La definición inicial de Nutrigenómica se refería a los efectos que los nutrientes y/o alimentos bioactivos tienen sobre la expresión de los genes de un individuo. Hoy en día esta definición es más amplia ya que también involucra los estudios sobre los factores nutricionales que actúan protegiendo el genoma. Esta nueva ciencia busca entender la influencia que tienen los componentes de la dieta sobre el genoma, el transcriptoma, el proteoma y el metaboloma. La Nutrigenómica sentó sus bases a finales del siglo XVIII. Sin embargo, las antiguas civilizaciones de Egipto, Grecia, Roma, Persia, China y la India ya eran conscientes del vínculo existente entre la alimentación y la salud.
Nuestra relación con los alimentos es compleja y en constante cambio. Hoy sabemos que desde la primera leche que ingerimos, la expresión de nuestros genes, se ve influenciada por los nutrientes que contiene. Asimismo, las diferencias regionales en la comida y la cultura han dejado su huella en nuestro genoma.
Los nutrientes desde una perspectiva Nutrigenómica actúan como señales, las cuales son detectadas por los sistemas sensores que tienen nuestras células, y esto tiene una influencia en la expresión de los genes y posteriormente en la producción de metabolitos. Los estudios sobre el papel de los nutrientes en la expresión de los genes, se fortaleció después de la conclusión del Proyecto Genoma Humano. Actualmente, los estudios nutrigenómicos utilizan herramientas moleculares para buscar, acceder y entender las varias respuestas generadas a través de una determinada dieta aplicada a los individuos o a diferentes grupos poblacionales. Se busca también con estas investigaciones dilucidar cómo los componentes de una dieta en particular (compuesto bioactivo) pueden afectar la expresión de genes, ya sea a través de favorecer su expresión o de su inhibición.
Algunos ejemplos que ilustran la relevancia de los estudios nutrigenómicos son los realizados con las vitaminas A, D y ácidos grasos de la leche, o el resveratrol (presente en el vino tinto) y la genisteína de soya, los cuales han demostrado que estos grupos de moléculas tienen una participación relevante en la activación y regulación de elementos clave de enfermedades que van desde la inflamación hasta el cáncer.
La Nutrigenómica tiene un vínculo estrecho con la Epigenética, que estudia las modificaciones del ADN y proteínas que pueden causar cambios en la estructura de la cromatina, sin cambiar la secuencia de los nucleótidos. Un ejemplo de esta interacción es el suplemento de ácido fólico, antes y durante el embarazo, el cual disminuye el riesgo de que se presenten defectos del tubo neural, esto a través de favorecer la metilación del ADN.
La Nutrigenómica nos muestra una nueva forma de visualizar a la nutrición, la cual permitirá una mejor comprensión de cómo los alimentos interfieren con la expresión de los genes y cómo el organismo responde a estas interferencias. Esto seguramente derivará en estrategias y programas que permitan alcanzar una dieta saludable que nos conduzcan a una mejor calidad de vida.