¿Qué es eso llamado sustentabilidad?

Escrito por David Orlando Ramírez-Naranjo

¿Sabes qué es sustentabilidad?

Sustentabilidad, sostenibilidad, desarrollo sustentable o sostenible, son palabras que seguro has visto o escuchado en más de una ocasión en la televisión, en la radio, en los periódicos o en las redes sociales. Sobre esta premisa, pareciera entonces que estos términos fueran conceptos claros para la sociedad en general, es decir, que se pueden entender con relativa luminosidad cuando son utilizados, escuchados, o simplemente vistos en algún texto. Sin embargo, en los últimos años, se han convertido en etiquetas sin sentido alguno o, en el mejor de los casos, se entienden como sinónimos de cuidado a la naturaleza, dejando los aspectos esenciales del término a un lado.

En tal sentido, es necesario despejar un poco el panorama, adelantando que la sustentabilidad, sostenibilidad, desarrollo sustentable o sostenible, son palabras que en la práctica académica y de la vida cotidiana se encuentran en construcción y desconstrucción constante. Lo anterior, debido a que se trata de términos que exploran las maneras de habitar el planeta tierra por las sociedades humanas, es decir, las formas en cómo nosotros, los seres humanos (Homo sapiens), nos relacionamos entre sí con otras especies y con los diferentes elementos de la naturaleza.

Con esta introducción, a continuación, te encontrarás con tres apartados: en el primero, se hace un breve recorrido histórico del término; en un segundo, se despejan las dudas sobre sus múltiples terminologías; y finalmente, en el tercero, se dilucida el componente esencial del término como punto de partida mínimo a sus posibles interpretaciones.

Una breve historia del término sustentabilidad

La sustentabilidad o sostenibilidad como término se empezó a utilizar dentro del contexto de las ciencias forestales en Alemania, aproximadamente en 1700, haciendo referencia a que el recurso forestal no se podía aprovechar a un ritmo mayor al que podía volver a crecer. En otras palabras, por ejemplo, si estuvieras en un bosque con 100 árboles y cada árbol tarda aproximadamente 10 años en llegar a su vida adulta, no sería lógico que talaras en un solo año los 100 árboles, a no ser que tu intención fuera acabar con la comunidad de árboles (bosque) en ese periodo de tiempo.

La anterior concepción sobre la sustentabilidad o sostenibilidad fue apropiada entre 1940 y 1970 por el discurso ambientalista que empezaba a tomar fuerza por la época, producto de un latente descontento social sobre la creciente contaminación de los recursos naturales, atizado por la publicación de reportes como los límites del crecimiento y muchos otros estudios que durante la década vieron la luz. Fueron informes que declaraban, palabras más palabras menos, que algunos recursos primordiales para la estabilidad de las sociedades humanas se acabarían en una o dos generaciones si se continuaban contaminando a ritmo acelerado.

En este contexto, fue que en 1972 se celebró la primera gran conferencia sobre medioambiente liderada por Naciones Unidas que, años más tarde, en 1987, con la publicación del Informe Brundtland, daría aceptación internacional al concepto de sustentabilidad o sostenibilidad, pero bajo el nombre de desarrollo sustentable o sostenible.

A este punto el lector se preguntará, ¿es lo mismo e

ntonces la sustentabilidad, la sostenibilidad y el desarrollo sustentable o sostenible? 

La diversidad del término

La respuesta a la pregunta formulada en el apartado anterior es no, parcialmente, pero vamos despacio. En primer lugar, los términos sustentabilidad y sostenibilidad, como ya se mencionó, son palabras de origen europeo que tomaron fuerza internacional como «sustainability», traducida al español como sustentabilidad o sostenibilidad. Es decir, en el idioma inglés este problema de sustentabilidad o sostenibilidad no existe. De manera que es en los países que hablan español donde este problema subsiste, particularmente en América Latina, donde el término sustentabilidad tuvo mayor acogida que el de sostenibilidad, producto de que a este último se le cargó de aspectos más relacionados con compresiones europeas del término.

En segundo lugar, históricamente el concepto primero fue apropiado por las ciencias forestales debido al boom ambientalista de los años 1940 a 1970 y después fue transformado al de desarrollo sustentable o sostenible en 1987 con el llamado Informe Brundtland. De tal manera que, el término desarrollo sustentable o sostenible, es una forma de muchas otras de interpretar la sustentabilidad, eso sí, la más aceptada a nivel internacional, no por nada, hoy casi todos los medios de comunicación hablan de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) o de la Agenda 2030.

Ahora bien, lo antes dicho es el origen de debates interminables entre académicos, puesto que la confusión en la traducción, sumado a que en la literatura científica no define con certeza el término en sí mismo, genera fuertes complicaciones. Por esta situación, en los últimos años se ha extendido la tendencia a interpretar el concepto desde la especificidad del tema, encontrando explicaciones particulares dependiendo de la disciplina o enfoques académicos que se tenga.

Con todo esto, las personas que no están inmersas dentro del mundo académico, como muchos de los lectores, tienden a confundirse entre tanta diversidad de conceptos. Es más, es tal la discrepancia, que la palabra en sí misma está en debate, que si sustentable, que si sostenible, que si desarrollo sustentable, que si desarrollo sostenible, ¡ayyy ya, basta!

Pero bueno, la realidad es que el consenso sobre el tema se ve lejos y, en términos académicos, es esencial que el debate siga encendido, pues así se logran importantes avances científicos. La cosa es que mientras esto sucede, en las realidades cotidianas es fundamental tener un criterio, aunque sea mínimo, sobre este concepto que de ahora en adelante solo mencionaré como sustentabilidad. De manera que, en el siguiente apartado, a manera de conclusión, se señalará cuál es el criterio fundante que podría compartir toda concepción de la palabreja sustentabilidad para permitir un poco de claridad en la cuestión. 

El criterio mínimo esencial del término

Para ir al grano, y con la finalidad de apartarme de la retórica académica, aunque provechosa y en lo personal apasionante, la esencia de la sustentabilidad está en la vida. ¿Cómo qué en la vida? Se preguntarán algunos. Pues sí, como lo estás leyendo, en la vida.

Como se explicó al inicio de este texto, todo este embrollo se generó porque la humanidad empezó a degradar a un ritmo muy acelerado las fuentes que permiten el mantenimiento de la vida. En otras palabras, por un lado, se empezó a degradar a la naturaleza, de la cual nos servimos para extraer todos los recursos necesarios para alimentarnos, vestirnos, estudiar, entre muchas otras actividades fundamentales para la vida humana; y por otro, también se empezó a degradar al mismo ser humano con el aumento de la pobreza y desigualdad social, aspecto esencial para una vida en sociedad, puesto que somos sujetos que necesitamos de nosotros mismo para mantenernos, o acaso, ¿la fruta que desayunó el lector esta mañana la cosecho?, o ¿confeccionó la ropa que lleva puesta?, muy seguramente no. La realidad es que todos necesitamos de todos para que la sociedad humana funcione y se mantenga con vida.

Esta es la razón por la cual en el centro del término sustentabilidad está el mantenimiento de la vida en su expresión amplia. Esto es aplicable a todo concepto del término, puesto que, en últimas cuentas, la prioridad tiene que ser el sustento en buenas condiciones de la vida, sin este criterio como mínimo, no tendría sentido ningún discurso sobre la sustentabilidad o como quiera llamarse.

Por tal razón, si quieres saber qué es esa cosa llamada sustentabilidad, solo tienes que partir de la premisa de la vida, es decir, toda acción que vaya en contra de la vida de la naturaleza o de cualquier miembro de las sociedades humanas, no se puede considerar una acción sustentable. Ahora, sobre esta premisa, se puede construir una diversidad amplia de interpretaciones y formas de practicar, unas mejores, otras peores, dependiendo del enfoque teórico y hasta ideológico al que se suscriba. Pero esto ya es tema de otro artículo. 

David Orlando Ramírez-Naranjo. Estudiante del Doctorado en Desarrollo y Sustentabilidad, Facultad de Economía «Vasco de Quiroga», Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán.

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Foladori G. y Estades N. (2005). ¿Sustentabilidad? Desacuerdos sobre el desarrollo sustentable. https://www.researchgate.net/publication/304783779_Sustentabilidad_Desacuerdos_sobre_el_desarrollo_sustentable 

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Ozkayna B., Devine P.J. y Rigby D. (2004). Operationalising strong sustainability: Definitions, Methodologies and Outcomes, 13(3), 279-303. https://ideas.repec.org/a/env/journl/ev13ev1312.html