DR. CARLOS ANTONIO MARTÍNEZ PALACIOS

Escrito por Por Roberto Carlos Martínez Trujillo y Fernando Covián Mendoza

Originario de Chiapas, México, obtuvo el título de licenciatura en Biología y su primera maestría en Biología Marina por la UNAM y su segunda maestría y doctorado en el Instituto de Acuicultura de la Universidad de Stirling.

Es Profesor Investigador Titular “C” TC en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. A la fecha tiene más de 80 publicaciones, así como capítulos de libros en el área científica.

Centrada su actividad científica en la acuicultura y la nutrición de peces ¿cuáles de sus investigaciones le ha reportado mayor satisfacción?

Desde luego que el trabajo con el pescado blanco de Pátzcuaro y Chapala, debido a que es una especie con tal número de dificultades para su estudio y tan diferente a otros peces, que cada vez que como grupo de investigación nos adentramos en un proyecto, obtenemos datos que nos dejan más sorprendidos. Pero al final, tenemos lo que tanto hemos buscado: una dieta con características especiales que nos permite hoy en día su manejo.

También el conocimiento de que el pescado blanco es influenciado por la temperatura para determinar su sexo. Igual, saber que es único entre los peces de agua dulce porque puede transformar ácidos grasos de 18 carbonos omega 3 en ácidos grasos de cadena larga. Estos ácidos grasos son extraordinariamente valiosos para la salud humana, como lo es el DHA. Estos hallazgos de mi grupo confirman que estos peces son verdaderamente únicos a nivel mundial.

¿Cómo fue que eligió la carrera de Licenciatura en Biología y decidió luego continuarla hacia la investigación científica?

La elección no fue difícil, puesto que tuve la oportunidad de asistir a una escuela federal secundaria muy bien equipada con excelentes laboratorios, profesores y directores científicos, algo muy raro para nuestro país. Creo que ahí comenzó mi interés por la ciencia. Luego, yo deseaba estudiar química, pero la biología me conquistó de una manera embriagante, debido a los excelentes maestros que tuve en la preparatoria.

Antes de terminar la carrera decidí acercarme al Instituto de Biología de la UNAM y ahí conocí a personas que me guiaron hacia el trabajo de investigación en ciencias acuáticas y la acuicultura.

Un sueño que logré cuando ya empleado en un centro de investigación con una maestría, tuve la oportunidad de salir al Reino Unido. En Escocia pude estudiar formalmente una maestría en nutrición de peces y un doctorado con profesores que me guiaron de manera tal que permitieron mi propio desarrollo. Posteriormente todo ha sido fácil.

¿En qué, a grandes rasgos, consiste su trabajo en la Universidad Michoacana como Jefe del Laboratorio de Nutrición y Acuicultura?

En el Laboratorio de Acuicultura y Nutrición de organismos acuáticos, he sido el fundador del grupo. Nuestro modelo de investigación es el pescado blanco de Pátzcuaro.

Con un gran esfuerzo y a pesar de muchas visicitudes que sólo pueden entenderse en las universidades de provincia, he logrado preparar, repatriar y retener excelentes estudiantes investigadores en temas relacionados con el estudio del pescado blanco.

“Una especie para todos, y todos para una especie” es la base del éxito de nuestro trabajo de investigación, labor que por otra parte, nos ha permitido reunir a universidades nacionales, regionales y estatales, así como centros de investigación, en redes de trabajo, con lo se ha logrado el concurso de investigadores de altísimo nivel del país y del extranjero, todo para llegar al exitoso cultivo del pescado blanco.

Un proyecto paralelo ha consistido en demostrar las bondades de una especie exótica que hoy deberíamos de consumir por su delicada carne y fantástica proporción de ácidos grasos. Se trata del pez diablo del Infiernillo y del sureste de México, donde por falta de conocimiento se le ha venido destruyendo, cuando es un recurso que puede aliviar el hambre de nuestro país.

A su vez, del pez blanco hoy día estamos transfiriendo la tecnología para su cultivo. Así, vamos estableciendo un nuevo reto en especies tan importantes como los robalos del Atlántico y del Pacífico con una nueva red de colaboradores en Brasil, México y Estados Unidos.

Estas especies que migran naturalmente aguas arriba en los ríos de nuestro país, han sido eliminadas por la construcción de presas que bloquean su paso, ocasionando que desaparezcan en las zonas a las llegaban originalmente, las cabeceras de nuestros ríos, donde ofrecían una carne de excelente sabor y características nutricionales a personas de bajos recursos habitantes en esos sitios.

¿Qué experiencias ha tenido en su desempeño como Consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)?

La experiencia de un consultor es realmente la prueba máxima para un experto al demostrar que sus conocimientos pueden ser útiles a grupos de personas marginadas y, en el caso de la FAO, con grandes carencias alimenticias.

Mi actuación como consultor en América Latina, ofreciendo cursos y asesorando grupos de investigación en Panamá, Colombia, Brasil y Chile, fue una experiencia maravillosa. Y como consultor de FAO en Africa, específicamente en Mossambique, la ciudad se encontraba sitiada y teníamos que poner todo nuestro ingenio para sacar adelante el cultivo de camarones, diseñando y produciendo dietas para los cultivos nacientes de estos animales. Fue un reto que me ha servido hasta hoy para ver más allá de una investigación proyectada, para saber que podremos y tendremos éxito a pesar de todos los obstáculos que se nos pongan enfrente, sin importar su tamaño.

¿En su apreciación, cuáles son ahora las necesidades y posibilidades actuales de la investigación científica en acuicultura?

Las necesidades son muchas. Por ejemplo, poseer líneas de reproductores de las especies en las que se basan nuestros cultivos y así romper la dependencia de tener que importar constantemente reproductores, como es el caso de las truchas, cuyos huevos requerimos cada año de Estados Unidos o de Canadá.

Igual sucede con las tilapias o blancos del nilo, dos especies exóticas que cultivamos y de las cuales no poseemos reproductores de alto registro. Otros peces son los bagres de canal, nuestra tercera especie exótica, cuyos reproductores se encuentran en Estados Unidos, en donde representan una gran industria, y que nosotros no poseemos para poder ser competitivos.

Otra necesidad en acuicultura se refiere a las especies nativas de peces, en lo que tenemos una larga lista de intentos, que no ha pasado hasta ahora de eso, intentos.

Aquí es muy importante que los científicos, no los administradores de la SAGARPA, sean quienes decidan qué especies son las más importantes y luego apoyar proyectos para establecer redes de investigación. Que sean, proyectos de largo plazo (como 15 años) -no proyectos de sexenio- para generar la tecnología.

Países como Chile y Brasil se han dado cuenta de esto y se están impulsando redes de sus investigadores sobre las especies nativas y su cultivo, mediante proyectos importantes a 10 y 15 años.

¿Cuáles son los retos mayores que enfrentarán quiénes ahora cursan estudios de posgrado en disciplinas biológicas?

Creo que el reto de los nuevos investigadores es estar bien preparados para enfrentar los retos de la investigación y tratar de resolver problemas que incumben a nuestro país y que ofrezcan la oportunidad de emplear la mano de obra ociosa que actualmente o migra o se dedica a negocios ilícitos.

Los nuevos investigadores, como es lógico, deberán estar bien preparados y requerirán de Centros de Investigación y de transferencia tecnológica para llegar al consumidor final y así poder tener impacto.

¿Qué cualidades requiere desarrollar un aspirante a convertirse en un buen investigador científico?

Creo que la dedicación y un interés genuino en escudriñar el cocimiento y encontrar la verdad, son características que deben tener todos los investigadores en ciencia.

Estos valores deben ser un bastión inexpugnable que evite ser penetrado por la corrupción y se pierda así lo más valioso que un investigador posee: la confianza de los ciudadanos que lo rodean para resolver los grandes retos que la sociedad tiene.

¿Cómo hacer posible que México genere mayor número de investigadores científicos?

La única manera es involucrar la investigación científica desde las primarias y las secundarias para desde ahí ir eligiendo a nuestros científicos que a futuro resolverán los problemas que aquejan a nuestra sociedad en todos los campos.

No podemos darnos el lujo de perder a las mentes más brillantes que se encuentran en el crisol de nuestras juventudes, sino darles una preparación de alta calidad en nuestras universidades y centros de investigación, por científicos con logros, no por aquellos que solo copian investigaciones de otros a través de la bibliografía.

¿También en su opinión, qué hay que hacer y hasta dónde en materia de investigación científica multidisciplinaria?

Cualquier país, por diversas razones, no poseerá nunca el número de investigadores que requiere. Por ello, el constituir redes de investigación y grupos cooperantes en aspectos multidisciplinarios, permite desentrañar el conocimiento. Así, aunque en una institución no se tengan los investigadores necesarios.

A través de la multidisciplina se establecen grupos en red para enfocar desde varios puntos de vista el conocimiento de un particular modelo y con ello avanzar de una manera rápida y profunda en el conocimiento, produciendo más frecuentemente resultados o casos de éxito.

¿Qué experiencias ha tenido durante sus actividades de divulgación científica?

La divulgación científica en mi caso ha tenido un gran éxito pues generamos libros, trípticos y publicaciones con artículos de divulgación.

Así, y a través de conferencias y demostraciones, hemos visto que tanto los pescadores como sus líderes han recibido y asimilado la tecnología que se les ha transferido, ofreciéndoles alternativas de uso y de establecimiento de empresas para el usufructo de esa tecnología.

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