Héctor Arita

Escrito por Roberto Carlos Martínez Trujillo y Fernando Covián Mendoza

El Dr. Héctor T. Arita. Laboratorio de Macroecología, Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES), UNAM, Campus Morelia, es biólogo por la Facultad de Ciencias de la UNAM (1985) y doctor en ecología por la Universidad de Florida, Gainesville (1992). Realizó sus estudios de posgrado enfocados a la ecología de comunidades y sus aplicaciones a la conservación de la biodiversidad.

Desde 1992 es investigador del IIES de la UNAM y profesor en ese instituto y en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III, su investigación está enfocada a la comprensión de los patrones de composición y estructura de los conjuntos de especies a nivel local (ecología de comunidades), regional y continental (macroecología).

Realiza también investigaciones sobre las aplicaciones de estos estudios a la conservación de la diversidad biológica. Dedica parte de su tiempo a la elaboración de material de docencia y artículos y notas de divulgación sobre temas ecológicos.

Es ganador del III Premio Internacional de Divulgación de la Ciencia Ruy Pérez Tamayo. En sus ratos libres gusta de escuchar música de todo tipo y de fotografiar cualquier objeto que se le ponga enfrente. 

 

Usted obtuvo recientemente el III Premio Internacional de Divulgación de la Ciencia Ruy Pérez Tamayo por su trabajo “Crónicas de la extinción. La vida y la muerte de las especies animales”. ¿En qué consiste el premio? ¿Qué sigue ahora conforme a sus propósitos en esta materia?

El premio es para la publicación de una obra particular en un libro, por cierto, está abierta la convocatoria para la cuarta edición del certamen, que consiste en la elaboración de un libro de divulgación científica para ser editado dentro de la serie correspondiente del Fondo de Cultura Económica, y pues yo escogí el tema de las extinciones.

Personalmente me ha abierto las puertas del mundo editorial, en lo cual yo no tenía mucha experiencia. También, no solo la posibilidad de continuar escribiendo libros de esta naturaleza sino de realizar una serie de pláticas, para lo que en unas semanas voy a estar en Colombia, donde habrá un festival representativo de la cultura y la ciencia de México, presencia organizada por el Fondo de Cultura Económica.

 

¿Por qué y cuándo fue que se interesó en la divulgación de la ciencia? ¿Qué le ha significado en su carrera como científico?

Entre otras cosas, mi interés por una carrera científica, biología en particular, deriva de que desde la adolescencia yo tuve acceso a revistas de divulgación, enciclopedias, etc. Eso fue lo que determinó básicamente el curso de mi vida y desde que yo entré a la universidad me dio el interés por abrir el camino a la motivación para otras personas. Así, juntamente a mi carrera científica de biólogo me daba tiempo de escribir notitas de divulgación. Esto ha ido de la mano con mi carrera de investigador.

Desde luego, ciertamente hay investigadores muy reconocidos que para nada se meten en cuestiones de divulgación y también hay que decirlo, hay muy buenos divulgadores que no necesariamente tienen la carrera científica.

También tengo que decir que los temas que yo escojo para la divulgación generalmente no tienen nada que ver con lo que yo hago como investigador. Creo que es una ventaja porque, si uno dedica una carrera a la investigación se especializa muchísimo en un tema, eso hace que sea más difícil divulgar ese tema.

Yo he escogido para divulgar temas relacionados con lo que hago, pero no de mi especialidad. Eso me ayuda a tener una comunicación más cercana con un público en general. Finalmente, creo que un complemento muy importante de la divulgación científica es el tener la empatía con el público, es decir, ponerse en el lugar de las personas que van a recibir la información científica que les proporcionemos.

 

¿Tendría usted una opinión personal sobre cómo afecta al trabajo científico, particularmente en el área de la ecología, la situación actual internacional de la política y la economía?

El tema que domina ahora es la postura del actual presidente de los Estados Unidos, que desprecia la investigación científica que no conviene a sus intereses particulares: Las primeras acciones del presidente Trump fueron básicamente empezar a desmantelar la Agencia de Protección Ambiental, así como, en la NASA, reducir la investigación ambiental. Obviamente, eso tiene implicaciones negativas sobre la investigación ambiental en los Estados Unidos.  A mediano plazo esto podría tener repercusiones que podríamos llamarlas “positivas” a nivel global, porque va a abrir oportunidades en otros lugares. En México, hay la posibilidad de que la investigación se dispare, al igual que en otros países fuera de Estados Unidos, por causa del vacío que se está haciendo en esta materia.

 

¿Qué opina o propone sobre la presencia de revistas electrónicas de divulgación de la ciencia como Saber Más, así como de la participación de la comunidad científica en las mismas?

Sin duda, la comunicación en internet ha sido una revolución. Como en el tema anterior (Trump-ambiente) algunos pueden verlo al internet como un problema o como una oportunidad, y otros le ven como riesgo de que las revistas tradicionales impresas pierdan público. El problema para la divulgación científica a través de internet es la competencia, ya que es tremenda y proliferan programas de todo tipo de temas, y todo tipo de niveles de calidad.

En la comunicación tradicional vía impresa o de medios tradicionales, hay ciertos estándares de calidad y de temas, pero en internet encontramos de todo. Así, en internet la competencia por el tiempo y el espacio, y por el interesar al público, se vuelve mucho más ruda. Al internet lo podemos considerar también como un reto y buscar formas de atraer a ese público hacia los temas científicos.

 

¿Cómo fue que decidió llegar a ser científico y eligió la carrera de biólogo?

Desde la secundaria y preparatoria, las materias científicas eran las que más me gustaban. En algún momento de hecho yo iba a entrar a física, pero en la preparatoria se presentó una oportunidad de hacer un viaje con mis compañeros en busca de fósiles. Íbamos en grupo de seis preparatorianos, solos sin ninguna guía. Y aunque no fue muy exitosa en cuanto al número de fósiles que encontramos, pues sí, fue una experiencia que, sin duda, cambió mi vida y marcó mi interés por la biología en particular.

 

Se sabe que en sus ratos libres le gusta escuchar música de todo tipo y fotografiar cualquier objeto que se le ponga enfrente. ¿Ha pensado en la posibilidad de exponer temáticamente sus fotografías? ¡Sería muy interesante!

En particular, la fotografía también es algo que me ha interesado muchísimo.  Decidí desde hace mucho tiempo que esa iba a ser mi afición, yo tomo las fotografías porque me gustan, creo que solo un par de ocasiones he entrado a concursos de fotografía, porque no lo quiero hacer algo competitivo, quiero disfrutarlo.

En cuestión de la música no soy bueno ni para escuchar ni para interpretar. En particular me gusta, con el ánimo de relajarme, la música barroca. Pero yo sé que no vivo la música como mis amigos que sí son realmente apasionados, yo la disfruto, me relaja, me hace sentir bien, pero no me he clavado en un talento musical.

 

¿Cómo es un día cotidiano suyo como investigador?

Una de las cosas que me ha permitido disfrutar mi carrera como científico es que, afortunadamente, es muy irregular. En ese sentido, no he tenido, en casi 25 años, dos días que sean iguales en cuanto a rutina. El trabajo en mi área implica desde trabajo de campo (son a veces semanas enteras fuera de la oficina); la docencia, por supuesto, ir a las clases, dirigir a los estudiantes, y un poco de trabajo en laboratorio, que en mi caso no es tanto, es más bien trabajo de gabinete analizando datos, modelos en la computadora, etcétera.

A lo mejor esa es una de mis características, la gente tiende a pensar que yo soy una persona de horarios, y no, soy todo lo contrario. Soy una persona no impredecible sino regular, no me gusta que mi trabajo se vuelva rutinario, creo que lo dejaría de disfrutar. Entonces, no podría describir un día típico. La riqueza de mi trabajo es esa diversidad de actividades y el no saber lo que en un año voy a estar haciendo.

 

¿Desea agregar algo, doctor?

Muy al principio de mi carrera, era difícil encontrar temas de investigación; había pocos investigadores con los que se podía trabajar, por lo que llegaban muchos estudiantes a aquellos laboratorios porque eran los únicos que existían en esa época. Más recientemente hay más oferta. Por eso, el deseo de muchas oportunidades para los estudiantes que ahora las están buscando. Creo que estamos en una muy buena época para esta generación.