ARTÍCULO
Tutoría integral para el aprendizaje fundamental en preescolar
Araceli Berenice Escutia-Jardón y José Luis Martínez-Díaz
Resumen
El trabajo se enfoca en poner de manifiesto la implementación de la tutoría docente en el nivel preescolar, a partir de un interés que surge al identificar la necesidad de atender las áreas de oportunidad en materia de adquisición de lenguaje oral, uso del razonamiento matemático en la resolución de problemas, así como el desarrollo de las habilidades socioemocionales y los intereses de los alumnos, con el fin de favorecer los aprendizajes fundamentales.
Palabras clave: Aprendizajes fundamentales, educación preescolar, tutoría docente.
RECIBIDO: 11/06/24 ACEPTADO: 24/11/24
PUBLICADO:18/07/2025
Es importante reconocer la tutoría docente en el nivel preescolar como medio para favorecer habilidades que les permitan a los alumnos acceder al logro de aprendizajes esperados fundamentales, con la finalidad de atender sus necesidades de socialización y permitir el desarrollo socioemocional. En este artículo te presentamos los siguientes objetivos que dirigen el proceso y marcan la pauta para implementar la tutoría docente.
Objetivo 1: Reconocer la importancia del enfoque pedagógico de los campos formativos y áreas de desarrollo humano seleccionados para la investigación, con la finalidad de identificar el nivel de adquisición de los aprendizajes fundamentales en alumnos de educación preescolar, retomando como base la implementación de la tutoría docente.
Objetivo 2: Comprender las implicaciones de la tutoría integral, por medio de la cual se generan cambios radicales en la práctica educativa dentro de las aulas del jardín de niños.
La tutoría en el sistema educativo mexicano
La implementación de la tutoría en el sistema educativo mexicano se ubica a mediados del siglo XX, en el cual se vislumbraba la necesidad de brindar atención personalizada a cargo de un profesor que contara con las habilidades y capacidades necesarias para apoyar el proceso de aprendizaje del estudiante, siempre con base en las finalidades de cada nivel educativo y a los alumnos para quienes va dirigido, principalmente, según el objetivo particular que se pretenda lograr, desde la posición de cada uno de los actores educativos.
En el siguiente cuadro se describen los diferentes tipos de tutoría en diferentes ámbitos. De acuerdo a lo que se presenta en el cuadro, la tutoría se realiza partiendo de tres dimensiones: personal, académica y profesional, la cual se determina según las necesidades e intereses de los alumnos, así como lo que se pretenda lograr en términos curriculares y en el contexto en que cada uno se ubique.
La tutoría docente es un proceso académico que tiene como objetivo apoyar a los alumnos en sus necesidades académicas; puede trascender hasta el ámbito familiar, ayudando a fortalecer sus procesos de aprendizaje y, en determinado momento, las relaciones con sus padres. La tutoría docente es un espacio para desarrollar actividades de discusión, análisis, reflexión, baile, canto, pintura, manualidades, incluyendo temáticas de las asignaturas que se les dificultan, atender tareas o trabajos rezagados, temas que son de su interés, o que requieren ser trabajados.
La UNESCO, en 1998, señaló que «la tutoría comprende un conjunto de actividades que propician situaciones de aprendizaje y apoyan el buen desarrollo del proceso académico, con el fin de que los estudiantes orientados y motivados desarrollen automáticamente su propio proceso».
Por ende, se pretende que la tutoría sea resignificada y que se le dé el valor e importancia que merece, ya que es concebida como un espacio mediante el cual se puede apoyar a los alumnos con diversidad de estrategias, materiales y dinámicas que enriquecen los procesos de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, también potencia las habilidades socioemocionales y posiciona a los alumnos en su capacidad de enfrentar las situaciones y problemáticas que se les presentan en la vida.
La tutoría personalizada se incorpora en dos diferentes modalidades. Tutoría grupal, en donde los alumnos mutuamente son partícipes de problemas generales, experiencias o situaciones que se pueden compartir en conjunto. Para ello, se asigna una hora en la que el maestro, que funge como tutor, orienta la sesión correspondiente y motiva a los alumnos a que participen, además de resolver dudas sobre cuestiones académicas o contenidos en distintas materias.
La tutoría personalizada, una de las modalidades más importantes de la tutoría, procura que los alumnos externen y que el tutor identifique las necesidades e intereses del alumno para proveerlo de las estrategias necesarias para darles atención. Entre las características que definen a la tutoría personalizada se pueden destacar la formativa, preventiva, inclusiva y no terapéutica; además, por sus áreas como la personal-social, salud, corporal y mental, vocacional, ayuda social, cultura y actualidad, convivencia y disciplina escolar.
Sauleda-Parés, Martínez-Ruiz y Van Veen (1997) señalaron que, aunque la contribución conceptual de las definiciones de la tutoría era algo plausible, debe recalcarse como una cualidad esencial en la circunscripción conceptual de la tutoría, como intervención sumamente contextualizada y específica, es decir, que el perfil de la tutoría se encuentra fuertemente unido a la definición de tareas, organización, enfoque curricular y metodológico de cada institución escolar. Los autores encaminan la tutoría como estrategia de intervención, donde esta debe tener todos los elementos necesarios, como la contextualización enfocada a las necesidades académicas de los alumnos, considerando los elementos curriculares, como planes y programas de estudios, perfil de egreso, etc.
Para Lara-García (2009, p. 9), dicho concepto encierra «diversas paradojas íntimamente relacionadas con el lugar que ocupa dentro de la relación educativa», las cuales se postulan como hipótesis y tienen la intención de propiciar la reflexión en torno a este concepto, a saber: 1) el concepto de tutoría es un concepto vacío; 2) la tutoría es un artilugio antiguo en una maquinaria novedosa, y 3) la tutoría es un dispositivo que carece de identidad.
A principios del siglo XXI, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (2001, p. 23) propuso una definición de tutoría señalada como: «un proceso de acompañamiento durante la formación de los estudiantes, que se concreta mediante la atención personalizada a un alumno o a un grupo reducido de alumnos, por su parte de académicos competentes y formados para esta función, apoyándose conceptualmente en las teorías del aprendizaje más que en las de la enseñanza».
Lobato-Fraile, del Castillo-Prieto y Arbizu-Bacaicoa (2005, p. 8) definieron la tutoría como «una acción de intervención formativa destinada al seguimiento de los estudiantes y que es considerada una actividad docente más». Por su parte, De la Cruz Flores, García Campos y Abreu Hernández (2006:1367) la describen como el «proceso formativo de carácter socio cognoscitivo, personalizado y dirigido a convertir a los novatos en individuos competentes mediante su integración a comunidades de práctica y redes de expertos, que resuelven problemas en ambientes dinámicos y complejos, crean y recrean la acción profesional y, en su caso, generan conocimiento avanzado».
En este trabajo se entiende a la tutoría como modalidad de intervención educativa la cual comprende todos los elementos necesarios e indispensables para potenciar las habilidades, actitudes, aptitudes que provean a los alumnos de una educación integral, acompañándolos durante determinado trayecto formativo.
Tutoría en preescolar
La educación preescolar es el primer nivel educativo considerado como obligatorio; sin embargo, no todos acceden al primer grado, la mayoría de los educandos se incorporan al segundo grado, lo cual implica un punto en desventaja al lado de los que cursan primero. Esto se debe a los ideales de cada familia y a factores como la economía, el trabajo y situaciones personales o familiares.
Durante el trayecto de la educación preescolar se aborda, principalmente, el lenguaje y la comunicación con un enfoque formativo que se basa en dos aspectos: lenguaje oral y lenguaje escrito. En el primer aspecto, se pretende que los alumnos expresen sus ideas de forma oral al formular ideas estructuradas, con coherencia y secuencia, y así poder construir diálogos para comunicarse. En el lenguaje escrito, se espera que los alumnos comprendan la función social del lenguaje en la cual se quiere que los alumnos identifiquen las habilidades sociales del lenguaje para comunicarse por medio de la escritura. Se comienza con la escritura de su nombre, para iniciarse en el mundo social, al comprender la función de los textos escritos y portadores de texto (Aprendizajes Clave, SEP, 2017).
Pensamiento matemático: Este campo formativo se divide en dos aspectos: número y forma, espacio y medida. Por medio del primero se favorece en el alumno el concepto de número, en el cual los alumnos comienzan a enunciar de forma oral la serie numérica y, a su vez, concienticen los usos del número para poder comenzar a realizar problemas matemáticos que impliquen acciones como agregar, quitar, separar y logran emplear los principios de conteo y estrategias de conteo.
Educación socioemocional: En esta área de desarrollo personal y social se espera favorecer en los alumnos habilidades de autoconocimiento, autorregulación, autonomía y colaboración con la finalidad de proveer a los alumnos la posibilidad de socializar y establecer interacciones con sus pares, así como favorecer su autoconocimiento y aprendizaje con mejor seguridad y confianza al reconocer, inclusive, sus emociones.
Tutoría desde la educación preescolar
En la actualidad, la tutoría está curricularmente incluida prácticamente en todo el sistema educativo; sin embargo, es fundamental su implementación poco a poco desde el nivel preescolar y responder la pregunta clave: ¿Por qué la tutoría en preescolar?
Desde la práctica docente, se considera que la tutoría docente es un elemento indispensable para atender a los alumnos de forma óptima, brindándoles herramientas necesarias para atender sus necesidades y áreas de oportunidad, y no destinarla solamente a los alumnos denominados como «alumnos problema», porque no es así.
Araceli Berenice Escutia-Jardón. Escuela Normal Superior del Estado de México.
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José Luis Martínez-Díaz. Escuela Normal Superior del Estado de México.
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Cruz-Flores G. de la, García-Campos T. y Abreu-Hernández L.F. (2006). Modelo integrador de la tutoría. De la dirección de tesis a la sociedad del conocimiento. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 11(31), 1363-1388. https://www.redalyc.org/pdf/140/14003112.pdf
Lara-García B. (Coord.). (2009). La tutoría académica en educación superior: modelos, programas y aportes. México: Unidad Editorial del CUCS. Universidad de Guadalajara. https://www.cucs.udg.mx/revistas/Libro_tutorias_final.pdf
Lobato-Fraile C., del Castillo-Prieto L. y Arbizu-Bacaicoa F. (2005). Las representaciones de la tutoría universitaria en profesores y estudiantes: estudio de un caso. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 5(2), 149-168. https://www.redalyc.org/pdf/560/56050205.pdf
Sauleda-Parés N., Martínez-Ruiz M.A. y Van-Veen D. (1997). Los modelos de tutoría. Un escenario necesario para la formación del profesorado. RIFOP: Revista interuniversitaria de formación del profesorado (Coord. por García-Correa A.), 119-130. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/117935.pdf
SEP. (2017). Aprendizajes clave para la educación integral. Educación preescolar. Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación. México, D.F. https://subeducacionbasica.edomex.gob.mx/sites/subeducacionbasica.edomex.gob.mx/files/files/Aprendizajes%20clave(1).pdf