Nuestro organismo puede obtener vitamina D a través de la piel, de la dieta y también de suplementos. La mayoría sabemos que para tener una óptima producción de vitamina D, debemos exponernos la luz del sol, sin abusar, ya que, en demasía, la luz puede ocasionar envejecimiento y hasta cáncer de piel. Pero ¿Qué hacer cuando estamos confinados en nuestra casa? como ahora, debido a la contingencia por COVID-19. Si tienes la fortuna de tener una casa con jardín, patio, terraza o balcón, lo recomendable es que recibas un poco de sol diariamente, para tener la fuente natural principal de vitamina D, ya que entre un 80 y 90% de ésta, la absorbemos directamente del sol a través de nuestra piel, y es la única que se adquiere de esta forma. Una deficiencia de vitamina D lleva a un mal funcionamiento en el sistema nervioso, muscular e inmunitario, y a una mala absorción del calcio, que es uno de los principales componentes de los huesos, que puede provocar pérdida de la densidad ósea, osteoporosis, raquitismo en niños u osteomalacia en adultos, que causa huesos débiles, dolor en los huesos y debilidad muscular. También se ha asociado a la vitamina D con varias afecciones médicas, incluyendo diabetes, presión arterial alta, cáncer y enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. Ahora sabiendo de la importancia de esta vitamina, si no puedes tomar sol, puedes dársela a tu organismo, consumiendo alimentos como el atún o el salmón, huevos, lácteos enteros como el queso, hígado, aguacate o champiñones. Además, hay alimentos fortificados con vitamina D o bien suplementos vitamínicos, de los que no hay que abusar, porque tomar un exceso es perjudicial. En estos días de “encierro”, si puedes, combina un tiempo de exposición al sol, una buena alimentación y ejercicio moderado, de esta manera no sufrirás deficiencia de ésta tan esencial vitamina.