Desde la antigüedad, el ser humano ha creado armas de distinta índole, pero existe un arma que aunque no fue creada por él, la ha utilizado por un simple accidente evolutivo, nos referimos a las armas biológicas.
Ataques bioterroristas
Algunas plantas o insectos que sean plagas para cultivos de interés comercial, microorganismos, sustancias producidas por éstos o partículas infectivas como los virus, pueden ser utilizadas como armas biológicas, que generalmente son usadas para realizar ataques bioterroristas. En este artículo nos centraremos en los microorganismos y algunos virus, que para ser considerados una potencial arma, deben de tener la capacidad de infectar fácilmente a muchas personas con poca cantidad de microorganismos, causar la muerte o un daño severo. Deben ser microorganismos o partículas difíciles de erradicar, ya sea por ausencia de vacunas o por la dificultad para tratar las infecciones con antibióticos o antivirales, según sea el caso. Un ataque bioterrorista ocurre cuando los agentes infecciosos son liberados para infectar o matar a personas o a otros seres vivos, con el fin de causar un daño de manera intencionada.
Como antes mencionamos, estas armas se han usado desde hace mucho tiempo, el primer ataque bioterrorista registrado fue en el año 1346 cuando se invadió la ciudad de Caffa por los Tártaros, los cadáveres de personas fallecidas a causa de la peste bubónica fueron usadas como arma biológica. Ahora sabemos que esta enfermedad contagiosa es causada por la bacteria Yersinia pestis. Un caso más reciente fue en 1984, con el uso de la bacteria Salmonella typhimurium por los seguidores del gurú Bhagwan Shree Rajneesh que contaminaron restaurantes, supermercados y agua potable. Otro caso muy conocido fue el brote de ántrax en el 2001, en los Estados Unidos de América, ataque realizado por medio del servicio postal con cartas que contenían las esporas de la bacteria Bacillus anthracis.
Agentes infecciosos clasificados como letales
Debido a la amenaza que representan los microorganismos y los virus con alto potencial de infectar y de ser utilizados como armas biológicas, existen convenios para evitar el desarrollo, la producción, la compra, la acumulación de esos agentes infecciosos y los productos derivados de éstos, si su uso no es para fines de investigación o pacíficos como el desarrollo de vacunas y tratamientos de las enfermedades que nos ocasionan. Estos convenios también se han planteado para hacer frente ante algún posible ataque bioterrorista. En abril del 2004, en México se publicó un plan de acción para este tipos de ataque, elaborado por la Secretaria de Salud, el Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica, entre otras dependencias. Uno de los países que tiene infinidad de información disponible para alertar al personal de salud y a la población sobre los posibles microorganismos y virus que se pueden usar como armas biológicas, es Estados Unidos de América. De acuerdo al centro para el control y prevención de enfermedades (CDC), los microorganismos o agentes infecciosos potenciales para ser usados como armas biológicas, lo han clasificado en tres clases, como a continuación se describen.
A continuación describiremos algunos microorganismos que se encuentran en la clase A, con potencial de usarse como armas:
Bacillus anthracis
Bacteria utilizada en el atentado bioterrorista en el 2001 en los Estados Unidos de América, causante del ántrax, que tiene alta capacidad de supervivencia, con una alta permanencia en la naturaleza, debido a que forma esporas de resistencia. Esta bacteria puede causar tanto enfermedades cutáneas (ántrax cutáneo) como respiratorias (ántrax respiratorio). El ántrax cutáneo suele manifestarse en manos, brazos, cuello y cara, en donde se formarán lesiones (pápulas) que producen comezón, hasta formar úlceras. En la forma respiratoria, la más letal, la infección abarca regiones externas del pulmón y se pueden producir hemorragias e inflamación. Si este tipo de infección se detecta a tiempo, hay tratamientos como la administración de antibióticos que pueden parar la infección, por el contrario, es letal. Es una enfermedad que rara vez se transmite de persona a persona.
Yersinia pestis
Es la bacteria responsable de una de las más grandes epidemias en la historia de la humanidad, causante de la peste bubónica. Puede afectar a los animales y al humano, puede encontrarse en roedores que se infectan por pulgas o por ingerir animales infectados. Los humanos se infectan al estar en contacto con pulgas contaminadas y por contacto con saliva o moco (gotitas de Flügge) de personas infectadas. Los principales síntomas son fiebre, escalofríos, debilidad, dolor de cabeza e inflamación de ganglios. En el peor de los casos es cuando se inhalan las gotitas de Flügge, ya que cuando éstas se inhalan, se produce neumonía con abscesos y tos que ocasiona la expulsión de los bacilos que facilita el contagio a más personas. Si no se inicia el tratamiento en 24 horas después de presentar los síntomas de una infección, en su forma respiratoria, puede ser mortal.
Ebolavirus
Virus que causa fiebre hemorrágica, conocida como ébola, una enfermedad impactante en cuanto a los síntomas y los signos que se pueden presentar. Esta infecciones se desarrollan rápido y tiene una alta tasa de mortalidad que va del 50% y puede alcanzar el ¡90%!, como ocurrió en la República Democrática del Congo. Para infectarse por este virus, debe de haber un contacto muy cercano con personas infectadas, además el contagio puede darse por contacto con gorilas y murciélagos infectados. Los signos aparecer y síntomas aparecen entre 5 y 10 días después del contagio, iniciando con fiebre, dolor de cabeza y más adelante se presentan vómitos, dolor abdominal, diarrea y finalmente, hemorragias mortales. Actualmente no existe un tratamiento, pero ya se ha desarrollado una vacuna que al momento es de baja disponibilidad para la venta y se reserva para los que trabajan con el virus.
Variola major
Es el virus causante de la viruela. El último caso fue en Somalia en 1977 y en México en 1951. Este virus es de los más peligrosos debido a que actualmente nadie está vacunado y nadie está expuesto para generar inmunidad. De los signos más característicos producidos por este virus son las lesiones en la piel y mucosas por la acumulación de pus (pústulas) que posteriormente dejan marcas en la piel, además de causar fiebre y malestar general. Se puede contagiar fácilmente por un contacto cercano y por la vía aérea. Su tasa de mortalidad va del 20% al 50%, es decir en el peor de los casos 1 de cada 2 personas moriría.
¿Qué hacer ante un atentado con arma biológica?
De las mejores acciones para hacer frente a estos microorganismos o virus en un atentado, es el estar informados, el primer ataque ha contrarrestar debe ser el pánico producido generalmente por la falta de información. Es importante estar atentos a los medios de comunicación oficiales como lo son los sistemas de vigilancia epidemiológica.
Los microorganismos y los virus, como lo hemos descrito, tienen un lado bueno y un lado malo, su lado negativo puede ser su uso bélico en las guerras o como una forma de sembrar el caos contra los que no están de acuerdo a una idea, pero también tienen su lado bueno, ya que nos ayudan en la fabricación de medicamentos o aquellos involucrados en la producción de alimentos, pero eso es tema para otro día.
Para Saber Más:
Ponce de León-Rosales S., Lazcano-Ponce E., Rangel-Frausto M.S., Sosa-Lozano L.A. y Huerta-Jiménez M.A (2001). Bioterrorismo: apuntes para una agenda de lo inesperado. Salud Pública de México, 43(6):589-603. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342001000600012
Soberanis-Ramos O. y Ramos_García C. (2009). El bioterrorismo desde el punto de vista de la salud pública. Enf Infec Microbiol, 29(1):29-36. https://www.medigraphic.com/pdfs/micro/ei-2009/ei091e.pdf
Zúñiga-Carrasco I.R. y Caro-Lozano J. (2019). Bioterrorismo: una perspectiva integral para el personal de salud. Revista Enfermedades Infecciosas en Pediatría, 956-961.
https://www.researchgate.net/publication/331354414_Bioterrorismo_una_perspectiva_integral_para_el_personal_de_salud
Río-Chiriboga C. y Franco-Paredes C. (2001). Bioterrorismo: un nuevo problema de salud pública. Salud Pública de México, 6(43):585-588. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342001000600011
José Emilio Ramírez Piña, Estudiante de la licenciatura en Microbiología de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro.
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José Antonio Cervantes Chávez, Doctor en Biotecnología de Plantas e Investigador en la Unidad de Microbiología Básica y Aplicada de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro.
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