BENEFICIOS DE LOS HONGOS MICORRÍCICOS ARBUSCULARES EN LA AGRICULTURA

Escrito por Yazmín Carreón Abud

Los hongos micorrícicos arbusculares (HMAs) interactúan simbióticamente con cerca del 80% de las familias de plantas terrestres con las cuales son capaces de formar micorrizas arbusculares (MA), encontrándose en casi todos los ecosistemas terrestres. Su origen se remonta al periodo Devónico hace unos 400 millones de años, según evidencias fósiles y moleculares. Se asociaron a las primeras plantas terrestres haciendo posible su adaptación a las nuevas condiciones ambientales que implicaban el paso de un ambiente acuático a uno terrestre. Desde entonces los HMAs y las plantas han evolucionado en una estrecha relación. Quizá sea esta evolución conjunta la causa de una de las características principales de este tipo de hongos, que es su biotrofía obligada y esto condiciona a que el hongo tenga la necesidad de encontrar y colonizar una raíz hospedera para poder continuar su crecimiento y completar su ciclo de vida, que culmina con la formación de nuevos propágulos viables, como las esporas.

Los HMAs apoyan el crecimiento de la planta al provocar modificaciones en la morfología del sistema radical durante el proceso de infección lo que provoca un gran impacto en ciertos mecanismos, como una mejor absorción de agua y el incremento en el suplemento de nutrimentos inmóviles en el suelo, principalmente el fósforo, que aumentan la tolerancia al estrés abiótico, la resistencia a los patógenos del suelo en combinación con otros agentes de biocontrol y mejoran la estructura del suelo formando macro- y micro-agregados y también originan cambios en los exudados radicales, los cuales alteran la descomposición por microorganismos en la rizósfera del suelo.

Estos hongos han sido utilizados en la agricultura, a manera de bioinoculantes. Para obtener éxito en la simbiosis entre el hongo y la planta, es indispensable hacer una selección de la especie micorrícica a inocular, ya que las diversas especies tienen comportamientos diferentes, dependiendo del hospedante con el que se asocie. Debido a esto, es importante conocer los hongos micorrícicos de agro ecosistemas específicos para reintroducirlos en dichos hábitats y promover el crecimiento vegetal, sobre todo en suelos que presentan grados de disturbio.

El uso de este tipo de inoculantes permite disminuir el uso de fertilizantes, satisfaciendo las exigencias ambientales con una relación costo-beneficio viable. Las posibilidades de explotar hongos micorrícicos nativos aislados individualmente o en consorcios, son un beneficio para la agricultura a través de las prácticas de “amigos ecológicos”, que incluyen la manipulación de prácticas agrícolas, rotación de cultivos, buenas prácticas sanitarias y la aplicación de inóculo de HMA nativos, que han sido validadas y recomendadas para el uso integral de la producción agrícola. Sin embargo, el inóculo de micorrizas debe cumplir estrictamente estándares de calidad basados en la abundancia, la viabilidad e infectividad de propágulos micorrícicos (raíces colonizadas, esporas o micelio) para favorecer tanto el establecimiento de HMAs en las raíces y la expresión de sus beneficios esperados sobre el crecimiento de las plantas.

En México, todavía es necesario tener un conocimiento profundo sobre la diversidad genética de HMAs y, en consecuencia, tener una mejor comprensión de su diversidad funcional con el fin de proponer estrategias adecuadas para la utilización y gestión de este importante recurso biológico.

Dra. Yazmín Carreón Abud, investigadora del Laboratorio de Genética y Microbiología de la Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

{jcomments on}