Dr. Alfredo Saavedra Molina

Escrito por Rafael Salgado Garciglia y Horacio Cano Camacho

El Dr. Francisco Alfredo Saavedra Molina realizó sus estudios de licenciatura en la Facultad de Químico Farmacobiología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (1969-1973), los de maestría y doctorado en Ciencias en Biología en la Universidad Nacional Autónoma de México (1981-1987), y una estancia posdoctoral de investigación en la Universidad de Hahnemann en Filadelfia, Pensilvania, EE. UU. (1987-1990).

Desde 1991 es profesor e investigador en el Instituto de Investigaciones Químico Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, responsable del laboratorio de Bioquímica en el que desarrolla diversas líneas de investigación, utilizando como modelo el estrés oxidativo a nivel mitocondrial durante el envejecimiento, embarazo normal y preeclampsia, así como en enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y obesidad.

Los resultados de sus investigaciones han sido presentados en conferencias y ponencias nacionales e internacionales y publicados en revistas indizadas de alto impacto a nivel internacional. Ha sido director de tesis y docente en los programas de la Facultad de Biología y Facultad de Químico Farmacobiología, así como en posgrado (Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas y Programas de Maestría y Doctorado en Ciencias en Biología Experimental), actualmente es el Coordinador General del Doctorado en Ciencias de la Salud y Farmacéuticas.

Es responsable del Cuerpo Académico Consolidado Bioquímica de la Salud, profesor con perfil deseable Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP) y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) como Nivel III.

¿Nos puedes contar qué te motivó a estudiar la carrera de Químico Farmacobiología?

Desde edad temprana, la química siempre ha sido mi predilección. Me apasiona conocer e investigar los mecanismos químicos de las moléculas con sus diferentes bioelementos químicos, que se presentan en las bacterias, plantas, células, en fin, en todo organismo vivo. Para ello, se requieren estudios básicos que involucran otras materias básicas, como Fisicoquímica, Química Orgánica, Química Inorgánica, Física, Matemáticas, entre otras. Durante la carrera, me encantaron las materias de Inmunología y Bioquímica. Esta última me trató mal al principio, la reprobé y fue hasta el examen adicional, ahora de regularización, que por fin la aprobé. Desde ese momento, el libro de texto Manual de Química Fisiológica de Harper (Harold A. Harper), me apasionó en esta área. Este libro en particular, involucra textos con fórmulas químicas y su participación en las vías metabólicas de células de organismos.

 

¿Cómo surgió la idea de realizar estudios de posgrado, tanto de maestría como de doctorado?

La tesis de licenciatura la obtuve realizando experimentos en el laboratorio del Dr. Federico Fernández Gavarrón†, en el departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina en la UNAM, donde siempre ha habido un ambiente de investigación profundo. Un día a la semana, había seminario departamental donde participaban estudiantes de posgrado, así como los investigadores adscritos, quienes me dejaron profundas ideas acerca de las diferentes áreas de investigación allí estudiadas. Mi tesis involucró la participación del ion calcio en cerebro de pollo y, desde esos experimentos, evolucionaron en mi mente preguntas como en cuántas reacciones químicas participaba el calcio. Por lo tanto, debía profundizar mis estudios a nivel de posgrado, lo que involucraba también, lecturas de innumerables artículos tan solo en esa área del conocimiento. Así empezó mi entusiasmo y predilección por la investigación. En los estudios de maestría, se inicia un proyecto, que por su corta duración de dos años, generalmente queda trunco, o mejor dicho, abre el camino de lo que podría ser la especialización del futuro doctor en ciencias.

 

¿Nos puedes hablar acerca de tu interés sobre el estudio de la mitocondria y su importancia?

La tesis de doctorado tuvo como tema central la participación del ciclo de la urea, que es una vía metabólica que involucra dos compartimentos celulares: el citoplasma y la mitocondria. Aunque mi primer artículo de investigación fue con levaduras, que también tienen mitocondrias, en ambos casos, conocí la importancia de este orgánulo intracelular en el metabolismo en general. En la mitocondria, se produce energía química en forma de ATP mediante el funcionamiento de la cadena de transporte de electrones, a partir de sustratos que se oxidan. Es una vía metabólica hasta cierto punto ineficiente, es decir, se fugan electrones de su curso habitual. Como consecuencia, esos electrones interaccionan con biomoléculas como lípidos, proteínas, ácidos nucléicos y se producen radicales libres como lipoperóxidos, carbonilación de proteínas, oxidación del material genético, todo lo cual origina profundos daños intramitocondriales. También tiene una participación muy activa el ion calcio, lo que incrementa esos daños. Estos cambios y otros, ocasionan estrés oxidante en la mitocondria. Como consecuencia, la mitocondria en la célula daña biomoléculas, lo cual trasciende a un órgano o tejido de una planta, un animal, o el humano. De esa forma, nació el interés por estudiar el papel del estrés oxidativo en las mitocondrias de órganos y tejidos en los organismos eucariontes. El estrés oxidante se neutraliza por moléculas y sistemas antioxidantes.

 

¿Qué aplicaciones sobresalen de estos estudios?

Los roedores como las ratas de laboratorio, son un modelo experimental adecuado para investigar debido a la semejanza genética con el humano, porque en sus diferentes órganos y tejidos, suceden las mismas reacciones químicas en el contexto del metabolismo en general. Esto dio la pauta para inducir en esos modelos animales de experimentación, enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, hipertensión, preeclampsia (hipertensión durante el embarazo), obesidad, e incluso, el proceso del envejecimiento. En estos modelos de experimentación de las diferentes enfermedades crónico degenerativas, se hace notar que en nuestro país, las estadísticas se han incrementado enormemente. Por lo tanto, se presentó un desafío grande para profundizar nuestros estudios en ello. Los diferentes órganos o tejidos de estos modelos experimentales, ofrecen innumerables oportunidades para abordar estudios bioquímicos, inmunológicos, genéticos, etc. Los resultados publicados en estas áreas de estudio, han permitido a nuestro grupo de trabajo colocarse en un plano a nivel científico de reconocida experiencia a nivel nacional e internacional y todo lo que falta…

 

Pero, además en los últimos años has estudiado el efecto de extractos vegetales en todos estos procesos, ¿qué resultados se han encontrado?

Los estudios de etnobotánica son importantes para obtener medicamentos. En países en desarrollo, cerca del 40 % de los productos farmacéuticos provienen de productos naturales, principalmente de las plantas. Debido a la amplia biodiversidad de muchas plantas en nuestro país, y específicamente en Michoacán, se presenta un amplio campo de estudio, sobretodo de plantas medicinales. La medicina tradicional desde tiempos ancestrales, ha sido objeto de múltiples estudios. Particularmente el uso de extractos vegetales aplicados en enfermedades crónico degenerativas, han mostrado efectos benéficos. Por ejemplo, en modelos de diabetes experimental, hemos aplicado extractos de la planta «hierba del sapo» (Eryngium carlinae) y los resultados son prometedores ya que disminuyen tanto los niveles de triglicéridos y colesterol, como el estrés oxidante. También ha sido eficaz el uso de inflorescencias de la planta conocida como «muicle» (Justicia spicigera), ya que la administración de sus extractos mostró efectos positivos en tratamientos con trastornos intestinales, dolor de cabeza y, en particular, efectos antihipertensivos, antioxidantes y antidiabéticos en ratas. La «falsa fresilla» (Potentilla indica), ha mostrado efectos antioxidantes en pulmones de ratas diabéticas; el chile perón (Capsicum pubescens) también ha mostrado efectos antioxidantes y antidiabéticos; la «damiana» (Turnera difusa) tiene efectos hipolipemiantes y antioxidantes en riñones de ratas diabéticas. Aún más, el uso de extractos de aguacate, han probado tener efectos antioxidantes en mitocondrias de cerebro de ratas con diabetes experimental. Y todo lo que falta…

 

Con 30 años de ser profesor e investigador en la UMSNH, ¿qué opinión tienes acerca de la calidad de investigación científica que se realiza en esta institución?

La trayectoria e impacto de los investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, tanto a nivel nacional como internacional, se ha caracterizado por la formación de importantes grupos de trabajo con prestigio en las diferentes áreas, como historia, metalurgia, química, física o biología. Ha formado personal calificado en esas áreas, por lo que no se tiene duda acerca del compromiso que tiene ante la sociedad. Aún en los momentos de la pandemia de coronavirus (COVID-19), los investigadores y sus grupos de trabajo, en momentos escalonados de acuerdo a las indicaciones de las autoridades universitarias, continuaron trabajando, lo que es encomiable. Los apoyos económicos por parte de la administración central, aunque disminuyen cada año, no ha sido motivo para disminuir el trabajo. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, cuenta con un numeroso personal calificado ante el SNI en sus diferentes niveles, así como con perfil PRODEP, características positivas que la enaltecen.

 

Como miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III, reconocimiento otorgado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México, ¿qué recomiendas a los estudiantes de posgrado y a los investigadores jóvenes de México, para obtener y mantener este reconocimiento?

La investigación científica requiere una atención directa y profunda, que como cualquier otro trabajo, si eres tenaz, dedicado y constante, obtienes frutos que perduran durante tu vida profesional. Por ello, se deben buscar todos los factores que inciden en tu área de trabajo, desde estudiantes que se interesen en tus proyectos para acomodarlos, hasta la búsqueda de recursos para solventar lo más posible tus materiales, equipos y, por supuesto, tu laboratorio. Las colaboraciones con colegas nacionales y/o internacionales, deben ser prioridad. La obtención del reconocimiento como investigador nacional, es un logro de tus sacrificios, desvelos, estudios y hasta de tus apoyos financieros, llámese fundación Saavedra, para continuar adelante.

 

Por último, reconociendo tu autoría en varios artículos de divulgación científica publicados en nuestra revista Saber Más, ¿por qué es importante hacer divulgación de la ciencia?

La revista Saber Más, es un ejemplo de divulgación de artículos científicos, pero al ras del vulgo popular, que sirve de interlocución entre publicar conocimientos científicos y bajarlos a nivel entendible para personas no doctas en esas áreas. Además, abarca tal diversidad de temas, que resulta encomiable esta labor titánica. Por ello, la revista Saber Más, se encuentra posicionada en la cumbre de las revistas con factor de impacto nacional (catálogo de CONACYT) e internacional a nivel de Latindex, Dialnet y Redib. ¡Enhorabuena por estos logros!

 

¿Algo más que agregar?

Agradezco a la revista de divulgación Saber Más por esta importante labor de difusión de la ciencia, que siempre ha sido su principal objetivo. No es fácil llevar a feliz término esta importante labor de divulgación de la ciencia, sobre todo en tiempos de recortes presupuestales, motivo por el cual siempre será digno de felicitar a todo su personal, por tan encomiable labor.