Indica origen o inicio del cáncer del griego “génesis” y es el proceso por el que las células normales adquieren mutaciones y comienzan a reproducirse descontroladamente, afectando el balance entre nacimiento y muerte celular. Estas células escapan al control de la normalidad del organismo para crear tumores.
Son muchas las mutaciones del material genético (ADN) que se requieren para trasformar una célula y el problema es, que es difícil identificar los cambios en el ADN que darán origen al cáncer. Las diversas investigaciones encaminadas a identificar estas mutaciones, concuerdan en establecer que el riesgo de padecer cáncer es mayor si las células madre de nuestro cuerpo se replican con mayor frecuencia.
Sin embargo, el cáncer no solo es debido a alteraciones en nuestro genoma, estudios más recientes nos informan que el medio ambiente juega un papel muy importante. El riesgo a padecer cáncer es una combinación entre factores intrínsecos (celulares) y extrínsecos (medio ambiente, estrés, alimentación, etc.).
Entonces ¿Cómo se origina el cáncer?
Cada una de nuestras células cuenta con mecanismos de reparación y control de mutaciones, estos procesos eliminan células o intermediarios que dañan el balance del crecimiento celular. Cuando estos procesos fallan se crea un nicho pre-carcinogénico, el cual se establece mucho tiempo antes de poder ser diagnosticados. La evolución de estos nichos pre-carcinogénicos posiblemente sea por etapas, ya que no todos progresan en cáncer.
En una primera etapa, ciertas células que escapan el control de crecimiento celular por ciertas mutaciones en su genoma, sobreviven y siguen clonándose continuamente. Después, crean o encuentran un ambiente propicio, se ven rodeadas o generan compuestos como citocinas inflamatorias o residuos de otras células, que les permiten establecerse, siguen reproduciéndose y cambian el entorno a su favor -un poco parecido a la gentrificación que ocurre en las grandes urbes-.
La modificación del ambiente en el que se desarrollan para su conveniencia (crecimiento), promueve su expansión de una colonia de células que tienen algo en común, crecer… Entonces, este nicho ya es carcinogénico porque cuenta con los elementos necesarios para la creación en masa del tumor y su desarrollo.
Así, la aparición de un tumor depende de estos nichos pre-carcinogénicos y carcinogénicos, que iniciaron al acumular ciertas mutaciones, lo que les permite eternizar su fenotipo de supervivencia y proliferación, aunado esto a la interacción con otras células, a los factores excretados y al ambiente que en conjunto crean el nicho carcinogénico.
Por ejemplo, daños químicos como la exposición constante al humo (de leña o de cigarro) hieren a nuestros tejidos, esta frecuencia de daño puede causar por un lado mutaciones genéticas para una etapa pre-carcinogénica, pero también crean un ambiente de inflamación repleto de citocinas y factores de crecimiento que conllevan al establecimiento y expansión de células anormales creando un nicho carcinogénico.
Otro ejemplo, es el envejecimiento, en etapas tardías de la vida, es más difícil deshacernos de la “basura” celular que se acumula generando un ambiente pro-inflamatorio, lleno de excreciones y residuos que son aprovechados como nicho para la expansión por células, que ya tienen un estado pre-carcinogénico, con mutaciones acumuladas también por fallas en los procesos de reparación genética.
Todas estas observaciones han llevado a concluir que el cáncer no solo es una enfermedad de nuestro genoma sino que la carcinogénesis es el resultado de la interacción de mutaciones en el ADN con el ambiente celular y, también dependiente de lo que comemos, respiramos, sentimos, lugar de trabajo y hasta con cuanta intensidad nos asoleamos.
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Cancer Not Just “Bad Luck” A new study refutes one published earlier this year that claimed random mutations were at the root of many tumors. Jef Akst, The Scientist, December 18, 2015
The evolution of the cancer niche during multistage carcinogenesis Nature Reviews Cancer 13, 2013. Mary Helen Barcellos-Hoff, David Lyden & Timothy C. Wang
Cancer-Driving Mutations Common in Normal Skin Cells.
A deep-sequencing analysis reveals that non-malignant skin cells harbor many more cancer-driving mutations than previously expected. Anna Azvolinsky, The Scientist, May 21, 2015.