Desde cafés, rojas, rosadas, verdes, amarillas y negras, las lentejas se encuentran en diversos
colores, así como texturas y tamaños. La lenteja fue, posiblemente, el primer cultivo en ser
domesticado hace aproximadamente 11 000 AP en el creciente fértil; sin embargo, ni las
investigaciones arqueológicas ni las genéticas, han podido hallar el lugar exacto de su
domesticación, lo que sí se sabe, es que Lens culinaris subsp orientalis es el progenitor
silvestre de las especies de lentejas cultivadas. Esta subespecie es originaria del continente
más grande y poblado del mundo, el gigante Asia, aunque como siempre, en la ciencia hay
diferentes opiniones, por lo cual, otra hipótesis sugiere que el verdadero predecesor de las
lentejas es Lens nigricans, y que su domesticación se localiza en Europa del sur.
Con todo y los altibajos a los que se enfrenta la lenteja respecto a su origen, su cultivo va
en aumento. De acuerdo con datos de la FAOSTAT (siglas en inglés de Datos Estadísticos
Corporativos de la Organización para la Agricultura y la Alimentación), la producción de lenteja
ha incrementado año con año con una estimación anual de siembra de seis millones de
hectáreas (ha), siendo India, Canadá y Turquía, los principales países productores. A pesar
de que no figura entre los principales productores, en México se siembra una superficie
aproximada de 8 550 ha de lenteja, con un rendimiento total de 8 931 toneladas.
El cultivo de esta leguminosa se realiza, principalmente, en Michoacán, el cual ocupa el
primer lugar con cerca de 7 373 ha y una producción de 7 689 toneladas, así como un
rendimiento promedio de una tonelada por hectárea. Entonces, si hasta el origen de este cultivo
es incierto, ¿por qué tanta locura con su producción? ¿Por qué la lenteja ha estado ganando
terreno en diferentes países? Lo averiguaremos a continuación.
La importancia de la lenteja está en su nobleza
La nobleza de la lenteja radica en que es un cultivo con un amplio rango de crecimiento.
Es tan, pero tan noble, que puede crecer en diversos tipos de suelos, con un pH desde 5.5 a 9
y tener una resistencia a la sequía, por lo cual puede crecer en diferentes partes del mundo.
Aún hay más, ya que la lenteja es rica en proteínas, carbohidratos y aceites, en una
proporción de 23.25 %, 59 % y 1.8 %, respectivamente, lo cual la convierte en una fuente de
proteína de bajo costo, además de ser una opción viable y sustentable para prevenir la
desnutrición en países en desarrollo, siendo así, una alternativa al uso de proteínas
animales, que son más caras y cuya producción tiene un efecto más dañino en el ambiente
¿Sorprendidos? ¡Eso no es todo! Sigamos conociendo más a fondo los diversos beneficios de
las lentejas.
Beneficios del consumo de lenteja para el ser humano
Ya hablamos sobre el contenido de proteína en la lenteja, el cual es alto y de gran
beneficio para los seres humanos, pero no hemos hablado de los prebióticos. Así es, la lenteja
contiene carbohidratos de baja digestibilidad, los cuales funcionan como prebióticos,
ofreciendo un sustrato a los microrganismos que los humanos hospedan en los intestinos, los
cuales usan selectivamente para regular su crecimiento y su diversidad, a fin de conferir
beneficios a la salud humana. La microbiota intestinal regula la comunicación entre los
sistemas nervioso, endócrino e inmune, a través de la interacción cerebro-intestino. Esta
comunicación tiene efectos sobre la aparición y el desarrollo de enfermedades del sistema
nervioso central, especialmente el Parkinson y el Alzheimer.
Por otra parte, los metabolitos producidos por la microbiota, interactúan con el
humano hospedero para desarrollar enfermedades cardiovasculares, como hipertensión y
aterosclerosis, además de obesidad, diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal y cáncer
de colon. Por lo tanto, mantener una microbiota intestinal adecuada, reduce los riesgos de sufrir
dichas enfermedades. A través de los prebióticos, la lenteja aporta los requerimientos
necesarios para mantener una microbiota intestinal sana.
Si todo lo anterior no les convence sobre la majestuosidad de esta leguminosa, entonces
¡Hablemos del SARS-CoV-2! La lenteja produce diversas lectinas, las cuales son proteínas
que presentan actividad antiviral contra SARs-CoV, debido a que bloquean la unión de ACE2
(receptor del virus) con la proteína «Spike» S del virus, esta interacción se produce durante las
primeras etapas de la infección. La lenteja no solo protege la salud humana, sino que también
aporta beneficios cuando se trata de cuestiones de fitorremediación, como veremos a
continuación.
La lenteja sana al suelo
Resulta casi imposible hablar de los beneficios que las lentejas aportan al suelo, si se deja
de lado a los nódulos —¡Sí, esos pequeños «bultos» rosados que se forman en las raíces de
las leguminosas!—, los cuales son producto de la interacción con bacterias fijadores de
nitrógeno, conocidas como rizobios. Pero, ¿por qué los nódulos son tan importantes para este
cuento? Por el nitrógeno que aportan a la planta. La deficiencia de nitrógeno en suelos
agrícolas es un problema de antaño que se ha estado resolviendo con la aplicación de
fertilizantes nitrogenados, lo cual tiene un alto impacto ambiental, como la pérdida de cuerpos
de agua debido a la eutrofización, así como en lo económico.
Tan solo en la Unión Europea, costear los gastos causados por los daños ambientales que
ejercen los fertilizantes, resulta en una inversión de entre los 70 y 320 billones de euros. La
fijación biológica de nitrógeno atmosférico llevada a cabo por los nódulos, reduce el uso de
fertilizantes y mejora el contenido de nitrógeno en el suelo, debido a que después de la
cosecha, las raíces de la lenteja se descomponen, sirviendo así, como fuente de nitrógeno para
futuros cultivos, o proporcionándolo directamente cuando se realizan intercultivos de lenteja y
otra planta de interés agrícola. Por otra parte, además de proveer nitrógeno, las lentejas
ayudan a eliminar los restos de herbicidas presentes en los suelos. En suelos contaminados
por clorsulfuron® y sembrados con lenteja, se observó que la presencia de esta leguminosa
degradaba al herbicida. Adicionalmente, la lenteja se puede usar como bioindicador de
citotoxicidad: los suelos contaminados por paraquat® son evidenciados debido a una
disminución en la longitud de las raíces de la leguminosa desde los tres días de interacción.
Después de leer todas estas maravillas acerca de la lenteja ¿No se les antoja ayudar al
ambiente y proteger su salud? Entonces, ¡es hora de consumir un buen plato de lentejas rojas,
verdes, cafés o negras! Hay colores para toda clase de gustos y exigencias.
Vicente Montejano-Ramírez. Posdoctorante en el Laboratorio de Ecología Microbiana, Instituto de
Investigaciones Químico Biológicas, Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.
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