Los ciempiés, quilópodos del género Scolopendra, son los organismos venenosos más antiguos de nuestro planeta, con alrededor de 462 millones de años de existencia. En nuestro país habitan más de 150 especies de ciempiés, de los cuales la especie Scolopendra polymorpha está siendo estudiada con fines de identificar la toxina responsable de su veneno.
La investigación es desarrollada por Judith Tabullo de Robles, estudiante del doctorado en ciencias naturales de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), quien realiza su proyecto de tesis bajo la asesoría de la Dra. María del Carmen Gutiérrez Villafuerte; responsable del Laboratorio de Neurofarmacología del Centro de Investigación en Biotecnología, único en el país dedicado al estudio de su veneno. Aquí estudian especímenes recolectados en el estado de Morelos, aunque la especie está distribuida en toda la República Mexicana.
Los ciempiés producen su veneno en unas glándulas que se encuentran en un par de patas modificadas llamadas forcípulas, situadas en la parte ventral de su cabeza, y han establecido un método para su obtención en el laboratorio para poder analizarlo.
El veneno se recoge por capilaridad, ya que se libera de la punta de la forcípula en microgotas; cuando se ejerce una presión suave de las mismas en ciempiés, previamente adormecidos, al exponerlos a 4 grados Celsius durante cinco minutos. Éste es analizado mediante técnicas modernas de cromatografía y se obtienen fracciones con las que se estudia el efecto “venenoso” en pruebas con una preparación del músculo de las piernas de ratón. Se determina el daño muscular ejercido por el efecto que tiene tanto el veneno completo (sin separar) como algunas de las fracciones.
Los resultados de esta investigación han llevado a la identificación de una mezcla de diversos componentes, muchos de ellos de naturaleza proteica. Por ejemplo, un grupo de estas proteínas son las miotoxinas, capaces de provocar necrosis muscular y su actividad se puede monitorear por análisis morfológico (histología) y por el aumento de la actividad de la enzima creatina quinasa en plasma. Este tipo de proteínas se han descrito en los venenos de serpientes, aunque también se han reportado en los venenos de varias especies de ciempiés como Scolopendra viridicornis, Otostigmus pradoi y Cryptops iheringi. En particular, en el veneno de S. polymorpha se han encontrado enzimas conocidas como hialuronidasas, las que degradan el tejido conectivo y permiten la acción de una fosfolipasaque rompe la membrana de las fibras musculares, que induce una reacción inflamatoria. Además, han identificado fracciones neurotóxicas y citotóxicas, una fosfolipasa tipo A2 (PLA2) y un péptido antimicrobiano.
De manera complementaria, se evalúa el efecto del veneno de S. polymorpha sobre células cancerosas, así como su potencial bioinsecticida, ya que contiene un componente tóxico que produce parálisis en insectos y otro componente que provoca la muerte.
Lo anterior se basa en el uso medicinal que se le da a esta especie de ciempiés; su cuerpo completo y su veneno son usados en la medicina tradicional oriental para el tratamiento de dolor de cabeza, inflamación, tos y cáncer. En México, la comunidad de Tlacuilotepec, estado de Puebla, lo utiliza para ayudar a reducir los daños del veneno de la serpiente de cascabel.