Gracias a que científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Irapuato, iniciaron el análisis la secuencia genética del aguacate criollo mexicano, ahora será posible mejorar su producción por medio de tratamientos que permitan obtener árboles de menor tamaño y más productivos, así como frutos con mayor cantidad de aceite y que necesiten de menos agua.
Luis Herrera Estrella, líder de la investigación explicó que se identificaron 42 mil genes del aguacate criollo, y el siguiente paso es compararlo con el aguacate Hass, que es el que se consume mayormente en México, para determinar las principales características del primero.
Uno de los objetivos de dicha investigación es procurar una variedad de aguacate que requiera de menos agua, en caso de haber cambios climáticos que puedan afectar su producción, explicó Herrera Estrella, quien también es Director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio).
Lo que los especialistas desean, en principio, es que la cáscara del aguacate criollo tenga la consistencia dura del aguacate Hass, para que su comercialización sea mayor.
Los científicos creen que para finales de año ya habrán concluido con todo el proceso para descifrar el genoma del aguacate, pero seguirán trabajando en la secuenciación genética, la cual planean concluir en dos años, aproximadamente.
"Por lo pronto vamos a empezar a hacer las pruebas de campo con árboles que se están sembrando, usando la información del genoma, seleccionados por su tipo de fruto, altura y contenido de aceite", explicó Herrera Estrella.
Explicó también que los agricultores están de acuerdo en comenzar a trabajar con los materiales que se han obtenido, ya que no se trata de elementos transgénicos sino del resultado del manejo de herramientas genómicas.
Finalmente, el científico explicó que el estudio ayudó a descubrir que el aguacate es una planta muy primitiva, lo que será de ayuda para el conocimiento y entendimiento de la evolución de las plantas, puesto que el aguacate es más antiguo que el momento en el cual se separaron los cereales y hortalizas.
“De hecho, el aguacate sufrió un par de duplicaciones del genoma antes de existir como aguacate y tiene elementos transponibles muy antiguos, que son muy distintos a las plantas más modernas", concluyó el investigador.
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