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La apicultura es una de las actividades productivas más antiguas de la humanidad basada en la crianza y cuidado de las abejas (Apis mellifera), con lo que se obtienen una diversidad de productos como miel, cera, polen, propóleo, jalea real y veneno de abeja, además, sabemos de su utilidad en el proceso de polinización, importante en la agricultura. Aproximadamente, un tercio de los alimentos que consumimos dependen de estos insectos, siendo la abeja el polinizador más popular y efectivo en todo el mundo. Desafortunadamente, en las últimas décadas las poblaciones de abejas han disminuido en varias regiones del planeta. Entre los diversos factores asociados a esta pérdida se encuentra el uso indebido de los plaguicidas, las enfermedades, los parásitos y las malas prácticas en la apicultura.
Se ha observado que las abejas, como cualquier otro organismo vivo, son susceptibles a una amplia variedad de agentes patógenos que ocasionan un efecto negativo en el desarrollo y en la productividad de la colmena, así como en el nido de una colonia de abejas. No obstante, existen medidas que los apicultores pueden utilizar para ayudar a las abejas a mantener un sistema inmune fuerte y ser menos susceptibles a enfermedades y plagas. Estas incluyen la alimentación artificial cuando existe escasez de alimento, evitar el uso de plaguicidas o de antibióticos en la colmena, ubicar las colmenas en zonas donde exista buena calidad de luz y ventilación o la esterilización del material de trabajo para evitar una contaminación cruzada entre colmenas. Por lo tanto, conocer las principales enfermedades y plagas de las abejas, así como realizar su diagnóstico temprano, es crucial para tomar medidas efectivas de control que puedan ayudar a la conservación de estos polinizadores.
Enfermando a los pequeños de la colmena
La cría de abeja se enfrenta, principalmente, a dos enfermedades bacterianas conocidas como loque americana y loque europea. Estas son consideradas como las más peligrosas; su prevención es difícil y, sin el tratamiento adecuado, ocasionan la muerte de colmenas y la pérdida completa de los apiarios. La infección comienza una vez que las bacterias son ingeridas por la larva en el alimento contaminado y se multiplican en su aparato digestivo hasta matarla. La bacteria relacionada a loque americana, es capaz de formar esporas que pueden permanecer activas por décadas, lo cual dificulta su eliminación. En casos graves, el apicultor debe quemar sus colmenas para evitar una mayor propagación del patógeno, y aunque existen antibióticos para intentar controlar la enfermedad, se ha reportado la resistencia de la bacteria a varios de estos productos, por lo cual el desinfectar el material de trabajo y alimentar las colmenas en épocas de escasez, puede ayudar a mantener un mejor sistema inmune en las abejas para ambas enfermedades.
Otra de las enfermedades que afecta a las larvas de abejas es la cría calcificada o cría de cal, llamada así debido a su principal signo que es la presencia de larvas similares a trozos de yeso. Esta enfermedad es un problema de relevancia económica para la apicultura porque reduce casi a la mitad la producción de miel. La enfermedad la causa un hongo que da lugar a la formación de esporas y suele ser más frecuente y severa en colmenas débiles con humedad alta o en colmenas con un uso excesivo de antibióticos. Las larvas ingieren las esporas del hongo a través del alimento y este crece en el intestino de la larva, perforando su aparato digestivo y ocasionándole la muerte. A la fecha, existen pocos fungicidas para el control de esta enfermedad, debido a la poca importancia que se le había dado, por lo cual el mantener colmenas fuertes, sanas y en ubicaciones con buena ventilación y luz puede ayudar a prevenir esta enfermedad.
¿Quién enferma a las abejas adultas?
Nosemosis. La enfermedad más común y de fácil diseminación en abejas es la nosemosis, una enfermedad del tracto digestivo causada también por un hongo. Esta infección provoca inflamación del sistema digestivo de la abeja causando diarrea y evitando que aproveche el alimento, lo que genera debilidad impidiendo que la abeja pueda volar. Los daños que esta enfermedad ocasiona pueden ser muy graves cuando el nivel de infección es elevado, ocasionando un debilitamiento del sistema inmune, e incluso se la ha considerado como la causante del despoblamiento de abejas en las colmenas. En la actualidad, su tratamiento es difícil, ya que los micóticos pueden ser tóxicos, por lo cual utilizar estrategias de prevención puede ser la mejor opción para la colmena.
Varroasis. Es la plaga más grave y común en abejas causada por un ácaro que busca las zonas blandas para perforarlas y succionar la hemolinfa de las abejas, lo que permite la entrada de toxinas y microorganismos causantes de otras enfermedades. Una abeja infectada por este ácaro vive la mitad del tiempo que una sana, además de causar malformaciones en alas, abdomen, tórax y patas. Por ello, cuando el número de abejas infectadas en una colonia es alto, los daños ocasionados por la enfermedad son severos, en donde la colmena completa puede desaparecer. De igual manera, este ácaro puede ser portador de virus patógenos para las abejas como el virus de las alas deformes, virus de cachemira, virus de la cría sacciforme, virus de la parálisis aguda y virus de la parálisis aguda de Israel. Todos ellos causan enfermedades mortales y se les ha relacionado con el síndrome de colapso de las abejas. Existen en el mercado productos químicos para el tratamiento, sin embargo, pueden llegar a generar resistencia en el ácaro causal de la enfermedad y algunos pueden llegar a ser tóxicos, por lo cual se continúa con la búsqueda de nuevas estrategias que ayuden a disminuir la indecencia de la enfermedad en la colmena.
Es importante recordar que estas enfermedades en las abejas pueden prevenirse si los síntomas se detectan a tiempo y si el manejo o el cuidado de la colmena es el adecuado. Debido a que la mortandad de abejas registrada en los últimos años está en aumento, se ha generado una mayor concientización para la protección de estos polinizadores. Conocer más acerca de estas enfermedades, ayuda a la búsqueda de nuevas estrategias que mejoren la salud de estos insectos y, a su vez, permiten fortalecer el desarrollo para una apicultura más sustentable y para el cuidado de nuestros ecosistemas.
Para Saber Más:
Khalifa S., Elshafiey E. H., Shetaia A. A., El-Wahed A., Algethami A. F., Musharraf S. G., AlAjmi M. F., Zhao C., Masry S., Abdel-Daim M. M., Halabi M. F., Kai G., Al Naggar Y., Bishr M., Diab M., El-Seedi H. R. (2021). Overview of Bee Pollination and Its Economic Value for Crop Production. Insects, 12(8), 688. https://doi.org/10.3390/insects12080688
Tantillo G., Bottaro M., Di Pinto A., Martella V., Di Pinto P., Terio V. (2015). Virus Infections of Honeybees Apis Mellifera. Italian Journal of Food Safety, 4 (3), 5364. https://doi.org/10.4081/ijfs.2015.5364
Tapia-González J. M., Alcázar-Oceguera G., Macías-Macías J. O., Contreras-Escareño F., Tapia-Rivera J. C., Chavoya-Moreno F. J., Martínez-González J. C. (2017). Nosemosis en abejas melíferas y su relación con factores ambientales en Jalisco, México. Revista Mexicana de Ciencias Pecuarias, 8(3), 325-330. https://www.pagepressjournals.org/index.php/ijfs/article/view/ijfs.2015.5364/4825
Carlos Horacio Acosta-Muñiz. Investigador titular, Laboratorio de Microbiología y Biología Molecular del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C. (CIAD), Unidad Cuauhtémoc, Chihuahua.
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Gerardo Pérez-Ordóñez. Estudiante del Doctorado en Ciencias, Laboratorio de Microbiología y Biología Molecular del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C. (CIAD), Unidad Cuauhtémoc, Chihuahua.
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