la inflamación de bajo grado en la obesidad? Si hablamos de la obesidad provocada por el consumo frecuente de alimentos que contengan grandes cantidades de azúcares simples, tu cuerpo los procesará y los almacenará en cientos de microfábricas celulares llamadas adipocitos, quienes se encargan de fabricar sustancias que ayudan a controlar el hambre y la saciedad, o de manera más intensa produce sustancias conocidas como citocinas que se convierten en granadas en un campo militar minado que, si los tocas, explotan y dañan los tejidos que están a su alrededor. Esto se conoce como un bajo grado de inflamación, que es persistente pero leve, que conlleva a desarrollar enfermedades crónicas.
El exceso de peso, ¿altera tus nervios?
Recuerda que tu cuerpo está conectado y coordinado en todas sus funciones en el día a día. Por ejemplo, justo ahora que estás leyendo estas líneas, tu cuerpo pone en marcha la función de cada órgano para mantener la vida. De tal manera que, para que nuestro cuerpo funcione «como un todo», requiere de una conexión con el sistema nervioso, el cual es el centro de integración de señales, que se comunica de manera similar a unos «cables de luz» con diferentes partes del cuerpo por medio de las neuronas, las cuales conectan con el cerebro y desde ahí se mandan las señales como centro de mando y de ejecución de toda la información que se genera en cada célula, tejido y órgano usando más «cables externos» que se conoce como nervios periféricos.
Si Lora siente ardor y dolor a pesar de no estar en contacto con un estímulo, es porque sus nervios o «cables» no están funcionando adecuadamente, ya que, para cualquier persona saludable, el dolor no se percibe a menos que exista algo físico (como una plancha caliente, una aguja o un pellizco o golpe) que lo provoque. Entonces, lo que Lora padece es ese «grito de advertencia» que, en medicina, se conoce como dolor neuropático. ¡Claro!, ahora todo tiene sentido. Esas sensaciones que tenía en medio de su pesadilla son como un foco rojo que se prende de manera espontánea, y el dolor o el ardor en la piel pueden empeorar cuando hay obesidad.
¿Por qué la obesidad duele? Lo que el pariente más cercano al humano relata
Para entender por qué Lora padece de dolor neuropático, la ciencia se ha dado a la tarea de estudiar a los roedores en los laboratorios, sometiéndolos a una dieta rica en azúcares y en grasas con el propósito de explicar cómo una dieta con estas características puede generar obesidad y alterar muchas funciones, entre ellas, crear «un corto circuito» en el cableado (sistema nervioso periférico) que conecta al cerebro con nuestras células, el cual es provocado por la inflamación y el daño en los nervios periféricos que altera la sensibilidad de los tejidos y es cuando se siente «el grito de advertencia».
Para Lora, el daño en sus nervios ha comenzado a ser más evidente, y todo por tener un exceso de peso. La solución es acudir con un especialista en nutrición para que, por medio de un plan de alimentación personalizado, pueda llegar a un peso saludable y con ello mejorar sus niveles de azúcar en sangre, lo cual le calmará los síntomas en sus piernas durante las horas de sueño. De no hacerlo, es probable que el dolor neuropático progrese.
Actualmente, seguimos explorando y explicando el porqué del dolor de los nervios en las personas que viven con obesidad.
Citlalli Regalado-Santiago. Instituto de Farmacobiología, Universidad de la Cañada, Teotitlán de Flores Magón. Oaxaca, México.
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Emmanuel Correa-Solís. Instituto de Farmacobiología, Universidad de la Cañada, Teotitlán de Flores Magón. Oaxaca, México.
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