Desde la antigüedad, la brújula se ha utilizado para orientar y saber qué dirección tomar, sobre todo por los navegantes. Una brújula siempre marca el punto norte, debido al magnetismo de los polos en nuestro planeta, con un mapa nos ayuda a orientarnos. Aunque hay brújulas que podemos comprar, en este experimento, construiremos una de manera muy fácil.
Material:
Un imán
Una aguja
(aprox. 4 cm de largo)
Un corcho mediano
(aprox. 3 cm de largo
y 1.5 cm de diámetro)
Un plato hondo
1 hoja de papel
Agua
¡Manos a la obra!
1 frota la punta de la aguja con el imán hasta que compruebes que esté imantada (prueba si atrae algo metálico como otra aguja).
2 ahora hay que insertarla en la mitad del corcho, atravesándolo como se muestra en la figura, hazlo con mucha precaución.
3 llena el plato con agua, lo suficiente para poner el corcho con la aguja, pero sin que se derrame, y coloca debajo una hoja de papel con los puntos cardinales Este y Oeste, según tu ubicación. Recuerda que el sol sale por el Este y se pone por el Oeste.
4 Finalmente, coloca el corcho con la aguja en el centro del plato con agua y espera unos minutos a que se estabilice su movimiento. La posición de la aguja indica la dirección Norte-Sur y la punta deberá de marcar hacia el Norte, ahora podrás dibujar en la hoja los puntos Norte y Sur. Aunque tu muevas el plato con agua con mucho cuidado o incluso el corcho, la aguja estable s i e m p r e apuntará al Norte.
¿Lo observaste?
Esto sucede debido a que, al imantar la punta de la aguja, ésta siempre señalará al norte. Su funcionamiento se basa en el magnetismo terrestre.