Profesor e Investigador Titular “C” tiempo completo, del Instituto de Investigaciones Químico-Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Realizó la licenciatura en la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), y el doctorado en ciencias con especialidad en Biotecnología de Plantas en el CINVESTAV, U. Irapuato. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel II.
Ha sido Coordinador del Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas opción Biología Experimental IIQB- UMSNH y Coordinador General del mismo. Asimismo Presidente del Comité de Bioseguridad y Bioética del Instituto de Investigaciones Químico-Biológicas de la Máxima Casa de Estudios de Michoacán e Integrante del Consejo de la Investigación Científica.
Entre las distinciones que ha recibido se encuentran: Becario de la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia. Programa Estancias de Verano en los Estados Unidos para Jóvenes Investigadores. Premio Arturo Rosenblueth 2001 a la mejor tesis de Doctorado del CINVESTAV en el área de las Ciencias Biológicas y de la Salud. Reconocimiento del Consorcio Thomson Reuters 2009 a investigadores mexicanos por el mayor número de citas en revistas y artículos especializados a escala mundial. Becario de la Fundación Marcos Moshinsky. Reconocimiento a los mejores autores (Top authors) por la American Society of Plant Physiologists. Reconocimiento como Director de la tesis ganadora del Premio Weizmann 2014 que otorga la Academia Mexicana de Ciencias a la mejor tesis de Doctorado en Ciencias Naturales., entre otras más.
La obra científica del Dr. López Bucio se resume en la publicación de 56 artículos originales de investigación en revistas indizadas en el Journal of Citation Reports con alrededor de 3, 350 citas y factor h de 25 de acuerdo al sistema de Google Citations; 22 artículos en revistas arbitradas, 9 capítulos de libros edición internacional, y dos libros editados; ha dictado 21 conferencias plenarias por invitación en congresos o reuniones científicas de prestigio internacional y 20 conferencias en Instituciones de Educación Superior; adicionalmente, ha participado como revisor frecuente en 26 de las mejores revistas de su área incluyendo Proc. Natl. Acad. Sci. USA, Plant Physiology y Plant Journal; y también como revisor de proyectos del CONACYT (México), de la Fundación Checa para la Ciencia, de la Fundación Estados Unidos-Israel para Investigaciones Agrícolas (BARD), Netherlands Organisation for Scientific Research (NWO) y del FONCYT (Argentina).
¿Cuáles fueron sus sensaciones y qué pensó al enterarse que le fue concedido el Premio de Investigación para Científicos Jóvenes de la Academia Mexicana de Ciencias?
Fue una grata sorpresa… Recibí una llamada del presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) para enterarme personalmente que el jurado había decidido otorgarme ese reconocimiento. Esta alta distinción me generó un gran gusto y satisfacción, al mismo tiempo que un sentimiento de compromiso: ¿qué tenía que hacer, cómo asimilarlo y compartirlo con la familia, amigos y compañeros? Fue una sensación muy bonita.
¿Qué se evalúa, o por qué se otorga este premio?
Es el segundo en importancia para científicos en el país. El primero obviamente es el Premio Nacional de Ciencias que otorga la Presidencia de la República a científicos que han contribuido destacadamente, durante su trayectoria de vida, al desarrollo científico nacional. Y el más importante para científicos jóvenes es este premio de la Academia Mexicana de Ciencias, que se otorga a científicos menores de 40 años, en el caso de hombres, o de 43 años en el caso de mujeres. Otro requisito fundamental es que el candidato tenga una obra académica reconocida, un grupo de trabajo bien establecido y aportaciones importantes. ¿Qué es lo que evalúan los comités de pares? Principalmente los artículos científicos, su impacto y relevancia internacional, los estudiantes de posgrado formados, el impacto global de la obra científica y la formación de grupos.
Considerando estos indicadores, para los aspirantes al premio de la AMC es un reto enorme, sobre todo porque estas evaluaciones se aplican a todos los candidatos por igual, independientemente de sus instituciones de adscripción, participando colegas de la UNAM, del CINVESTAV, las universidades públicas y los tecnológicos, entre las que existen grandes diferencias en infraestructura y apoyos logísticos, administrativos y financieros. Así, haber alcanzado ese alto reconocimiento desde una universidad pública, es una satisfacción todavía mayor.
Hablando del trabajo que desarrolla en ciencias naturales y de su impacto ¿nos puede indicar qué está realizando actualmente?
Nuestro grupo de investigación, está enfocado en entender cómo las plantas pueden desarrollarse bajo diferentes condiciones ambientales. Sabemos que el cambio climático es un problema que viene. Ya las estaciones no son predecibles, las temporadas de lluvias se desfasan de las de sequía, lo que significa un reto monumental para la agricultura. Adicionalmente, están los retos naturales inherentes a la actividad agrícola, como el de realizar cultivos en condiciones normalmente adversas.
La mayor parte de los suelos en el mundo tienen características químicas o de estructura que limitan el crecimiento de las plantas, eso demanda alta inversión en insumos (fertilizantes, agroquímicos, maquinaria) para acondicionar esos suelos, que, además, el uso indiscriminado de los pocos suelos que tenemos para la agricultura, ha venido empobreciéndolos.
Vienen igual los problemas de erosión, de salinización, de contaminación de suelos y de los cuerpos de agua, ríos y lagos que reciben la descarga de estos suelos. Cada vez es un reto más importante, mantener la producción agrícola en estas condiciones. También, es una necesidad mayor que los frutos, semillas y follaje, que usualmente consumimos los humanos o se usan para alimentar el ganado, pues sean productos sanos.
Por su parte, el alto uso de plaguicidas, de fertilizantes y sustancias químicas contaminan esos alimentos, Un nuevo reto es cómo podremos hacer cultivos en condiciones más sanas, para que los productos no sean tóxicos. Nuestro trabajo de investigación se centra en eso, en obtener el conocimiento básico aplicable a las cadenas de generación y distribución de los productos vegetales.
Usted se formó como profesionista en la Universidad Michoacana y en el CINVESTAV Irapuato, ¿Qué opinión tiene de los avances en los programas de posgrado, aquí en la Universidad Michoacana, y qué de la importancia de continuar la preparación académica, ya sea mediante posgrado o especialidad?
Yo fui aquí coordinador general del programa del doctorado en ciencias biológicas y mi apreciación es que hemos crecido mucho en número de estudiantes (casi 100 inscritos en doctorado) y de profesores con perfiles de competencia internacional. Y en calidad también, como lo muestran los aportes del posgrado en varios indicadores, como las publicaciones internacionales, las transferencias tecnológicas, la movilidad estudiantil, así como los reconocimientos obtenidos por los profesores y estudiantes (el Dr. Randy Ortiz Castro, egresado del Doctorado en ciencias biológicas acaba de obtener el premio Weizmann a la mejor tesis de doctorado en ciencias naturales del país).
¿Cuáles han sido las satisfacciones por haber recibido el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología de Michoacán?
Relevante para mí, porque es el más alto reconocimiento de Michoacán, entidad que tiene actualmente más de 350 investigadores, todos miembros en el Sistema Nacional de Investigadores. También relevante para el área de las ciencias naturales, ya que normalmente el conocimiento que se genera, que viene de los laboratorios y del trabajo que se realiza en el campo, está directamente vinculado con la aplicación del conocimiento. Así, el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología no solo califica la calidad de la producción científica y académica que se genera en los grupos de trabajo, sino a su posible impacto social.
Sobre el deterioro climático ¿qué aconsejaría a los estudiantes?
Es un reto, no solo para los científicos, quienes tenemos que decidir cuáles son los temas de mayor importancia a nivel mundial, regional y municipal, para encuadrar las investigaciones. Los estudiantes, como científicos en formación, están inmersos en la problemática. Tienen que estarlo, van a ser los investigadores del futuro y van a enfrentar los mismos retos que tenemos quienes ahora nos dedicamos a la investigación científica ¿Cuáles son? Definir líneas de investigación, las mejores preguntas y el camino para poder contestarlas y luego divulgar esa información, que llegue al usuario del conocimiento científico, que es muy amplio. Aquí en Michoacán yo quisiera mencionar al cultivo del aguacate:
Este cultivo es un ejemplo del cambio brutal de uso de suelo en la meseta purépecha, en regiones con bosques de pino, de encino, de oyamel, que naturalmente captan el agua de lluvia y la filtran al subsuelo para que llegue a los manantiales. Este cambio, destruyendo esos bosques para cultivar el aguacate, tiene que ver con el sostenimiento de la región como tal, afectada además por la aplicación de toneladas y toneladas de plaguicidas y fertilizantes, para mantener esa producción, que no sabemos por cuántos años va a ser rentable y sustentable. ¿Qué nos conviene más como sociedad? En esto, el papel de los estudiantes será que convertidos en científicos, continúen en el trabajo de generación y de diseminación del conocimiento.
¿Usted por qué decidió ser científico?
Porque siempre fui curioso, desde niño, muy curioso. Igual que mi papá que era obrero. Recuerdo que me tocó trabajar desde muy joven, que cuando muy temprano íbamos ambos a nuestra fuente de trabajo veíamos el cielo estrellado y nos hacíamos preguntas. También cuando, en tiempo de lluvias, veíamos como proliferaban mariposas… Desde entonces las maravillas de la naturaleza siempre me asombraron. Así, cuando decidí estudiar biología pues fue por eso: me motivaba entender la naturaleza.
En 1994, conocí al muy prestigiado Dr. Luis Herrera Estrella y ello me llevó a conocer la investigación científica de manera más formal, porque uno puede llevar la chispa y hacerse preguntas empíricas, pero otra cosa es llegar a ser investigador científico, proceso que implica muchos años y mucho esfuerzo.
Vino aquí invitado a dar una plática. Yo cursaba la carrera de biólogo y asistí. Me impactó su charla sobre una investigación en plantas. Me sorprendió como su grupo de trabajo había logrado entender el funcionamiento de una planta.
Después, tuve la oportunidad de concursar por una beca de verano de la ciencia y pude conocer el grupo del Dr. Luis Herrera. Fue una experiencia grata desde el primer momento: le hablé por teléfono y me dijo que su grupo estaba abierto y que pronto podía integrarme. Yo tenía entonces 19 años y aquello era un reto monumental. Cuando llegué a Irapuato en verano y vi las instalaciones, me sentí en otro planeta. He pertenecido al grupo y colaborado con él por 20 años, siempre reconociéndolo como guía para mi trabajo. Es una experiencia incomparable poder discutir con él temas de investigación en la parte en que me especialicé: biología molecular de plantas.
Además de las satisfacciones directas, académicas y de investigación ¿de manera indirecta, cuáles son sus expectativas?
De un científico se puede decir, generalmente, que cuenta con un laboratorio, escribe artículos, y da conferencias, pero no se conoce tan fácilmente lo que implica para él llegar a generar conocimiento nuevo, y competitivo por lo que cada día hay que diseñar un buen experimento y coordinarse con sus colegas y estudiantes. También debemos competir con investigadores de otros países que trabajan en condiciones con mayores ventajas de infraestructura y recursos (Estados Unidos, Japón, Francia…).
Usualmente llegamos a un hallazgo interesante y que tiene una aplicación, y maduramos ese conocimiento hasta llevarlo a una publicación, pero resulta que colegas de otros países llegaron a la misma conclusión y ya publicaron el trabajo, Entonces, ese hallazgo sigue siendo relevante, pero ya no va a ser apreciado por la comunidad científica y académica internacional como el aporte de un grupo académico mexicano. Perdimos la carrera, mas hay que seguir.
El científico tiene que sacrificar muchas cosas en tiempo y forma, como la atención a la familia, hay muy poco tiempo para el esparcimiento… Entonces ¿cuáles son las expectativas? Continuar con el trabajo serio, responsable y productivo y atender a la responsabilidad familiar propia. ¿Mi expectativa? Hacer lo mismo que hago pero ahora compartir más tiempo y experiencias con mi esposa y mis tres hijos, tratar de recuperarles el tiempo que no les he dado durante estos 20 años, en que me he dedicado a trabajar duro en el laboratorio, para aprender y desarrollar la investigación científica y formar un grupo competitivo.
¿Qué actividad recreativa le gusta?
A mí me encanta el futbol, desde niño lo he practicado y, curiosamente, el futbol ha estado vinculado con mi actividad científica: dos importantes logros académicos han sido en colaboración con colegas de los que primero nos hicimos amigos jugando futbol.
Con el maestro Enrique Ramírez empezamos un trabajo de análisis de moléculas en plantas. Fue mi compañero en Irapuato, jugábamos en el equipo de futbol del CINVESTAV, y cuando ya había confianza empezamos a conversar de investigación y luego desarrollamos una línea que aún perdura.
Con el Dr. Jesús Campos jugábamos futbol los sábados y nos hicimos muy cuates. Él es microbiólogo y eventualmente surgieron ideas que luego plasmamos en investigación de laboratorio. Ese trabajo permitió la codirección de una tesis de doctorado, que obtuvo el premio Weizmann, y publicar un trabajo del más alto nivel en la revista de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos.
También me gusta mucho caminar, usualmente por las tardes, me relaja y me ayuda a reflexionar sobre los sucesos del día. Me gusta leer la literatura clásica, sobre arqueología e historia antigua… Desafortunadamente, no me queda mucha energía para leer, acabo muy cansado de la vista, llego a casa y no es fácil dedicar una o dos horas a leer, después de estar leyendo cosas técnicas varias horas. Pero me gusta mucho la historia (si no hubiera sido biólogo yo creo sería historiador o arqueólogo): la historia de las religiones, las cuestiones regionales, La arqueología es mi pasión, después de la biología.
La música clásica también, pero me gusta más el rock… Soy relativamente joven pero me gusta música más vieja, la de orquesta de los 50´s, el rock en los 70´s, el rock pop de los 80´s. Por las tardes pongo un poco de música, es muy agradable, me complementa, me distrae.
¿Qué opina de la divulgación científica, en particular de la difundida en medios electrónicos y que está dirigida principalmente a los niños y a los jóvenes, como es el caso de la revista Saber más?
El reto principal del investigador científico es generar el conocimiento y difundirlo, En una primera etapa es difundirlo técnicamente mediante revistas científicas. La segunda tarea es transmitir el conocimiento, que se está generando y que se va enriqueciendo cada vez, a los estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado.
Enseguida, hacer que ese conocimiento llegue a la sociedad en su conjunto, fundamentalmente a los niños y jóvenes. (Yo, si no hubiera tenido esa experiencia de haber encontrado un científico en una etapa temprana de mi vida, seguramente no me habría dedicado a la investigación científica). Es prioritario difundir y divulgar el conocimiento científico, y sobre todo dirigido a los niños y jóvenes, mediante un lenguaje amigable, interesante para ellos, lo que no es fácil hacerlo.
La revista Saber más, tiene formato muy bonito y está bien trabajada su estructura. No puedo decir lo mismo de todas las revistas de divulgación, porque hay algunas que son vendidas como tales, pero que en vez de información verídica contienen distorsiones de la realidad. Ojalá cada vez más investigadores científicos podamos contribuir con la divulgación, lo que no siempre atendemos como debería de ser. Y quiero agradecerles que me hayan distinguido con esta entrevista. Me llena de satisfacción.