Es raro, de alguna manera, que las vidas de los científicos trasciendan el interés de las propias comunidades dedicadas a la investigación. De alguna manera pensamos que estos personajes son aburridos y sin “chispa” y su interés solo está en el aporte que hicieron al conocimiento, una cosa por cierto, solo del interés de los propios científico. En ocasiones, algo de la vida de estos “famosos” en serio, pasa al dominio público, más por el papel que les tocó vivir en algún momento histórico. Einstein, por ejemplo, firmó una carta dirigida al Presidente Roosevelt de los EE.UU, conminándolo a apoyar la investigación nuclear en el esfuerzo de guerra ante el temor de que los nazis (que trabajaban en ello) llegaran a tener una bomba atómica y la usaran. Este hecho marcó para siempre su vida y lo sacó del feliz “anonimato” científico y lo instaló en el foco de la atención pública que comenzó a indagar, con fines extraños en su vida privada: que si era mujeriego, que si maltrataba a su esposa, que si se bañaba o tenía un solo estilo de ropa. La mayoría de nosotros ignoramos el valor de su aporte al conocimiento pero nos aprestamos a usarlo como ejemplo de lo malo o lo bueno de la ciencia, según el lugar que ocupemos en el espectro ideológico...
Muchos científicos han llegado así al cine... La mayoría con mala fortuna y a lomos de la ultraderecha que pretende usar cualquier “error” en sus vidas en el combate a la ciencia.
Pero hay excepciones y de vez en vez se cuelan historias que nos muestran aspectos interesantes de la vida de algunos personajes famosos en la ciencia y que incluso se presentan a premios cinematográficos, lo cual es interesante por sí mismo.
Me refiero a dos películas: Descifrando Enigma (Imitation Game, EE.UU-Gran Bretaña 2014, dirigida por Morten Tyldum) y La teoría del todo (The Theory of Everything, Gran Bretaña, 2014, dirigida por James Marsh). Ambas películas han obtenido premios en diferentes categorías o han sido nominadas a otros tantos. Además, ambas son adaptaciones de libros, es decir, no son guiones originales.
Descifrando Enigma se basa en el libro “Alan Turing: the Enigma” de Andrew Hodges, líder del movimiento gay y trata sobre la vida del matemático británico Alan Turing al que se debe el desciframiento del código de ocultamiento usado por los nazis para disfrazar sus comunicaciones con la aviación, submarinos y en general sus esfuerzos bélicos durante la segunda guerra mundial. Turing fue un héroe en un amplio sentido del término. Su trabajo permitió anticiparse a muchos ataques nazis a ciudades y transportes y salvar muchas vidas, de la misma manera que lograr ventajas estratégicas en el combate contra estos terribles monstruos, haciendo posible su derrota. Sin embargo, y por razones militares, su trabajo no se hizo público.
Hay un factor más que determinó la suerte del científico. Inglaterra, a pesar de ser un país altamente desarrollado conserva aún muchos atavismos en sus relaciones sociales: es una sociedad altamente jerárquica, clasista y ...homofóbica. Y las preferencias sexuales, unidas a un comportamiento muy reservado y hasta huidizo de Turing sellaron su destino. De manera muy triste e indignante, fue excluido, encarcelado y estigmatizado, poniendo los prejuicios por encima de sus aportes (se le considera el padre de la computación moderna, era un pensador increíble con aportes a la lógica, el pensamiento científico y hasta la biología del desarrollo). La “sociedad” inglesa lo persiguió, condenándolo públicamente. No les cuento más, vean la película, entren al fascinante mundo de las matemáticas y la criptografía. La película está tan bien realizada y actuada que es imposible no sentir en carne propia los estragos de la intolerancia y la discriminación.
La otra película sigue un destino muy diferente. También está basada en el libro “Hacia el infinito” de Jane Hawking, la primera esposa de Stephen Hawking, probablemente uno de los físicos más populares hoy en día. Hawking, a diferencia de Turing es muy mediático y lo vemos frecuentemente concediendo entrevistas, apareciendo en programas de televisión tan extraños (para un científico) como Viaje a las estrellas, Los Simpsons o The Big Bang Theory. Y lo hace con cierta simpatía. Como divulgador de la ciencia ha escrito varios libros que gozan de mucho éxito de crítica y lectores. El más famoso de ellos “Breve historia del tiempo” en donde nos resume de manera muy amena la historia del universo.
Sin duda Stephen Hawking es una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo. Tiene, además, una condición de salud a la que se ha sobrepuesto, incrementando su prestigio y popularidad: sufre de una rara enfermedad llamada esclerosis lateral amiotrófica, mal que lentamente le ha paralizado, inmovilizando cada músculo, incapacitándolo, incluso del habla. Frente a todas las adversidades, Hawking se ha levantado, haciendo de la ciencia y el pensamiento crítico una de las razones de su vida. Un verdadero ejemplo de coraje y voluntad.
La película es excelente, bien construida, con una actuación fenomenal de Eddie Redmayne en el papel del científico y que le ha valido múltiples premios. Se mencionan con mucha fortuna sus grandes contribuciones a la ciencia así como sus esfuerzos personales para salir adelante a pesar de las vicisitudes. Sin duda un cinta entretenida, por momentos vibrante y conmovedora.
Las dos películas que ahora recomendamos son un buen ejemplo de cine bien hecho y con la voluntad de destacar lo que debe destacarse de hombre y mujeres tan valiosos para la sociedad, que descarta el recurso fácil de dar una imagen de los científicos como locos creadores de monstruos...