La Ciencia en el Cine

Aniquilación

Escrito por Horacio Cano Camacho

Recién terminé de ver Aniquilación, segunda cinta de Alex Garland (Annihilation, EUA, 2018). La esperé con cierta ansiedad el día de su “estreno” en Netflix, el 12 de marzo. No es una película original para televisión. Se trata de una obra cinematográfica por todo lo alto, pero al parecer los grandes distribuidores se negaron a exhibirla en las salas de cine de EUA por considerarla “demasiado compleja” para el público norteamericano y eso marcó su destino. Netflix, el sistema de televisión bajo demanda y el líder de esta nueva tendencia posee los derechos de distribución para su plataforma fuera de Estados Unidos, Canadá y China. Todo un acierto para el servicio de streaming pero que nos priva de verla en el cine, a menos que vivamos en alguno de esos países.

La película es una adaptación del primer libro de la trilogía Southern Reach del autor norteamericano Jeff VanderMeer. La trilogía se compone de Aniquilación, Autoridad y Aceptación. Todos han sido publicados en español por DESTINO.

Alex Garland saltó a la fama con su película anterior y primera obra Ex Machina (2015) que ya hemos recomendado en Saber Más No. 23. En esta obra sorprendió a todos con su cinematografía y su propuesta sobre la relación entre la humanidad y sus creaciones tecnológicas. Una relación que ha de terminar mal cuando involucramos la inteligencia. Una película claramente situada en lo mejor de la ciencia ficción.

Aniquilación se aleja del género de la ciencia ficción clásica y se adentra de lleno en el weird o ficción weird, un género de literatura fantástica cuyo fundador H.P. Lovecraft definía como historias con elementos sobrenaturales y terror. La literatura de Jeff VanderMeer se localiza claramente en lo que se ha dado en llamar el Neo Weird que incluye elementos de la ciencia ficción más dura. La característica fundamental de este estilo es lo “desconocido” y la amenaza que supone para nosotros. No importa el origen de esta amenaza que puede provenir del espacio, de fenómenos espacio-temporales y en el neo-weird, de la ciencia misma, porque al romper los principios de esta se puede crear terror…

La ficción weird es, como su nombre, rara, extraña, no lineal y Aniquilación hace honor al género. En un futuro indeterminado, un suceso extraño, tal vez la caída de un meteorito (el hecho es ambiguo), transforma una región de Estados Unidos en un área de desastre. Durante años esa zona comienza a presentar “anomalías” y cosas raras. La región afectada se conoce en el argot del gobierno como Zona X y está reservada por los militares para mantener alejados a los curiosos. La naturaleza ha terminado por conquistarlo todo, pero es una naturaleza “extraña”. La agencia de gobierno encargada de estudiar la Zona X, Southern Reach, ha enviado misiones militares de estudio pero todas han fracasado, muerto, enloquecido o simplemente desaparecido.

Hay varias diferencias entre la novela y la película y vamos a centrarnos en esta última, aunque recomiendo mucho la lectura de los libros originales. Southern Reach arma una nueva expedición de especialistas para estudiar la zona y de paso entender qué les pasó a los antecesores. Pero es una misión novedosa al dejar de lado la configuración estrictamente militar. Este nuevo grupo está formado por cinco mujeres, una psicóloga, una física, una topógrafa, una paramedica y una bióloga. Esta última es la narradora. Una misión de mujeres no es una concesión al movimiento feminista, tiene una razón fundamental, que por supuesto no revelaré.

Cada una de las integrantes del grupo tiene un motivo muy personal para participar en una misión que de entrada se advierte suicida, pero han sido preparadas en diversas técnicas de sobrevivencia y combate, o como en el caso de la bióloga, tienen formación militar. Su misión “oficial” es cartografiar el terreno, recolectar muestras, anotar todas las observaciones del entorno y de la conducta misma de sus propias compañeras. Es fuera del aspecto militar, un estudio multidisciplinario en una zona de catástrofe ambiental. Al mismo tiempo, deben indagar que pasó con los grupos anteriores a través de recopilar sus pistas. La idea fundamental es llegar al centro de la zona x, el punto de donde parten o parecen partir todas las anomalías detectadas.

Hay motivaciones personales en cada una de las participantes y la de la bióloga es descubrir que pasó con su esposo, militar desaparecido en otra misión un año atrás y reaparecido misteriosamente en muy malas condiciones… Eso lo comento por que se narra desde el inicio de la película, así que no estoy cometiendo indiscreciones y uso su profesión para nombrarlas pues aunque en la película si tienen nombre, en la novela se llaman y reconocen por su especialidad.

La película es alucinante, con un manejo de los paisajes y los colores que sorprende. Al tiempo que nos cautiva, nos aterroriza el poder de lo desconocido. No sabemos que se encontrarán paso a paso y la manera en que nos presenta la naturaleza es apabullante; la marcha por el bosque es la representación de cualquier caminata en un ecosistema desconocido en donde puede saltar algo inesperado y cuyo final nadie puede anticipar, muy lejos de Avatar (James Cameron, 2009), esa suerte de Pocahontas del espacio con final feliz desde el mismo inicio de una cinta absolutamente predecible…

Como género literario, la Ciencia Ficción pretende, amparándose de alguna manera en la ciencia, recrear realidades alternativas y mundos posibles, aunque no necesariamente benignos, incluso distópicos. La ficción weird por su parte usa esos elementos de la ciencia para crear un ambiente de terror. Y el terror proviene de lo desconocido, de lo invisible e inesperado, no necesita una excusa ni una explicación sobrenatural o demoniaca y con ello Lovecraft, su fundador, se separó definitivamente de la novela gótica y el terror clásico.

La cinta que encuentro “más cercana” tanto por el manejo estético como por el argumento “extraño” es Stalker (URSS, 1979), del gran realizador soviético Andréi Tarkovski con un guión de los hermanos Arkady y Boris Strugatsky, probablemente los mejores exponentes de la ciencia ficción fuera del mundo anglosajón. La película, conocida en México como La Zona, describe un viaje de tres hombres a través de una zona de desastre (¿nuclear?¿un meteorito?¿una visita extraterrestre?). Este espacio muestra una serie de anomalias emergentes. Un mundo raro, inesperado y por lo tanto terrorifico… Es muy notorio el paralelismo entre Aniquilación y Stalker, en particular entre los libros originales. Stalker es una versión libre de “Picnic extrateterrestre” de los propios hermanos Strugatsky que seguro Jeff VanderMeer conoce y probablemente Alex Garland ha sido influenciado de alguna manera por Tarkovski.

Podemos extraer muchos elementos “de ciencia” en lo narrado por Aniquilación. La anomalía ambiental se representa como una alteración masiva de los ecosistemas, producido por un fenómeno externo. Estas alteraciones son invisibles al inicio, pero poco a poco van cobrando intensidad y afectando todos los niveles de organización, desde los individuos hasta sus relaciones con los otros seres vivos. Esto se produce en cualquier ambiente alterado y desde luego debería provocarnos terror o por lo menos preocupación. La desaparición acelerada o la perturbación de ambientes debidos a las actividades fundamentalmente humanas: la minería, el turismo masivo, el cambio de uso del suelo, los depósitos de basura, son un ejemplo de esto.

Pero podemos comenzar ya a observar otras alteraciones más sutiles, pero que amenazan verdaderamente nuestro futuro. El cambio climático global está modificando los patrones de polinización y de emergencia de muchas plantas y eventualmente esto conducirá a anomalías en la formación o estabilidad de los propios ecosistemas.

Cuáles serán las consecuencias a largo plazo, no lo sabemos, pero la disminución acelerada de las poblaciones de abejas puede estar vinculada a estas alteraciones metabólicas de los vegetales.

En la película podemos observar estos cambios a manera de alteraciones en las interacciones entre organismos y aparecen como relaciones muy extrañas entre individuos que normalmente serían lejanos. Las alteraciones ambientales pueden incluso ser aun más dramáticas y con resultados totalmente insospechados.

Cambios ambientales, como el ya citado en la temperatura ambiental, aumentos drásticos en la concentración de metales pesados debidos a la minería, estrés o modificaciones a las cadenas alimenticias, pueden alterar los patrones de expresión genética, activando regiones del genoma que deberían permanecer silenciadas o por el contrario, reprimiendo la expresión de otras indispensables. Estas modificaciones pueden tener consecuencias dramáticas sobre la estructura y regulación de la información genética, conduciendo a cambios en la coloración y forma de las flores, cambios en la arquitectura del tallo y la disposición de las ramas de ciertos árboles, entre otros o en animales generando alteraciones en  los patrones de disposición muscular, depósitos de grasa, conducta, entre otros, transformando el aspecto completo del organismo.

En la película, las anomalías ambientales observadas en la zona x, van acompañadas de todo tipo de alteraciones en la floración de las plantas (formas y colores), en las conductas o aspecto de animales y en la conducta misma de los humanos. Claro, la historia marca singularidades y rarezas muy extremas, pero en la realidad estas están ocurriendo de manera más “silenciosa” y no sabemos a dónde nos llevarán.

Podríamos seguir encontrando elementos de interés que pueden ser explicados, resueltos o propuestos por la ciencia, pero ello no hace sino refrendar el género literario al que podemos adscribir el libro y la película. Es mejor verla y aun mejor leer los libros. Debe tener en cuenta que no es una película “lineal” y predecible. Es “rara”, pero cuando le encuentra el sentido es realmente buena y muy, muy inquietante… 

Horacio Cano Camacho, profesor investigador del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia y Editor de la Revista Saber Más.