El mero rojo en Yucatán: En peligro de extinción

Escrito por Alfonso Aguilar Perera

Es tradición popular ir a la playa y comer pescado frito, la mayoría lo consume en restaurantes sin conocer el origen y abasto del pescado. Una minoría de los consumidores conoce qué tipo de pescado comer, durante qué época y sabe cómo fue capturado por los pescadores. Entre la gama de opciones para consumo de pescado, el público en el sureste de México prefiere al mero rojo (Epinephelus morio), un mero que no solamente es consumido en México sino también importado hacia Estados Unidos y China. Durante décadas este pescado ha sido el preferido, principalmente en Yucatán y Campeche, donde se consume frito con guarnición, cebolla roja y chile jalapeño. Sin embargo, los consumidores desconocen que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) ha categorizado al mero rojo, desde hace varios años, como una especie en peligro de extinción.

Pero ¿Qué ha ocurrido para que la población de mero rojo sea considerada en peligro de extinción? ¿Cuál es la opinión de pescadores y de la autoridad pesquera? ¿Qué herramientas ha creado el gobierno federal en México para evitar el colapso de su pesquería? ¿Cuánto tiempo queda para que esta pesquería ya no sea redituable?

Históricamente, el mero rojo en Yucatán ha sido pescado desde la década de los 1950s cuando los pescadores obtenían hasta 20 mil toneladas de este pescado por año. Sin embargo, la cantidad de pescadores no había incrementado tanto como lo ha hecho en años recientes. Hoy en día, la captura comercial del mero rojo rinde menos de 5 mil toneladas por año, pero la población de pescadores ha aumentado en más de 15 mil personas. No obstante, continua la captura y exportación hacia Estados Unidos y China, pero ¿Qué ha fallado? ¿Por qué está disminuyendo la población pesquera de mero?

 

La veda del mero rojo en la península de Yucatán

La única opción de manejo pesquero que el gobierno federal ha aplicado para evitar un colapso de la población de este pescado es una veda por dos meses (febrero y marzo de cada año). La veda es una prohibición de su pesca durante la época de reproducción para permitir su recuperación. Esta medida de manejo pesquero implica que 15 mil pescadores en Yucatán, y otro tanto en Campeche y Quintana Roo, suspendan labores de pesca de mero rojo. Pero, la veda por dos meses no siempre fue así. Antes de 2005 no había veda, y los pescadores capturaban mero rojo todo el año sin restricción de volumen, anzuelos y cantidad de pescadores. Fue en 2005 que el gobierno federal estableció la veda por un mes (febrero de cada año), sin regular las demás actividades y fue hasta 2017 que se estableció la veda por dos meses a la fecha. Esta extensión de veda surgió del “plan de manejo del mero rojo y especies asociadas” autorizado en 2014. A todo esto, el gobierno estatal en Yucatán ha implementado recientemente una alternativa para apoyar económicamente al pescador durante la veda, pero este esfuerzo no ha sido suficiente para evitar que la pesquería siga en declive.

 

¿Ha habido alguna recuperación de la población de este pescado en Yucatán?

Es difícil responder a esta pregunta, porque, aunque parezca sorprendente, no existe información científica veraz que así lo indique. Lo que es evidente es que no es tan fácil de conseguirlo en pescaderías y mercados, y si así fuera, su precio ha incrementado. Además, la Carta Nacional Pesquera, que es un compendio de pesquerías oficiales en México, establece que la pesquería de mero rojo está deteriorada y sobreexplotada. Otros pescados están llenando el escaparate comercial a nivel local para consumo, como otro mero que se llama negrillo (Mycteroperca bonaci), especies de pargos (Lutjanus spp.) y boquinete (Lachnolaimus maximus), entre otros.

En Yucatán, algunos grupos de pescadores consideran que la veda por dos meses es muy restrictiva y les reduce su economía, mientras que otros grupos de pescadores ven esta medida pesquera como necesaria para que se recupere la pesquería. No obstante, la pesca de mero rojo se practica por 10 meses, y durante los dos meses de veda hay reportes de pesca ilegal. Lo que es un hecho, es que durante 12 meses hay consumo de este pescado en restaurantes en toda la península de Yucatán. Varios restauranteros alegan que el mero consumido durante la veda es aquel que quedó almacenado en congeladores antes de que se aplique la veda cada año.

 

¿Por qué el mero rojo está en peligro de extinción?

La población del mero rojo ha disminuido drásticamente en comparación con la de décadas pasadas. Esto no solamente está pasando en la costa de Yucatán, sino a nivel de otras áreas geográficas del Golfo de México y del Océano Atlántico. Científicos asociados con la IUCN se reunieron en 2016 en Azores, Portugal, e hicieron análisis poblacionales con base en datos de capturas comerciales de varias especies de mero a nivel mundial, incluido el mero rojo ¿Cuál fue el resultado? Se clasificaron varias de las más de 100 especies de mero a nivel mundial, y de las cuales 20 están en peligro de extinción debido a una disminución paulatina de su población y a que su capacidad de regenerarse poblacionalmente se ha visto comprometida.

Un aspecto importante para considerar, con relación a su pesca, y este aspecto aplica a todos los animales que son extraídos del mar por la pesca, es que sus poblaciones son silvestres ¿Qué quiere decir esto? La población de mero rojo está a merced de las inclemencias de la naturaleza. Para entender mejor esto, se puede hacer la comparación con animales de granja, como gallinas, cerdos y vacas, que son protegidos de depredadores, enfermedades y son alimentados de manera balanceada para lograr mejores ventas. En el caso de los animales marinos silvestres, como el mero rojo, no existe un dueño y por tanto no es claro quién es responsable de protegerlos de las inclemencias de la naturaleza, y más aún de la sobreexplotación.

En Yucatán y otros lugares de la costa de la península, otro aspecto que se suma a la problemática de la pesquería comercial es la pesca recreativa (deportiva) privada. En ésta, los meros se extraen con anzuelos, o arponeados, desde sus embarcaciones privadas, muchas veces sin permiso de pesca, y la mayoría de los meros capturados no alcanzan la talla de madurez sin haberse reproducido aún. Es decir, existe una pesca de juveniles de mero que aún no aportan a su población. El mero madura cuando alcanza más de 36 cm de largo corporal, y muchos meros capturados por la pesca recreativa no alcanzan esta talla. Por tanto, la captura de este sector de la población del pescado, y el exceso de sus capturas, ha puesto en riego su estabilidad poblacional y su sostenibilidad.

No existe un pronóstico real que indique cuándo la pesquería de mero rojo dejará de ser redituable, pero lo que es seguro es que la veda no es suficiente para protegerlo. Es necesario que la pesca recreativa sea regulada, y también que los consumidores conozcan las fortalezas y debilidades de la pesquería, ya en decadencia, en términos de soportar un modo económico a largo plazo que apoye al sector pesquero y consumidor. Los consumidores locales quieren seguir aprovechando al mero, pero es posible que el precio suba y por tanto sea más difícil adquirirlo.

 

Entonces, ¿qué depara el futuro para el mero rojo?

Se desconoce si la veda funciona y si la pesca ilegal en cantidad y en extracción de meros juveniles siga impactando a la población de este pescado. Es necesario que existan medidas decisivas establecidas por el gobierno federal para la recuperación de este pescado tradicional de la costa de Yucatán y consolidar un sustento adecuado y viable para los 15 mil pescadores.

Los subsidios, y otros apoyos gubernamentales, no son suficientes para evitar un comercio ilegal. El consumo permanente en restaurantes prosigue, y la esperanza para el mero rojo y sus pescadores disminuye. ¿Cuánto tiempo queda? Eso ni los científicos lo saben, pero es necesario un compromiso genuino de todos los involucrados (pescadores, consumidores, gobierno y academia) para evitar el colapso poblacional, casi inminente, de este pescado tradicional de la costa de la península de Yucatán.

 

Para Saber Más: 

Aguilar-Perera A. (2020. Situación actual de conservación y manejo pesquero de meros y pargos en el sureste del Golfo de México y Mar Caribe Mexicano. En: Gobernanza y Manejo de las Costas y Mares ante la Incertidumbre. Una Guía para Tomadores de Decisiones. Editorial EPOMEX. https://www.researchgate.net/publication/345739681_Situacion_actual_de_conservacion_y_manejo_pesquero_de_meros_y_pargos_en_el_sureste_del_Golfo_de_Mexico_y_Mar_Caribe_Mexicano

 

Brule T., Bertoncini A.A., Ferreira B., Aguilar-Perera A. y Sosa-Cordero E. (2018). Epinephelus morio. The IUCN Red List of Threatened Species 2018: e.T44681A46914636. https://dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2018-2.RLTS.T44681A46914636.en Acceso el 24 de febrero de 2023.

 

Galindo-Cortes G., Jimenez-Badillo L.  y Meiners C. (2018). Moving from stock assessment to fisheries management in Mexico: the finfish fisheries form the southern Gulf of Mexico and Caribbean Sea. In Salas, S., Barragán-Paladines, M., Chuenpagdee, R. (eds.) Viability and sustainability of small-scale fisheries in Latin America and the Caribbean. MARE Publication Series, Vol. 19. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-76078-0_11

 

Alfonso Aguilar-Perera, Profesor-Investigador, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Departamento de Biología Marina, Universidad Autónoma de Yucatán

Km. 15.5, carretera Mérida-Xmatkuil, Mérida, Yucatán, México.

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