En México existen 52 especies de aves rapaces, en las que se encuentran las águilas, halcones, gavilanes, azores, milanos y zopilotes. Sin embargo, este grupo de aves (llamado Falconiformes) es poco conocido a lo largo del país, y no porque nadie haya visto a las águilas y los zopilotes, sino porque existe poca información sobre sus hábitos generales y el estado de sus poblaciones. Pero, ¿por qué es importante estudiar a estas aves? Principalmente, porque las rapaces son depredadores. Esto significa que se encuentran en lo alto de la cadena alimenticia y por lo tanto ayudan a mantener bajo control a ciertos animales que se pueden transformar en plagas que nos afecten a nosotros: ratones, conejos, ratas, insectos e incluso algunas aves pequeñas. Al regular las poblaciones de estos animales, las aves rapaces evitan que dañen los cultivos o transmitan enfermedades a las personas, ganado y mascotas. Además, estas aves también nos pueden indicar la cantidad y el tipo de pesticidas que hay en el ambiente y pueden entrar en los alimentos. Cuando hay muchos pesticidas en el ambiente, el ciclo reproductivo de las aves rapaces se altera y sus poblaciones disminuyen, lo que ocasiona que las poblaciones de sus presas habituales se incrementen y puedan causar pérdidas si llegan a convertirse en plagas. Es por eso que es trascendental conocer la manera en que las aves rapaces interactúan dentro de su hábitat y también con otras especies; además es valioso conocer el estado en el que se encuentran sus poblaciones.
Dentro de este grupo tan especial de aves encontramos al halcón cernícalo (nombre científico: Falco sparverius, que significa literalmente “halcón gorrión”). Esta especie es la rapaz más pequeña de América del Norte, sólo mide entre 25.5 y 29 cm de longitud y tiene una envergadura de entre 61 y 65 cm, pero también es la más colorida. Los machos tienen la espalda y la cola color café cobrizo, alas gris azulado moteadas, y pecho y abdomen color crema con motas negras en los flancos. La coloración de las hembras es un poco más pálida, con las alas color café en lugar del gris de los machos y con líneas horizontales negras. Prefieren los campos abiertos y con pocos árboles, tales como los pastizales naturales, matorrales desérticos, campos agrícolas y ganaderos, plantaciones y áreas suburbanas, y es muy común observarlo a lo largo de caminos y carreteras. La especie se alimenta principalmente de insectos y otros invertebrados, roedores y en ocasiones aves pequeñas y se distribuye desde Canadá hasta la Patagonia argentina, con excepción de la región amazónica y la región ártica. En México, esta especie está distribuida a lo largo y ancho del país, aunque parte de sus poblaciones son migratorias y otras residen durante todo el año.
En el estado de Michoacán se considera que las poblaciones del cernícalo son principalmente migratorias, lo que significa que sólo pasan parte del otoño y toda la temporada invernal en el estado y migran hacia el norte en primavera. Sin embargo, aún se desconoce cuándo comienzan a llegar y cuándo parten de regreso a sus sitios de reproducción, cuántos individuos llegan y cómo se distribuyen dentro del paisaje. Tampoco se sabe si machos y hembras llegan al mismo tiempo a sus sitios de invernación o si primero llega alguno de los dos sexos. Como los cernícalos suelen defender territorios individuales en invierno, algunos estudios indican que en ciertos lugares las hembras llegan a los territorios de invernación antes que los machos, por lo cual existe una desproporción de sexos dentro de un área. A este fenómeno se le conoce como “segregación sexual” y está dado esencialmente por la competencia por los recursos (como la disponibilidad de sitios de caza y alimentos) entre machos y hembras. Cuando ocurre esa segregación sexual en un área, se suele encontrar a un mayor número de hembras de cernícalo en hábitats abiertos y de escasa vegetación, como pastizales y campos de cultivo, mientras que a los machos se les suele encontrar en claros y bordes de bosque o arboladas.
Empero, aún se necesitan estudios para poder determinar el estado de las poblaciones de cernícalo en Michoacán. Como un estudio preliminar de la especie, se realizará el monitoreo de los cernícalos de la región de Cuitzeo. En este estudio se pretende definir cuántos individuos llegan al comenzar la temporada invernal y cuántos se van al comenzar la primavera, si existe variación entre la llegada de cada sexo, las características de hábitat qué prefieren estas aves dentro de sus territorios y cómo se distribuyen dentro del paisaje. El conocer qué tantos cernícalos sobreviven la temporada invernal y regresan al siguiente año no sólo nos permite saber en que estado de conservación se encuentra la especie, también nos permite conocer qué tan bien conservado está su hábitat natural o, en los casos de hábitats modificados por el hombre, qué tanta contaminación o qué tipo de manejo de recursos existe dentro de una región. De esta manera se pueden elaborar planes de protección y manejo ambiental más adecuados para la especie y su hábitat.
Bióloga Larissa Ortega Guzmán del Laboratorio de Ornitología de la Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
{jcomments on}