¿Cómo que comían ropa?
Recuerdo que cuando era niño, algunas noches tenía un poco de temor porque escuchaba «pasitos» entre los muebles. En mi inocencia, creía que se trataba de pequeños duendes que visitaban mi hogar para hacer travesuras, pero un día me di cuenta de que aquellos ruidos extraños no eran otra cosa que ratoncitos buscando alimento para sobrevivir. Las personas adultas, por supuesto, tenían una lucha constante para evitar que llegaran hasta sus viviendas, ya que decían que se comían la ropa. Por tal motivo, en aquel momento, tenía la idea que esa era su dieta; para mí, era una preocupación porque no quería que cenaran mis prendas, sobre todo las que más me gustaban.
Ahí comenzó una «mala» imagen respecto a los roedores, y me di cuenta de que no era el único, mis vecinos también tenían un juicio negativo en relación con estas criaturas. Inmediatamente que ingresé a la escuela, los libros me revelaron lo contrario, pues había dibujos de ratones comiendo queso, galletas, pan o elotes, algo contradictorio a lo que yo esperaba. En adelante, me llamaron la atención y el miedo hacia ellos desapareció. Sin embargo, en la actualidad, me doy cuenta de que esos dibujos infantiles que ilustraban aquellas ratitas comiendo, no estaban ni cerca de la realidad.
Entonces, ¿qué comen realmente los ratones?
Existe una gran variedad de recursos aprovechados por los roedores silvestres, por ejemplo, algunos de los que viven en pastizales o matorrales comen insectos, los que pasan la mayor parte de su vida bajo el suelo, como las tuzas, suelen alimentarse de las raíces de las plantas, algunos más se alimentan de frutos de todos los colores y sabores, otros prefieren semillas de pastos o de piñas de los pinos, también consumen las hojas de brotes pequeños, e incluso, uno que otro que vive en las ramas de los árboles, llegan a comer huevos de aves.
Pero, ¿cómo saber qué comen?
Hay varias formas de saberlo, la más simple es documentar a través de la vista lo que se está comiendo. Sí, puedes observar de lejos como si de un espía se tratara, pero si no se puede, hay dos alternativas más: mediante su contenido estomacal o sus heces que, con una pequeña muestra, se revisará detalladamente con el fin de encontrar rastros de la comida y así conocer las preferencias alimenticias. Fácil, ¿no? Y ahora que tengo esa información, ¿para qué sirve? Los resultados obtenidos de la dieta son relevantes para conocer las relaciones no solo entre los roedores, sino también el vínculo que guardan con los demás animales y plantas, conexiones que podrían permitir saber el estado de conservación de la flora y fauna de un lugar.
Hasta este punto, ¿por qué te hablo de roedores?
Principalmente, por cuatro razones: la primera es que los roedores son el grupo más diverso dentro de los mamíferos, si bien la mayoría son de cuerpos pequeños, también aquí se encuentran las bonitas ardillas, los ingeniosos castores, el maravilloso tepezcuintle y los pachoncitos capibaras. En México, por ejemplo, solo hay tres especies introducidas y son estas, por lo regular, las protagonistas del repudio hacia los roedores. A pesar de ello, las otras (246 especies) son importantísimas en sus hábitats, ya que son alimento de otras formas de vida y su papel en la dispersión de semillas es crucial en el lugar donde viven.
La segunda razón se une a la anterior, puesto que son excelentes bioindicadores debido a su corto periodo de vida y bajo rango de distribución. La tercera queda en pregunta: ¿Cómo es posible que un ser que tanto bien le hace a la naturaleza resulte aberrante para el hombre? Sería significativo comenzar a verlos diferente, ¿no crees?
Finalmente, la cuarta se podría conectar con la tercera, pues es oportuno mencionar que, desafortunadamente, el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas, han ocasionado una pérdida considerable del hábitat y, en este escenario, los roedores son unos de los mamíferos que mejor se han adaptado a estos cambios, por consiguiente, en el futuro será imposible evitar tener encuentros con ellos.
Antes de la perturbación humana, ¿qué comían?
Resulta curioso que, así como hoy, los registros fósiles también sugieren que los roedores han sido el grupo más diverso dentro de los mamíferos en el pasado, por tanto, seguramente, la función que juegan actualmente es muy similar al que desempeñaron en un entorno pasado, pero para tener mayor claridad de ello, es necesario conocer aspectos biológicos de ejemplares fósiles y la dieta es un criterio destacado en este aspecto.
Como se ha mencionado anteriormente, en individuos de roedores actuales es relativamente simple comprender cuál es su alimento preferido, en cambio, estudiar individuos fósiles presenta un gran reto, especialmente porque cuando se lleva a cabo el proceso de fosilización, las partes blandas como músculos y órganos se pierden y, obviamente, lo que esté en su interior como la comida también. Por fortuna, los dientes son una de las piezas que mejor se conserva y, en principio, el tamaño y forma de estos sugiere el tipo de alimentación. Gracias a las nuevas tecnologías, en los últimos años se han desarrollado metodologías que revisan con más detalle el desgaste de la superficie dental, una de ellas es el microdesgaste que analiza las marcas de abrasión que los alimentos dejan a un nivel microscópico. El tipo, tamaño y orientación de las marcas contribuye a inferir qué alimento, probablemente, consumió el roedor y, a su vez, ayuda a relacionarlo con el tipo de hábitat.
En Michoacán, por ejemplo, este tipo de análisis lleva a la conclusión de que algunos roedores, que vivían en las cercanías del lago de Cuitzeo, hacían consumo de hojas de pastos, mientras que otros preferían semillas; además, sus hábitats eran pastizales extensos con parches de bosque cercanos, lo cual contrasta con el espacio al día de hoy, ¿te das cuenta la cantidad de información que revela la dieta?
Y tú, ¿qué comiste el día de hoy?
Me darás la razón que entre humanos resulta sencillo responder la cuestión anterior, solo basta con preguntarlo. Es más, ¿me ayudarías, por favor, mandando un mensaje con esta cuestión a cinco amigos tuyos? Una vez tengas respuesta, vale la pena que te plantees lo siguiente: ¿Para qué sirve conocer lo que comí? Y más aún, ¿qué sentido tiene que yo sepa lo que comió alguien más? Seguramente, ahora ya podrás responder a estos cuestionamientos.
Raymundo Cervantes-Barriga. Estudiante del Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas, Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Alejandro H. Marín-Leyva. Profesor-Investigador en el Laboratorio de Paleontología, Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Cervantes-Barriga R., Marín-Leyva A.H., García-Zepeda M.L., Ponce-Saavedra J., Arroyo-Cabrales J., Peter Schaaf P., Solís-Pichardo G., Monterrubio-Rico T. y Cano-Camacho H. (2020). Taxonomy, diet and geographical provenance of fossil species of Sigmodon from west central Mexico during the late Pleistocene. PalZ, 95, 145-161. https://doi.org/10.1007/s12542-020-00512-z
Peña-Ramos J.L., López-Collado J., Alarcón-Zúñiga B., Vargas-Mendoza M., Vázquez-López I. y Landeros-Sánchez, C. (2009). Composición de la dieta de Sigmodon hispidus (Rodentia: Cricetidae) en caña de azúcar. Mastozoologia Neotropical, 16(2), 365-378. https://www.redalyc.org/pdf/457/45712497009.pdf
Vázquez L.B., Cameron G.N. y Medellín R.A. (2000). Hábitos alimentarios y biología poblacional de dos especies de roedores en el occidente de México. Revista Mexicana de Mastozoología, 4, 5-21. http://www.revmexmastozoologia.unam.mx/ojs/index.php/rmm/article/view/77