Aguacate en expansión: Efectos sobre el ecosistema

Escrito por Yurixhi Maldonado-López y Alberto Gómez-Tagle Chávez

Toma aérea de cultivos de aguacate en Michoacán. Fotografía: A. Gómez-Tagle Chávez.

México es líder en la producción de aguacate a nivel mundial, con alrededor de un millón 200 mil toneladas al año, lo que representa el 37 % de la producción mundial. El derrame económico por el cultivo de aguacate en México es innegable, con más de 2 500 millones de dólares anuales. Sin embargo, este cultivo exacerbado dentro de la franja aguacatera de México, particularmente en Michoacán, ha generado en las últimas décadas una alta tasa de conversión de los bosques templados a huertos de aguacate, convirtiendo el paisaje en fragmentos de bosque inmersos en una matriz de huertas. Esta alta conversión se debe a que los huertos de aguacate están sustituyendo a los bosques de pino-encino, ya que el rango altitudinal óptimo para el aguacate es el mismo que el de los bosques templados (1800-2200 msnm).

 

Implicaciones sobre los servicios ecosistémicos de los bosques templados

Los bosques templados son fundamentales en la conservación de la biodiversidad, debido a que prestan servicios ecosistémicos y ayudan en la mitigación y en la adaptación al cambio climático. Sin embargo, servicios como la captación hídrica, la recarga edáfica y de acuíferos, son alterados con el cambio de uso de suelo. Este monocultivo ha incrementado el nivel de presión en los recursos hídricos ya que requieren de grandes cantidades de agua, entre 600 y 2 900 L/Kg, dependiendo de la región y condiciones del cultivo, pudiendo afectar el acceso al agua de la población local.

Las plantas de aguacate durante la floración y formación del fruto, incrementan el consumo de agua. Si sufren de estrés hídrico en estas etapas, se afecta la cantidad de flores fecundadas, aumenta la cantidad de frutos abortados y disminuye el tamaño de los frutos que llegan a término. Por lo tanto, los productores de aguacate aplican el riego como una estrategia para incrementar el volumen de producción. Por ejemplo, del total de 26 658 186 m3 de agua extraída anualmente de los pozos de la meseta registrados por la Comisión Nacional del Agua, el 69.7 % se emplea en agricultura, principalmente en huertos de aguacate. Aunado a este problema, el agua utilizada en los huertos se extrae de fuentes superficiales, como los manantiales, ojos de agua, arroyos de montaña y ríos, además de fuentes subterráneas como pozos, dejando en ocasiones solo pequeñas cantidades de agua en los cursos naturales, lo que afecta directamente a la vegetación y la fauna silvestre.

El cultivo de aguacate también puede degradar la calidad del suelo, al extraer constantemente los nutrientes, volviéndose con el tiempo menos fértil, hasta que ya no es suelo útil para cultivar. Además, la actividad de las bacterias benéficas, encargadas de regular los ciclos de nutrientes y de mantener la fertilidad natural del suelo, son afectadas por el cambio de uso de suelo y por la aplicación de agroquímicos. Al perder la fertilidad natural, los cultivos se hacen más propensos a enfermedades o plagas, requiriendo más pesticidas y fertilizantes, volviéndose un ciclo de retroalimentación negativo. Otra práctica común en el sistema de cultivo de aguacate en Michoacán, es la extracción de suelo forestal para ser destinado a la producción de plantas en vivero, convirtiéndose en una extracción minera en la que se remueven las capas fértiles del suelo con maquinaria pesada para transportarla a los viveros. Este tipo de aprovechamiento deja paisajes estériles, con suelos sin nutrientes, ocasionado daños irreversibles al ecosistema.

 

Huertas de aguacate mezcladas con fragmentos de bosque. Fotografía: S. Maldonado-López.

La flora y la fauna no se quedan atrás

La fragmentación del bosque por cambio de uso de suelo también pone en riesgo a muchas especies de flora y fauna. No todas las especies son igual de vulnerables a la transformación del hábitat provocadas por el hombre. En el caso de los animales, estos adaptan su morfología, fisiología y metabolismo de acuerdo al ambiente cambiante. Por ejemplo, en bosques transformados donde los frutos de mayor calidad nutricional son escasos, las especies de murciélagos adaptan su tamaño, siendo más grandes, lo que les confiere una mayor probabilidad de sobrevivir.

Según un estudio realizado por la facultad de Biología de la UMSNH, la riqueza y abundancia de especies de murciélagos es mayor en cultivos orgánicos de aguacate, mientras que es bajo en huertas de manejo convencional donde se emplean agroquímicos. Las huertas de aguacate convencionales, tienen efecto en la actividad de las especies polinizadoras. La aplicación en aerosol de insecticidas en las huertas, pueden ser transportados por el viento, afectando sitios remotos y sin contacto directo con las huertas, lo que interrumpe los procesos de polinización y de reproducción de plantas silvestres, así como de las poblaciones de animales que dependen de estas plantas como alimento o refugio.

Un ejemplo contrastante son grupos de animales que presentan una alta resiliencia ante la perturbación del hábitat, como especies de anfibios y reptiles. Estudios en huertas de aguacate del estado de Michoacán, mostraron que la conversión del hábitat de bosque a huertas de aguacate favorece la persistencia y el éxito de especies de herpetofauna generalistas, sugiriendo que las huertas de aguacate tienen un potencial para conservar especies, siempre y cuando sean sistemas poco intensivos, que se encuentren inmersos en una matriz de bosque original y que, al igual que en el ejemplo de los murciélagos, no aplique agroquímicos en las huertas de aguacate. Si bien existen huertas orgánicas para este fruto, solo representan un pequeño porcentaje. Por ejemplo, en Michoacán, solo 7 000 de un total de 130 000 hectáreas de cultivo de aguacate, pueden considerarse orgánicas.

 

Más conservación, menos expansión

Los aguacates se han convertido en un superalimento de fama mundial, ganándose el nombre de «oro verde». Solamente en la Unión Americana, el consumo de aguacate alcanzó un estimado de 100 000 toneladas durante la edición de 2017 del Super Bowl. Tanta ha sido la demanda, que se ha proyectado un aumento del cultivo de aguacate en México del 67.2 % para el año 2030. Sin embargo, el cambio climático aumentará las sequías e inundaciones, lo que podría provocar el colapso de varios cultivos, incluyendo el del aguacate.

El enfoque de conservación debe estar orientado a un manejo sustentable del aguacate que equilibre el cambio de uso de suelo y la conservación de la biodiversidad, para evitar la conversión masiva de bosques a cultivos de aguacate, particularmente en los estados de Michoacán y Jalisco, donde resulta urgente detener la pérdida de bosques. En años pasados, el impacto de las políticas públicas en la expansión del aguacate, favoreció fuertemente esta actividad, comenzando con las enmiendas de 1992 al artículo 27 de la Constitución mexicana, que legalizó la propiedad privada y la titulación de tierras ejidales. Además, se permitió y promovió un alto uso de fertilizantes, herbicidas e insecticidas para aumentar la productividad y el control de plagas. Sin embargo, como consecuencia de este problema socioeconómico y ambiental, el gobierno del estado de Michoacán emitió un decreto el 4 de agosto de 2016, con el objetivo de incentivar la recuperación de los bosques y recursos naturales, así como de las actividades agropecuarias sustentables en dicho estado.

Aunado a esto y teniendo como fin la protección de los bosques, la modificación de la legislación estatal en Michoacán habilita al poder ejecutivo para realizar la clausura y remoción de huertas ya establecidas en terrenos forestales que no cuenten con autorización de cambio de uso del suelo. Más aún, México ha reconocido la importancia de la protección de ecosistemas y su biodiversidad, considerándolo un problema grave a nivel nacional. De tal modo, que se incorporó al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CoP-6), desarrollando el programa para la Diversidad Biológica 2011-2020, e iniciativas propias que incluyen la conservación de la biodiversidad desde el nivel de genes hasta los ecosistemas, considerando incrementar los beneficios a la sociedad humana. 

 

 

Para Saber Más:  

Gómez-Tagle A., Morales-Chávez R., García-González Y., Francisco A. y Rojas G.T. (2019). Partición de la precipitación en cultivo de aguacate y bosque de pino-encino en Michoacán, México. Biológicas: Revista de la DES Ciencias Biológico Agropecuarias, 21, 1-18. https://www.researchgate.net/publication/339710658_Gomez-Tagle_et_al_2019_Particion_de_la_precipitacion_en_cultivo_de_aguacate_y_bosque_de_pino-encino_en_Michoacan_Mexico

SAGARPA. (2016). Avance de Siembras y Cosechas. Resumen Nacional por Cultivo. Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). www.siap.gob.mx 

Secretaría de Economía. (2012). Monografía del Sector Aguacate en México: Situación Actual y Oportunidades de Mercado. Secretaría de Economía, Dirección General de Industrias Básicas. 21 p. www.se.gob.mx/files/ 

Vega-Agavo M.I., Suazo-Ortuño I., López-Toledo L., Gómez-Tagle A., Sillero N., Pineda-López R. y Alvarado-Díaz, J. (2021). Influence of avocado orchard landscapes on amphibians and reptiles in the trans-Mexican volcanic belt. Biotrópica, 56(3), 1631-1645.

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/btp.13011

  

Yurixhi Maldonado-López. Cátedras CONACYT-INIRENA, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.

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Alberto Gómez-Tagle Chávez. Profesor Investigador, INIRENA, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.

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