Yazmín Rubí Córdoba-Mora. Victorino Morales-Ramos. Las actividades económicas que realizamos los seres humanos requieren de energía, la cual en su mayoría proviene de la quema de combustibles fósiles, como gasolina, combustóleo y diésel que, al quemarse, producen gases de efecto invernadero (GEI), entre los cuales se encuentran el dióxido de carbono (CO₂), metano, óxido nitroso, entre otros, de nombre y simbología más compleja. Estos gases han existido desde hace millones de años en la Tierra y las cantidades en las que se encontraban presentes en el aire (atmósfera) permitieron mantener la temperatura media óptima para que se desarrollara la vida en el planeta. En los últimos años, la concentración de estos gases ha aumentado, dificultando a la atmósfera la liberación de calor hacia el espacio, o bien, su recirculación e incorporación a los ciclos de vida. El aumento en la temperatura, provocado por el cambio climático, ha ocasionado que el planeta se caliente, fenómeno conocido como calentamiento global. Efectos del cambio climático. El planeta Tierra es un ente viviente, con corrientes de aire frío y caliente, así como de agua fría y caliente de los mares bien establecidas; pero el cambio en las cantidades de GEI presentes en el aire, ha ocasionado que los patrones de estas corrientes cambien, ocasionando una convulsión del clima conocida como cambio climático, cuya principal consecuencia es el calentamiento global, al cual se le acusa de provocar una reducción en el rendimiento de cultivos, aumento de plagas y enfermedades, tanto en plantas como seres humanos, inundaciones, sequías, olas de calor, entre otros desastres naturales. Resulta entonces razonable tratar de disminuir, tanto a nivel personal como a nivel país, la emisión de estos gases, especialmente del CO₂, el cual tiene un mayor efecto sobre el cambio climático. Los esfuerzos y compromisos a nivel país para enfrentar los retos del calentamiento global se han dado en las Conferencias de las Partes (COP), que iniciaron en 1992 con el establecimiento del Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Posteriormente, de la COP3 derivó el Protocolo de Kioto, que es el primer compromiso internacional para la reducción de las emisiones de GEI. Este protocolo fue la pauta para que, durante la COP21, se aprobara el Acuerdo de París, donde los países participantes se comprometieron a disminuir significativamente sus emisiones en una fecha límite. En 2020, se estableció el precio del carbono como mecanismo de mitigación y desarrollo sostenible, mientras que durante la COP26, en 2021, se trataron temas relacionados con el uso de energía sostenible hacia una economía neutra en carbono. Fórmula para lograr la Carbono Neutralidad. Carbono neutralidad surgió como iniciativa estratégica de las negociaciones COP para llevar a cero las emisiones de GEI, con el fin de contrarrestar los impactos negativos ocasionados por el cambio climático, a través de medidas de mitigación que permitan reducir el consumo energético y la implementación de prácticas sustentables y sostenibles a largo plazo. No obstante, alcanzar la neutralidad es una tarea compleja, por lo que se desarrolló un sistema de compensación a través de créditos de carbono para aquellas emisiones de GEI que no puedan ser mitigadas; es decir, si alguien no puede reducir sus emisiones, le puede pagar a alguien más para que las reduzca por él, sembrando o cultivando árboles, por ejemplo. Se trata de una compra-venta de derechos, ya sea entre organizaciones, personas, e inclusive países, representando un beneficio económico para quien los oferta y un beneficio ambiental para quien los adquiere. La estrategia de la carbono neutralidad se representa a través de una fórmula en la que se establece el total de emisiones de GEI, menos reducciones y menos compensación que es igual a cero. Para implementar la estrategia de carbono neutralidad se requiere cuantificar las emisiones totales de GEI, así como las cantidades mitigadas o reducidas de estos gases en el sistema, para ello, se emplea la huella de carbono como una métrica para cuantificar las emisiones de GEI en diferentes etapas de los sistemas productivos. Es importante destacar que, para hacer el cálculo, todas las emisiones se deben convertir con su equivalente a CO₂. En el caso del café tostado y molido, la cadena de valor está conformada por los eslabones de la fase agrícola, procesamiento (beneficiado húmedo y seco), tueste, molienda, distribución y consumo. Entonces, si nos enfocamos en el primer eslabón (que por cierto representa uno de los mayores porcentajes de emisiones de GEI, cuando usa fertilizantes químicos), vemos que el uso de abonos orgánicos es una alternativa de mitigación, competitiva en términos económicos, con la compra de fertilizantes químicos. De igual forma, sucede con la quema de combustibles fósiles —combustóleo, diésel o gas— para el secado de café; es decir, si se implementan técnicas como el uso de secadores solares, el importe a pagar por el empleo de combustibles y electricidad también disminuye. Metodologías para el cálculo del carbono neutralidad. Gases de Efecto Invernadero. La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) en 2015, presenta 17 objetivos para combatir un conjunto de males que afectan a la humanidad y al planeta en el que vivimos, entre ellos, el cambio climático. El objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 13 establece la necesidad de monitorear los niveles de CO₂ para asegurarnos de que su trayectoria alcista cambie de dirección en el mediano o largo plazo. Para cuantificar los niveles de CO₂ atmosférico, se usan metodologías de análisis plasmadas en normas, tales como la ISO14064-1, la PAS 2050 y el GHG protocol, que sirven como guía para la cuantificación de emisiones netas. Sin embargo, cada país adapta sus propias políticas para lograr su objetivo fijado con respecto a la reducción de emisiones de GEI. La carbono neutralidad es un concepto relativamente nuevo, con muy poca información al alcance de productores, profesionales y público en general, quienes no están familiarizados con el concepto y su importancia como herramienta para acreditar la huella de carbono que estamos generando en la producción de bienes y servicios. Documentar el balance, en cualquier actividad económica, entre el carbono generado y el consumido, brinda información sobre la cantidad de créditos de carbono que una empresa debe pagar para estar en condiciones de proclamarse como un negocio de cero emisiones o carbono neutral. La condición de empresa de cero emisiones brindará una ventaja competitiva a cualquier negocio en el futuro cercano, además de los beneficios que brindará al planeta en la tarea conjunta de mitigar los efectos del cambio climático.
Informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). (2023). https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/ Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHGP). (2023). Estándar Corporativo de Contabilidad y Reporte. https://ghgprotocol.org/sites/default/files/2022-12/protocolo_spanish.pdf Schneider H. y Samaniego J. (2010). La huella del carbono en la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/3753/S2009834_es.pdf
Colegio de Postgraduados, Campus Córdoba.
Estudiante del Programa de Innovación Agroalimentaria Sustentable.
Congregación Manuel León, Amatlán de los Reyes,
Veracruz, México.
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Colegio de Postgraduados, Campus Córdoba.
Ciencia y Tecnología del Café.
Profesor Investigador, Programa de Innovación Agroalimentaria Sustentable,
Congregación Manuel León, Amatlán de los Reyes,
Veracruz, México.
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¿Qué es carbono neutralidad?