Rastreo de Interacciones: Novedoso método para estudiar procesos sociales

Escrito por Luz Ángela Cardona-Acuña y David Iván Valdés-Munguía

En este artículo te describimos una propuesta metodológica del Rastreo de Interacciones, un
método inspirado del Rastreo de Procesos, que busca reivindicar un aspecto deliberadamente
ignorado por este: el papel de los actores y su agencia en el cambio social.
¿Qué es el Rastreo de Procesos?
El Rastreo de Procesos busca develar la caja negra de la causalidad que oculta la
conexión entre una causa y una consecuencia, encontrando los hechos históricos que
transportan la fuerza explicativa, estos mecanismos causales se entrelazan como los eslabones
de una cadena causal que une todo el proceso. No obstante, esa metodología NO considera
las interacciones de las personas y sus elementos procesuales, es decir, que no toma en
cuenta la subjetividad de quienes participaron en los procesos del cambio.
Por su parte, el Rastreo de Interacciones sigue la misma lógica explicativa, pero se asume
como un enfoque de corte interpretativista en el que la subjetividad y el punto de vista de los
actores, juegan un papel explicativo fundamental para los cambios sociales.
¿Qué es el Rastreo de Interacciones?
Es una innovadora metodología cualitativa con una perspectiva interpretativista que se
enfoca en el análisis de las interacciones sociales y sus elementos procesuales para
explicar cambios sociales; estos elementos son los linajes de las personas, sus
sedimentaciones históricas y los récords que las personas tienen presentes durante sus
acciones e interacciones.
Ahora bien, ¿cuáles son sus aplicaciones, alcances y limitaciones? Esta metodología
se centra en el estudio de las interacciones de la gente y los elementos procesuales de la vida
social para explicar cambios sociales, políticos o legales. En otras palabras, estudia las
interacciones de las personas, entre sí y con representantes del Estado, así como los
elementos históricos que las personas traen a cuenta durante sus interacciones, por ejemplo,
su pasado, valores, convicciones, experiencias, expectativas, entre otros.
Su alcance no es solo de carácter descriptivo, sino que es explicativo y ex post, o sea,
que explica los fenómenos cuando ya están finalizados. Se desarrolla a través de la
reconstrucción histórica de cómo las interacciones y los elementos procesuales de la vida
social, incidieron en el cambio social, o en el mantenimiento del status quo.
Una limitación que tiene el Rastreo de Interacciones es que la explicación causal que
genera es singular, esto quiere decir que solo aplica al caso de estudio del que se trata,
aunque aporta ideas analíticas generalizables que puedan viajar a otros casos. Si bien, esas
ideas o categorías surgidas pueden ser utilizadas para estudiar otros casos, la finalidad de
sus hallazgos no pretende ser predictiva, aunque la metodología sí pueda ser replicable.

 

El Rastreo de Interacciones observa las interacciones sociales, los linajes de los actores
que participan en ellas, es decir, su historia personal, el impacto de las sedimentaciones
históricas y la importancia de los récords o registros documentales que las personas llevan
consigo y que evocan en eventos cruciales históricos para explicar cómo intervienen en los
cambios sociales, siempre pensándolos en clave de procesos.
Esta metodología no solo rastrea los hechos de las interacciones, sino también el papel de
las personas, entendidas como sujetos activos en los procesos y como generadores e
intérpretes de sentido de su mundo vital, estas interacciones y sus elementos procesuales son
analizados históricamente para comprender los microfundamentos del cambio social que se
analice.
El antecedente del Rastreo de Interacciones y la innovación propuesta
Esta propuesta metodológica no surge del vacío, sino que se inspira en otra metodología
cualitativa, pero de corte positivista: el Rastreo de Procesos. De forma breve podemos decir
que esa metodología busca encontrar los mecanismos causales que conectan una causa
con una consecuencia o resultado de interés.
En palabras llanas, se nos ha enseñado en ciencias sociales un modelo de causalidad
simple en que una causa X, que llamamos variable independiente, produce una consecuencia
Y, a la que nombramos variable dependiente. Los mecanismos causales son esa conexión, la
relación entre X y Y, o sea, en un esquema y de forma abstracta, son la flechita que une la
causa con el resultado. La búsqueda de esos mecanismos causales devela la «caja negra» de
la causalidad, porque pretende explicar qué es lo que sucede entre una causa y su
consecuencia, es decir, cómo es ese proceso o cadena causal.
Sin embargo, el fuerte énfasis positivista del Rastreo de Procesos, ha dificultado su
aplicación a investigaciones sociológicas que enfatizan la experiencia, la agencia o la
historicidad de los actores, o aquellas que enfatizan en las maneras en las que la interacción y
la interpretación hacen parte de los procesos.
Por su parte, en el Rastreo de Interacciones retomamos las categorías como
mecanismos, pero proponemos un entendimiento amplio de la causalidad social en el proceso,
lo cual exige la inclusión del mundo social de los actores visto a través de su agencia y
experiencia, por lo que un rastreo interpretativista de las interacciones no solo es posible, sino
necesario.
Vincent Pouliot, en 2015, advirtió del riesgo de que los rastreos interpretativistas dejen
igualmente insatisfechos a positivistas e interpretativistas. Pese a ello, vale la pena correr ese
riesgo, lo que ciertamente requiere un espíritu pragmático para la investigación. La
principal innovación del Rastreo de Interacciones es que pone en el centro a los actores y su
agencia, es decir, su capacidad de actuar. Está interesado en comprender lo que significan
sus acciones concretas en un contexto social determinado, por lo que la experiencia de las
personas, las dimensiones sociales que convergen en ella y los procesos interpretativistas, son
fundamentales para el análisis.
Mecanismos causales y causalidad singular del Rastreo de Interacciones
Este Rastreo de Interacciones analiza detalladamente el funcionamiento de los
mecanismos que explican, desde la mirada de los actores, los cambios sociales. Asimismo,
retoma el término mecanismo causal para describir los constructos analíticos que resultan del
proceso de abstraer del contexto las interacciones. En otras palabras, genera categorías como
mecanismos causales hipotéticos que unen las interacciones y sus elementos procesuales con
el cambio social, mismos que serán comprobados o desechados empíricamente durante el
análisis de tales interacciones.
Esta metodología ofrece, además, explicaciones de causalidad singular con la generación
de ideas analíticamente generales y sostiene inferencias causales con base en la utilidad
heurística de sus afirmaciones para una exposición sostenida por la evidencia en una narración
analítica.

¿Causalidad singular? ¿Utilidad heurística?
La causalidad singular se refiere a que la explicación causal que ofrece el Rastreo de
Interacciones, solo aplica para el caso de estudio y no se puede generalizar a otros, aunque
las categorías de análisis que genera, sí puedan ser útiles para estudiar otros casos. La
utilidad heurística se refiere a que las inferencias generadas se deben valorar en cuanto a su
utilidad para ofrecer una exposición lógicamente argumentada y sostenida por la evidencia
encontrada al momento de la explicación.
En otras palabras, la explicación ofrecida por el Rastreo de Interacciones se debe
observar dentro de la lógica de la narración analítica del caso, como una explicación única que
no pretende producir predicciones para casos semejantes.
¿Cómo se aplica el Rastreo de Interacciones?
El Rastreo de Interacciones busca identificar el punto de vista de los actores y analizarlo
para comprender los microfundamentos del cambio social. De forma que, la reconstrucción del
caso toma como punto de partida los eventos cruciales históricos, así como las interacciones
sociales anteriores y posteriores a dichos eventos. Esta información es recabada y analizada


mediante técnicas de investigación cualitativas como el análisis documental, las entrevistas a
profundidad, el análisis del discurso, la observación participante o la etnografía, entre otras.
El criterio de validez apunta al potencial que tiene la evidencia para dar cuenta de la
experiencia de los actores y de los procesos de interpretación que tienen relevancia durante los
procesos. Las técnicas de recolección y análisis de la información elegidas ayudan a exhibir los
pasos interconectados y conformar una secuencia relativamente bien delineada en una
narración densa del proceso que va de las interacciones (causa) al cambio social
(consecuencia).
El procedimiento de aplicación del Rastreo de Interacciones consta de cinco pasos que,
en algunas etapas, pueden desarrollarse de manera simultánea: i) sumergirse en el caso, el
contexto y su historia; ii) identificar eventos cruciales del cambio que se quiere analizar; iii)
reconocer a los actores, sus linajes y las temporalidades de su acción; iv) construir la
narrativa histórica o secuencial del caso; y v) analizar las formas en las que interacciones y
elementos procesuales inciden sobre el cambio analizado.
Conclusiones sobre innovar metodológicamente
Finalmente, es importante subrayar que la propuesta del Rastreo de Interacciones
obedece a la necesidad de buscar una alternativa metodológica pragmática a
planteamientos teóricos también novedosos que exigen innovaciones para el estudio de
fenómenos como el cambio social, político y legal.
El estudio del cambio legal ha permitido estirar la teoría sobre el cambio social, al mismo
tiempo que planteó la posibilidad de construir una metodología de rastreo que pudiera ser
aplicable a otros casos de estudio, e incluso a otros problemas sociales. Colocamos como eje
de la argumentación que, durante las interacciones, se reinterpreta de forma innovadora el
orden social gracias a memorias, registros individuales y colectivos del pasado que permean
las expectativas sobre el futuro deseado y cómo construirlo.
Así, esta propuesta metodológica se propone para comprender otros aspectos de la
vida social en los que se observen cambios de las formas del orden social, como pueden ser
reformas institucionales, cambios en organizaciones empresariales o procesos, cambio en
asociaciones sociales, etc. Por lo anterior, consideramos que el Rastreo de Interacciones surge
dentro de un campo fecundo de interrogantes que se propone afrontar productivamente.


Luz Ángela Cardona-Acuña. Profesora e Investigadora del Centro de Estudios e
Investigaciones Interdisciplinarios, Universidad Autónoma de Coahuila. Coahuila, México.
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David Iván Valdés-Munguía. Profesor de Asignatura, Posdoctorante de la Universidad
Autónoma de Coahuila, Coahuila, México.

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