Es conocido por todos que el agua cuando se enfría se convierte en hielo y cuando hierve se convierte en vapor.
Pero, ¿has notado que los charcos desaparecen sin que hierva el agua?
En algunos casos puede ocurrir que el agua sea absorbida por la tierra y que por eso desaparezca, pero seguramente has notado que los charcos que se forman sobre el pavimento de concreto igualmente se secan.
Si no estás convencido de que el agua no es absorbida por el pavimento prueba el siguiente experimento:
Pon un poco de agua en una tapadera de metal de cualquier frasco de vidrio y déjala a la intemperie, al siguiente día no quedará nada de agua.
Ahora, en dos frascos anchos pon igual cantidad de agua y tapa uno de ellos, después de varias horas notarás que el frasco sin tapa contiene menos agua.
Lo que ocurre en los experimentos anteriores es que el agua se está evaporando, ¿sin hervir?, sí, ¡sin hervir!
El agua está formada de moléculas que se están moviendo rápidamente, cuando las calentamos se mueven más aprisa y al hervir adquieren la suficiente velocidad para separarse unas de otras y volar hacia el aire. Pero aún sin hervir, como no todas las moléculas se mueven a la misma velocidad, las más rápidas que están en la superficie del líquido son capaces de separase y quedar desligadas de las demás, es decir escapan hacia el aire.
Podemos ayudar a que la evaporación sea más rápida si damos mayor velocidad a las moléculas y podemos hacerlo de dos maneras: una es calentado el líquido y otra es soplando en su superficie como lo hace el viento. Ahora también te puedes explicar cómo es que se seca la ropa, el agua se evapora ayudada por el viento.
Puedes hacer otro experimento, pon la misma cantidad de agua en dos frascos iguales, pero en uno pon agua fría y en el otro agua tibia y déjalos destapados. Después de unas horas en ambos habrá menos agua, pero se habrá evaporado mayor cantidad del agua tibia porque al estar más caliente sus moléculas se mueven más de aprisa y pueden separase más fácilmente.