¿SERÁ LA ACUICULTURA LA SOLUCIÓN PARA LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS?

Escrito por Rebeca Aneli Rueda Jasso y Antonio Campos Mendoza

Hace muchos años, el hombre dependía de los alimentos que era capaz de colectar o capturar, esto lo obligaba a moverse continuamente para poder satisfacer su hambre. El cambio de su situación nómada a establecerse en un territorio en forma sedentaria fue resultado de la modificación en su manera de proveerse el alimento, primero a través de la agricultura y posteriormente de la ganadería. A través de algunos registros se sabe que desde los tiempos en que el hombre inició la agricultura (desde hace 4,000 años), también colectó y mantuvo peces en estanques, lo que puede interpretarse como los inicios de la acuicultura. Existen evidencias de que los chinos, los romanos y los egipcios practicaron una acuicultura incipiente.

En la actualidad, la acuicultura incluye las actividades encaminadas a la producción de alimentos, ornamentos y productos secundarios, aunque el objetivo principal sigue siendo la producción de alimentos ricos en proteína de origen animal. No obstante, el desarrollo de esta actividad es reciente, ya que fue hasta la década de los 70's que diversas instituciones, empresas y países se enfocaron en la producción a través de la acuicultura. Esto fue debido a que durante mucho tiempo los volúmenes mundiales de pesca se mantuvieron prácticamente constantes, pero no así los requerimientos de alimentos de la población humana. Por ello, la acuicultura se convirtió en una alternativa solo cuando la captura por pesca se estancó, debido                                                               a que los océanos alcanzaron su máximo nivel de producción.

El acelerado crecimiento de la población humana alcanzó en febrero de 2013 los 7,000 millones de personas; esto provocó que en la segunda mitad del siglo XX, la demanda de proteína de origen animal se quintuplicara y forzó la producción de alimentos, la cual ha estado acompañada de numerosos y graves problemas ambientales. En lo que va de 2013, las estadísticas recientes indican que las personas han consumido mayor cantidad de pescado cultivado que capturado y el volumen de peces producidos por acuicultura superó a la producción de carne de res.

Lo anterior se refleja en que en comparación con otras industrias productoras de alimentos, la acuicultura ha mantenido el mayor crecimiento en las últimas décadas. Esto es de gran importancia cuando consideramos el reto que representa alimentar a nuestra creciente población (que se calcula seguirá creciendo hasta el 2050), especialmente si buscamos una producción sostenible, es decir que pueda mantener el nivel de producción en las próximas décadas. Otros hechos importantes que subrayan la importancia de la acuicultura son:

Que los terrenos transformados para realizar la agricultura se han sobreexplotado y se han transformado a zonas áridas erosionadas, que ya no son útiles para el cultivo de alimentos. Además, no existen espacios disponibles para sustituir las áreas degradadas y para expandir la agricultura.

Que con el fin de incrementar la producción agrícola se ha abusado del uso de productos químicos (fertilizantes, plaguicidas y herbicidas) y se han contaminado los suelos. Adicionalmente en la temporada de lluvias, los restos de estos compuestos son arrastrados a los cuerpos de agua superficiales (ríos, lagos, manantiales, presas) y subterráneos provocando el proceso conocido como eutrofización.

Que el consumo de granos por kilogramo de producción de alimentos de origen animal es mayor en la res, seguido del cerdo, pollo y pescado. Este patrón se repite para el consumo de agua y combustibles fósiles.

Que numerosas pesquerías han declinado como resultado de la sobre pesca y que para mantener los volúmenes de pesca se están capturando tallas menores y se ha incrementado notoriamente el esfuerzo de pesca.

Por lo anterior, la producción por acuicultura muestra ser una excelente opción para producir la proteína que necesitamos. ¿Pero podrá la acuicultura incrementar la producción sin disminuir la calidad ambiental a niveles inaceptables?

Para lograr una acuicultura sostenible es importante considerar algunos problemas que han resultado de esta actividad, a fin mitigar los impactos, predecir y minimizar nuevos efectos adversos. A continuación se revisan algunos de estos.

En forma similar a la desaparición de grandes espacios de bosque tropical (por ganadería), la camaronicultura (producción de camarón) ha hecho lo propio en zonas de manglares. La tala de este tipo de vegetación (mangle) propio de la zonas costeras, ha transformado áreas de bosque de manglar en estanques de cultivo con la consecuente pérdida de zonas de manglar. La alteración de estos humedales obstaculiza la retención y liberación de agua durante los periodos de lluvias y secas respectivamente, reduce el proceso natural de retención de sustancias tóxicas, rompe los patrones migratorios, de anidamiento y crianza de peces y aves, entre otros. Países como Tailandia, Indonesia, Ecuador y Panamá han perdido miles de hectáreas de manglar. No obstante, investigaciones recientes concluyen que es factible realizar los cultivos de camarón, drenando el agua de desecho a zonas de manglar delimitadas, las cuales sirven como biofiltros y permiten la reutilización del agua. Actualmente se cuenta con esquemas de rescate y protección a los manglares.

El uso de pescado para producir pescado. El cultivo de especies acuícolas puede realizarse en forma extensiva e intensiva. En el primer caso se mantiene una baja densidad de organismos confinados y se alimentan con alimento que crece en forma natural. Tanto la densidad de siembra (número de organismos al inicio del cultivo) como los niveles de producción son bajos. Por su parte la acuicultura intensiva aumenta la densidad de organismos y busca controlar los factores ambientales (temperatura, oxígeno disuelto en el agua, entre otros) y de calidad de agua a fin de garantizar una máxima producción. En ésta se requiere alimentar continuamente con alimento de calidad a los organismos. Las dietas artificiales incluyen en sus ingredientes harinas y aceites de pescado. Aproximadamente el 25% de la captura total mundial de pescado se utiliza para la producción de harinas y aceites para formular alimentos para las especies en cultivo tanto acuícolas como pecuarias. Existe una fuerte polémica si es mejor utilizar directamente a los peces para consumo humano en vez de usarlos para harinas. El caso más extremo es la engorda de atún, que usa 15 toneladas de pescado para producir una tonelada de producto. Esto es factible ya que el atún de acuicultura se vende en mercados de alto valor en Japón. Sin embargo, las tendencias recientes buscan sustituir las harinas de pescado por fuentes alternas de origen vegetal (granos, fitoplancton, plantas acuáticas, entre otros).

En acuicultura se seleccionan especies tolerantes que faciliten el cultivo, éstas con frecuencia se introducen enfermedades y parásitos y en ocasiones al liberarse accidentalmente se convierten en especies invasoras. Ambas situaciones se provocan con el traslado de semillas, larvas o reproductores. Las enfermedades y parásitos que acompañan a los organismos, dañan no solo al cultivo sino a las especies silvestres. De igual forma, los peces que escapan accidentalmente, no tienen depredadores naturales y alteran las comunidades de peces al competir por espacio y alimento. Hoy en día se cuenta con protocolos de traslado de organismos, cuarentenas y buenas prácticas de manejo a fin de evitar estos problemas.

Para que la acuicultura pueda mantener e incrementar la producción de alimentos, requiere una visión amplia en tiempo y espacio de los problemas que de ella se generan, por lo que estos deben resolverse en forma interdisciplinaria y con una visión que pondere el uso racional de los recursos.

Dra. Rebeca Aneli Rueda Jasso y Dr. Antonio Campos Mendoza investigadores del Laboratorio de Biología Acuática, Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.